sus palabras solo había tratado de probar su fidelidad, y le confirma su gozo y
su entrega. Melibea aconseja a Calisto recompensar los criados, no sólo por su
valentía, sino también por su discreción. Calisto, pues, cree que no es un
engaño. Ambos maldicen aquellas puertas que impiden gozar plenamente de
su amor
Mientras tanto, Pármeno y Sempronio hablan sobre las consecuencias de la
visita. Temen que si los algún vecino los ve, el futuro será desastroso. Por esta
razón, los dos están preparados para huir. Oyen algunos ruidos y se asustan.
Pero son la gente del alguacil (encargados de ejecutar la justicia), relajan y
avisan a Calisto que viene gente con hachas. Así pues, los amantes acuerdan
verse al día siguiente en el huerto, puesto que si ahora entrase les pillarían.
Los criados toman una actitud valiente ante el amo, cuando en realidad han
sido unos cobardes. Pleberio, padre de Melibea, se despierta por el ruido.
Melibea le responde que ha sido Lucrecia que ha ido a buscar un jarro de agua
para ella, que tenía mucha sed.
Pármeno y Sempronio, después de despedirse de Calisto, deciden ir a casa de
Celestina a cobrar la parte que les correspondía de la cadena. Una vez en casa
de la alcahueta, le dicen la intención de su visita y Celestina dice que es parte
de sus ganancias como alcahuetas, ellos tendrán otros como criados de
Calisto. Dice que se la dio a Elicia, que no sabe dónde la puso, que no es que
fuera de mucho valor, que temía que unos familiares se la llevaron… En
cualquier caso, la cadena pertenecía a ella. La disputa sigue y la acusan de
avariciosa. Celestina recrimina diciendo que vive de su oficio. Al final, al darse
cuenta de la gravedad de la situación y de las amenazas que recibe, pide a
Elicia que busque justicia. Sempronio saca la espada y entre los gritos de Elicia
que pide a Pármeno que se detenga, de Celestina pidiendo justicia y de
Pármeno para que le de fuerte, Celestina muere acuchillada. Ante los gritos de
Elicia y la gente que acude, Sempronio y Pármeno saltan por la ventana
porque prefieren morir de esta forma que no por la justicia. Caen y se
descalabran.
Calisto de despierta de un azucarado sueño y llama a sus criados para
asegurarse de que lo soñado no era fantasía. Tristán es el primero que llega y
es enviado a buscar a Sempronio y Pármeno, pero no están. Entonces, llega
Sosia, el mozo de espuelas, despeinado y Tristán piensa que se ha peleado en
una taberna. Pero Sosia explica primero a Tristán y luego a Calisto que
Sempronio y Pármeno han sido degollados públicamente en la plaza, después
de matar a Celestina y caer de la casa de Celestina quedando casi muertos.
También dice que Elicia dijo que mataron a Celestina porque no quería
compartir una cadena de oro. Calisto se lamenta y piensa que todo se hará
público. Decide acudir por la noche a la cita con Melibea en el huerto
acompañado por Sosia y Tristán con unas escaleras.