otros lugares. Dormiremos
[email protected] y nos tocaremos. Me
gustas ¿sabes? Y jugar contigo es mucho más de lo que tenía
hace un par de horas, que pensaba que iba a pasar la noche
sola y ahora en cambio, estamos aquí l@s dos...
- Eres una tía dabuti. Me haces sentir muy bien.
Subimos a mi casa, que era un tercero. Nos metimos en mi
habitación.
- Toma este pañuelo y tápate los ojos, le espeté, mientras
me fui para el baño.
Quería realizar una fantasía que me rondaba por la cabeza
desde hacia un tiempo. Cogí unos guantes de cirujan@ que guar-
daba con los productos de curar heridas y me los puse. Cuando
volví a mi habitación ya se había vendado los ojos. Le guié para
que se tumbara boca arriba. Y empecé a tocar, primero sus
dedos de los pies, desde la punta a los valles. Pasé a los tobillos
haciendo círculos, seguí por los gemelos frotando mis nudillos
con su piel y me detuve en sus meniscos. Agarre sus piernas y
las encorvé. Quería investigar el recodo de sus rodillas. Metí
mis dedos y los deslicé como si fueran hormigas caminando.
Sentí su respiración profunda y su mueca de placer. Abracé sus
muslos. Después rocé sus ingles. Tensó los tendones de sus pies,
y sonrió. Acto seguido cogí sus genitales y masajeé sus escrotos
para pasar luego a la base de su pene. Con una mano le mastur-
bé, mientras con el índice de la otra penetré en su culo, rozan-
do su próstata. Dio un grito de placer. Sus ruidos me llenaron de
excitación. Subí al ombligo y después me deleité en sus pezones.
Los rodeé, los amasé, los pellizqué...todo su cuerpo se zarandeo
en espasmos rítmicos. Sobre su tripa humedecida escribí con
mis dedos de goma : “estoy en la gloria”. Jamás me había senti-
do tan libre y a gusto con alguien en la primera noche.
Descansamos junt@s del placer compartido- Yo había
disfrutado mucho recorriéndole y él siendo recorrido. Me quité
los guantes y después le aparté la venda de los ojos. De repen-
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Asociación de Mujeres Jóvenes