¡Aventura feliz! -La rememoro
con inútil afán; y en un soneto
monto un suspiro como perla de oro.
A MIS VERSOS
Insensibles a fiestas y grimas
y con alas de luz de centellas,
pero esquivos a cautas doncellas,
difundíos por gentes y climas.
No sois gemas inmunes a limas
y con lampos de fijas estrellas,
sino chispas de golpes y mellas
y ardéis lascas de piedras de simas.
Pero hay siempre valer en las rimas.
Por que duran refranes? Por ellas,
y no suelen llevarlas opimas.
Id, las mías, deformes o bellas:
inspirad repugnancias o estimas,
pero no sin dejar hondas huellas.
Enrique Gómez Carrillo
“A veces, por la noche, cuando rendido por el peso de sus miradas me quedo
dormido, sus pupilas se dilatan en la bruma de mi sueño y me hacen temblar.
Últimamente, temeroso de ahogarme en sus efluvios, les pedí por Dios que me
dejaran tranquilo, que no me persiguieran más con sus luces fosforescentes, que
tuvieran lástima de mí. Y fue horrible… Se marcharon, me dejaron solo, ya no tuve
frío, ya no sufrí, y mi alma, mi pobre alma enamorada, sufrió, sin embargo, mil
veces más de no sufrir… Pero volvieron. En su crueldad infinita, son clementes…
Y allí están de nuevo, siempre míos, siempre fijos, muriendo conmigo, matándome
dulcemente, piadosamente, sin perder un minuto, ni un segundo; matándome de
las mil muertes de que ellos han perecido… Porque son ojos muy antiguos,
conservados en lágrimas… Son tal vez los ojos de Cleopatra, palidecidos por los
siglos… los ojos de Salomé, arrepentidos… Son los ojos de todas las princesas
lejanas muertas de amor… ¡Son tan claros, tan fluidos, tan tiránicos! A veces
parecen turquesas iluminadas por una luz espectral; a veces son ópalos mates,
con todo el agua de la gema glauca, pero sin sus cabrilleos de luz; a veces son
esmeraldas casi blancas… En la penumbra de nuestras horas de amor, son como
llamas que se ahogan en un piélago, y que luego resucitan, y luego vuelven a