Faltaba poco para que se terminara de derretirse la nieve y así la navegación podría
reanudarse y vendría papá. Loella imaginaba a su padre en sus sueños y en todas las
historias ella salvaba a su padre y su padre decía: “entonces tú debes ser mi hija”.
Capítulo 14:
Después de clases, Loella, daba un paseo por el centro. Un día descubrió una tienda de
sellos. Entró en la tienda, Loella ayudó un poco al anciano que atendía la tienda y por eso le
regaló una bolsita. Loella le daba entonces un sello cada día a Eva. Un tiempo Loella llevaba
las cartas al colegio, pero sus cartas eran un papel en blanco y ella le pegaba un sello. Pero
cuando una vez estaba “leyendo” una carta, un chico se la quitó, sólo para jugar.
El chico le dijo a Loella que era una mentirosa. Loella le dijo al director que su padre escribía
con tinta invisible y el director le dijo al chico que le devolviera la carta a Loella.
Capítulo 15:
Tía Adina escribió a Loella y le dijo como ahora hacía más calor, que se viniera a vivir con ella,
pero Loella no podía, debía quedarse hasta que terminara el curso, eso le contestó, pero no
era muy cierto, quería quedarse a esperar a papá.
Un día Loella le dio gripe y tuvo que estar en cama. Una noche Loella vio a Mona vestirse y
después salió por la ventana. En la mañana Loella vio a Mona durmiendo en su cama como
todos los días. Así fueron varias noches.
Una noche Mona trajo a una amiga a la pieza, se llamaba Maggie. Hablaron un rato, después
Mona trajo un pliego de papel y un vasito. En el papel dibujó muchos círculos. El juego se
trataba que uno preguntaba algo en silencio y los espíritus movían el vaso. Uno sabía la
respuesta porque en cada círculo había una letra, en otros dos círculos salía sí y en el otro no.
Invitaron a jugar a Loella. Maggie y Mona preguntaron y el vaso se movía y se paraba en
algunas letras. Le tocó a Loella, el vaso se movió lentamente y deletreó “ABRIL”. Loella estaba
feliz, ella había preguntado cuándo vendría su padre y Abril estaba cerca.
Capítulo 16:
Pasaban rápidamente los días de Abril y Loella cada mañana decía: “quizás hoy” y en las
noches decía: “mañana”.
A Loella no le gustaban los libros, decía que eran un montón de palabras y se le enredaban y
que uno no puede pensar en sus asuntos porque hay que estar muy concentrada, en cambio
le gustaba ir al cine porque decía que no es necesario concentrarse tanto y siempre le había
gustado las cosas que se mueven, ella tenía las suficientes cosas en qué pensar. Un día
escuchó en la radio a un hombre diciendo una poesía, le había encantado y pensó que las
palabras siendo bien usadas crean algo maravilloso.
Capítulo 17:
El último de Abril, Loella no entendía por qué no llegaba su padre. Todos los del hogar
hicieron una fogata.
Después Loella fue a la pieza, faltaban tres horas para que fuera la medianoche. Entró a la
pieza y vio a Mona vestida y con el pijama encima, se estaba maquillando. De repente Loella
le pidió a Mona si esa noche la podía acompañar cuando salga, a Mona no le gustó la idea,