Purgatorio

RebecaReynaud 4,673 views 27 slides Sep 08, 2014
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About This Presentation

Novísimos, postrimerías, el más allá. Purgatorio, lugar y estado. Raíz bíblica en Macabeos.


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Purgatorio Rebeca reynaud

EL PURGATORIO Realidad del purgatorio a) Dogma Las almas de los justos que en el instante de la muerte están gravadas por pecados veniales o por penas temporales debidas por el pecado van al purgatorio (de fe). El purgatorio (= lugar de purificación) es un lugar y estado donde se sufren temporalmente castigos expiatorios.

El Purgatorio y los Concilios Concilio de Lyon II, Ds 856. Concilio de Florencia, Ds 1304 Trento ( Ds 1820; 1580) « Las almas que partieron de este mundo en caridad con Dios, con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho con verdaderos frutos de penitencia por sus pecados de obra y omisión, son purificadas después de la muerte con las penas del purgatorio » ( Dz 464, 693; cf. Dz 456, 570 s).

El Purgatorio y los protestantes Frente a los reformadores que consideraban como contraria a las Escrituras la doctrina del purgatorio (cf. Dz 777) y que la rechazaban como incompatible con su teoría de la justificación, el concilio de Trento hizo constar la realidad del purgatorio y la utilidad de los sufragios hechos en favor de las almas que en él se encuentran.

Purgatorio y Sagrada Escritura b) Prueba de Escritura La Sagrada Escritura enseña indirectamente la existencia del purgatorio. Según 2 Macabeos 12, 42-46, Judas Macabeo se da cuenta que los soldados caídos en batalla tienen amuletos en sus cuellos, cosa prohibida, por eso manda hacer sacrificios en el Templo de Jerusalén - dos mil dracmas de plata- para que se les perdone ese pecado.

Culpas perdonadas Las palabras del Señor en Mt 12, 32: «Quien hablare contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en este siglo ni en el venidero», parecen admitir la posibilidad de que otros pecados se perdonen no sólo en este mundo, sino también en el futuro. SAN GREGORIO MAGNO comenta: «En esta frase se nos da a entender que algunas culpas se pueden perdonar en este mundo y algunas también en el futuro» (Dial, iv 39 ).

Purgatorio y Tradición c) Algunas Pruebas de la Tradición SAN CIPRIANO enseña que los penitentes que fallen después de recibir la reconciliación tienen que dar en la vida futura el resto de satisfacción necesaria, mientras que el martirio representa para los que lo sufren una completa satisfacción: «Es distinto sufrir prolongados dolores por los pecados y ser limpiado y purificado por fuego incesante, que expiarlo todo de una vez por el martirio» ( Ep . 55, 20). SAN AGUSTÍN distingue entre las penas temporales que hay que aceptar en esta vida como penitencia y las que hay que aceptar después de la muerte : «Unos solamente sufren las penas temporales en esta vida, otros, sólo después de la muerte, y otros, en fin, en esta vida y después de la muerte, pero todos tendrán que padecerlas antes de aquel severísimo y último juicio» (De civ. Dei xxi 13).

Purgatorio y Santo Tomás de A. La santidad de Dios exige que sólo las almas completamente purificadas sean recibidas en el cielo ( Apoc 21, 27 ); su justicia, reclama que se paguen los reatos de pena todavía pendientes y, por otra parte, prohíbe que las almas unidas en caridad con Dios sean arrojadas al infierno. Por eso hay que admitir la existencia de un estado intermedio que tenga por fin la purificación definitiva y sea, por consiguiente, de duración limitada. (cf . SANTO TOMÁS , Sent . Iv , d. 21, q. 1, a. 1, qc . 1; S.c.G . Iv 91).

El purgatorio El purgatorio ha sido calificado por algunos santos como la antesala del cielo. El Catecismo afirma: «Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados» ( nn . 1030-1031 ). Es un dogma apoyado en la comunión de los santos. Todo el mes de noviembre la Iglesia pide por las ánimas del purgatorio.

Benedicto matiza sobre el purgatorio En Spe salvi , Benedicto XVI deja entender que la mayoría de las almas pasan por el purgatorio: «Puede haber personas que han destruido totalmente en sí mismas el deseo de la verdad y la disponibilidad para el amor. [...] Puede haber personas purísimas, que se han dejado impregnar completamente de Dios y, por consiguiente, están totalmente abiertas al prójimo. [...] No obstante, según nuestra experiencia, ni lo uno ni lo otro son el caso normal de la existencia humana. En gran parte de los hombres -eso podemos suponer-, queda en lo más profundo de su ser una última apertura interior a la verdad, al amor, a Dios. Pero en las opciones concretas de la vida, esta apertura se ha empañado con nuevos compromisos con el mal. Hay mucha suciedad que recubre la pureza, de la que, sin embargo, queda la sed y que, a pesar de todo, rebrota una vez más desde el fondo de la inmundicia y está presente en el alma» ( nn . 45-46).

El purgatorio: purificación necesaria antes del encuentro con Dios «La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad, debe pasar por la purificación». Por otra parte, «quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la Casa del Padre». Las almas del purgatorio «experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe». De ahí que una de las obras de misericordia sea rogar a Dios por los vivos y los difuntos. San Juan Pablo II, 4 de agosto de 1999

Naturaleza del suplicio del purgatorio En el purgatorio se distingue una pena de daño y otra de sentido. La pena de daño consiste en la dilación temporal de la visión beatífica de Dios. Como ha precedido ya el juicio particular, el alma sabe que su exclusión es temporal y posee la certeza de que conseguirá la bienaventuranza ( Dz 778). Las almas del purgatorio tienen conciencia de ser hijos y amigos de Dios y suspiran por unirse con Él. De ahí que esa separación temporal sea para ellos muy dolorosa .

Duración del purgatorio El purgatorio no subsistirá después de que haya tenido lugar el juicio universal ( sent . común). Después de que el soberano Juez haya pronunciado su sentencia en el juicio universal (Mt 25, 34 y 41), no habrá más que dos estados: el del cielo y el del infierno . Para cada alma el purgatorio durará hasta que logre la completa purificación de todo reato de culpa y pena . María Simma dice que el promedio de estancia en el Purgatorio es de 40 años.

Purgatorio - fuego El purgatorio es un don del Corazón herido del Cordero . El fuego del purgatorio es fuego de Amor. Brotando del horno ardiente del Corazón de Dios, cautivando al alma y abrasándola en el deseo de la visión beatífica, ese fuego es terrible precisamente porque es fuego de Amor. El Amor de Dios enciende en el alma que está en el purgatorio un vivo deseo de Él. Dios , que es Amor, juzga mediante el amor. Es el Amor quien exige la purificación, antes de que el hombre madure por esa unión con Dios que es su definitiva vocación y su destino ( Cruzando el umbral de la esperanza, Plaza & Janés 1991, pp. 187-188).

Representaciones artísticas del Purgatorio

El Purgatorio según Santa Catalina de Génova Dios me hace ver que a nadie cierra las puertas del cielo, y todos los que quieren entrar, entran; pero su divina Esencia es de una pureza tan grande y tan incomprensible, que el alma que en sí tiene el más pequeño átomo de imperfección , antes se precipitaría en mil infiernos que presentarse así ante tan santa Majestad. Por eso, viendo que el purgatorio fue establecido por Dios para purificar las almas de sus manchas, gustosa se arroja a él, y considera como una gran misericordia el encontrar ese medio de destruir el obstáculo que le impide llegar en los brazos divinos ( Tratado del Purgatorio, c. 8)  

Santa Catalina de Génova decía que las almas del purgatorio estaban alegres en medio de sus sufrimientos, si se olvidaban de sí mismas, y que ni siquiera podían atormentarse por no haber vivido más santamente.

La Beata Ana Catalina Emmerick escribe: En el purgatorio el alma recuerda la visión tenida en el juicio particular y lleva consigo este recuerdo. Sólo por haber visto momentáneamente a Dios –que ya es gozo que supera cualquier cosa- el alma está ansiosa de volver a tener ese gran gozo; ese recuerdo y el rayo de luz que la ha revestido al comparecer delante de Dios, hacen que el alma “vea” en su verdadero valor las faltas cometidas. Este “ver” constituye su pena purgativa, con el pensamiento de que esas faltas han retrasado años o siglos, la posesión del Cielo.

María Simma , campesina de un pueblecito de Austria María Simma tuvo desde niña un especial interés por las almas del Purgatorio, y fue esa la misión que Dios le dio para esta vida cuando tuvo la edad de 25 años. Adecuadamente asistida por su confesor y director espiritual, y bajo el cercano seguimiento del Obispo del lugar, María vivía una vida donde la Presencia sobrenatural se vuelve cotidiana. Las almas se presentaban a ella buscando ayuda. Dice que el purgatorio es un lugar y un estado.

María Simma Relat ó el caso de una madre de cuatro hijos que estaba por morir. En vez de rebelarse y de inquietarse ella dijo al Señor: "Acepto la muerte, en el momento que tú lo quieras, y pongo mi vida en tus manos. Te confío mis hijos y sé que tú encargarás de ellos". A causa de esta inmensa confianza en Dios, esa mujer fue directamente al Paraíso sin pasar por el Purgatorio. Verdaderamente se puede decir que el amor, la humildad y el abandono a Dios son tres llaves de oro que nos hacen entrar directamente en el Paraíso.

María Simma cuenta una experiencia Una vez un alma (era una mujer) me preguntó si quería sufrir tres horas, en mi cuerpo, por ella. Yo me dije: "Si es sólo por tres horas, quiero aceptar". Esas tres horas me parecieron como tres días, tan terribles eran los sufrimientos. Pero miré el reloj y vi que habían pasado sólo tres horas . Luego esa alma me dijo que, habiendo aceptado sufrir con amor esas tres horas, le había ahorrado veinte años de Purgatorio.

Dos preguntas a María Simma Sor Emmanuele entrevista a María Simma : - Entonces, ¿cómo vivir el sufrimiento para que pueda dar frutos? - Los sufrimientos son la prueba más grande del amor de Dios, y si se ofrecen bien, pueden ganar muchas almas. - Y ¿qué hacer para recibir los sufrimientos como un don? - Hay que ofrecerlo todo a la Virgen Santa, pues ella sabe mejor que nadie quién necesita esta o aquella ofrenda para ser salvado.

Testimonio de María Simma Un día me encontraba en el tren. En mi compartimento había un hombre que no terminaba de criticar a la Iglesia, a los sacerdotes y hasta de ofender a Dios. No cesaba de maldecir, y yo le dije: "Usted no tiene el derecho de decir todo eso, ¡no está bien!". Llegada a mi estación, mientras bajaba los dos peldaños de la escalerita, dije sencillamente a Dios: "¡Señor, que esta alma no se pierda!..." . Algunos años después el alma de este hombre vino a visitarme y me contó de haber estado a la orilla del Infierno y de haberse salvado sólo por la oración que yo había hecho en aquel momento.

U n muchacho le relató a María Simma “No habiendo observado las leyes de tránsito, me maté a causa del golpe, mientras iba en motocicleta en Viena”. Le pregunté: "¿Estabas preparada para entrar en la eternidad?". "No lo estaba, agregó, pero Dios da dos o tres minutos para que se puedan convertir a cuantos pecan contra de él con insolencia y presunción. Y sólo quien lo rechaza es condenado". El joven continuó con su relato: "Cuando uno muere en un accidente, las personas dicen que era su hora. Es falso: eso se puede decir sólo cuando una persona muere no por su culpa. Pero según los designios de Dios, yo hubiera podido vivir aún treinta años más; entonces hubiese transcurrido todo el tiempo de mi vida. El hombre no tiene el derecho de exponer su vida a un peligro de muerte, salvo en caso de necesidad”.

María Simma aconseja "Eduquen a los niños a saber renunciar a cosas pequeñas. ¿Por qué hoy se da esta indiferencia religiosa y esta decadencia moral? ¡Porque los niños no han aprendido a renunciar! Ellos con el tiempo se volverán descontentos y hombres sin discreción que toman parte en todo, quieren tener todo a profusión. Esto provoca tantas desviaciones sexuales, las prácticas antinatalistas y el crimen del aborto. Estos hechos claman al Cielo venganza. Quien desde niño no ha aprendido a renunciar se vuelve egoísta, tirano. Por este motive hoy existe tanto odio y falta de caridad. ¿Queremos ver tiempos mejores? Comencemos por la educación de los niños”.

Un caso narrado por el santo Cura de Ars “Un buen sacerdote había tenido la desgracia de perder un amigo muy querido. Por eso rezó mucho por la paz de su alma. Un día Dios le hizo saber que su amigo estaba en el Purgatorio y sufría terriblemente. Este santo sacerdote decidió ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa por su querido difunto. En el momento de la Consagración, tomó la Hostia entre sus manos y dijo: "Padre Santo y Eterno, en tus manos divinas está el alma de mi amigo en el Purgatorio y en las pobres manos de este ministro tuyo está el Cuerpo de Tu Hijo Jesús. Padre Bueno, libra a mi amigo y yo te ofrezco a Tu Hijo junto con los méritos de su Pasión y Muerte". Su pedido fue escuchado. E n el momento de la elevación, él vio que el alma de su amigo subía al Cielo resplandeciente de gloria. Dios había aceptado la ofrenda”.

Bibliografía sugerida para ampliar sus conocimientos Justo Luis R. Sánchez de Alva y Jorge Molinero D. De Vidaurreta , El más allá, Iniciación a la Escatología, Nostra Ediciones, México 2001. María Simma , Ayúdenos a salir de aquí. Entrevista de Niky Eltz , Santa María Reina de la Paz, Toluca, México. María Simma , El sorprendente mundo del Purgatorio , Fundación Jesús de la Misericordia, Quito. Está en internet.