•El relieve de Brasil es poco variado, a pesar de su
tamaño. Carece de grandes cadenas montañosas, y se
asienta, en su mayor parte, sobre el gran escudo
brasileño y el escudo de las Guayanas, dos de las
estructuras terrestres más antiguas del planeta. Se
trata, pues, de un conjunto asentado sobre rocas
metamórficas: granitos, gneis, que se remontan al
Paleozoico, y que están recubiertas por materiales
sedimentarios depositados por los grandes ríos.
•En general, se puede dividir el relieve en tres conjuntos:
el escudo de las Guayanas, la llanura amazónica y la
meseta brasileña.
La llanura amazónica
•La llanura amazónica tiene una superficie de cuatro millones y medio de
kilómetros cuadrados, y su altura no excede de los 200 metros, excepto en
algunos puntos aislados; está formada por un sustrato metamórfico relleno
por tierras de aluvión provenientes de las crecidas de los ríos. Propiamente
dicha la llanura sólo se encuentra en el norte, estados de Amazonas, Pará,
Roraima, Amapa, Acre, Rondônia y Marinhão. La llanura está cubierta por
una selva impenetrable que hace muy difícil el conocimiento de su relieve y
su sustrato.
•La llanura amazónica se asienta sobre una fosa tectónica entre los escudos
brasileño y de las Guayanas. Los sedimentos que la recubren proceden de
estas estructuras y de los Andes. Tiene forma triangular, abierta hacia los
Andes con el eje mayor de oeste a este. El conjunto se divide en varias
fosas tectónicas consecutivas, las mayores son la central y la oriental. La
oriental es del Cretácico y aún tiene pequeños temblores de reajuste. Estos
terremotos abren fallas que organizan los ríos y rejuvenecen el relieve. Las
pequeñas diferencias morfológicas se establecen entre el cauce de los ríos,
la varzea o zona de inundación y al tierra firme, donde no llega la crecida de
los ríos, pero que suelen ser zonas pantanosa mal drenadas, los igapó.
El escudo brasileño
•El escudo brasileño es uno de los grandes escudos de la Tierra. Data del
Precámbrico, y es parte del antiguo supercontinente de Gondwana. Está formado,
mayoritariamente, por granitos, gneis y cuarcitas. El conjunto ha sufrido las tensiones
orogénicas del período alpino y se encuentran atravesado por una tupida red de
fallas que individualizan bloques, unos elevados (horst) y otros hundidos (graben),
pero sin las grandes diferencias que aparecen en otros conjuntos. También se
encuentran restos de relieve apalachense. Los resaltes del relieve se llaman serras.
Por el contrario, los graben se encuentran recubiertos por una espesa capa de
sedimentos. En la orogenia alpina el conjunto se abombó, y produjo cierto
vulcanismo en el sur. Este abombamiento hace que predominen las mesetas. Los
ríos circulan profundamente encajados en ellas, entre los cuales se desarrollan las
mesetas, llamadas chapadas, cortadas por los tajos de los ríos. Los ríos Tocantins y
Paraná dividen el escudo en dos conjuntos: al oeste el Mato Grosso, que desciende
suavemente hacia el Amazonas, y al este, donde aparecen numerosas sierras: Piauí,
Tabatinga, Pyreneos, Divisões y Espinhaço. Este conjunto desciende desde la costa
y el sur hacia el interior y el norte. A lo largo de la costa se encuentra las sierras do
Mar y de Mantiqueira, cuya mayor altura es el volcán extinto Itatiaya (2.884 m). Hacia
el sur se extienden los terrenos de origen volcánico. El Mato Grosso es el núcleo de
la meseta brasileña. Se divide en dos grandes altiplanos, el del Mato Grosso,
propiamente dicho, y en de Goiás. El conjunto se encuentra a unos 500 metros de
altitud, con puntos que pueden alcanzar los 1.500 metros. Al sudeste se encuentra el
Pantanal, que se asienta sobre una fosa tectónica rellena de sedimentos.