caso de un psicópata. De este modo, cuando actuamos de forma malévola, ante esta
disonancia interna, nos justificamos (por injusto que pueda ser). Así, según Punset, se
han elaborado grandes paradojas y “sinsentidos históricos” de comportamiento humano:
abusos, torturas, degradaciones, mentiras…Se podría decir que no nos mentimos sino
que nos autojustificamos o autoengañamos.
Elsa Punset, comenta que el colmo de nuestro cerebro es que consiga mentirse
también a él mismo (suavizamos las verdades crudas de la vida, ignoramos a aquell@s
que conviene ver y escuchar, minimizamos los deseos incómodos o conflictivos…)
La mente distorsiona la memoria, las percepciones y la lógica. Tomamos
decisiones en función de sesgos cognitivos automáticos. Reinventamos la realidad para
acomodarla a nuestros deseos y a nuestras necesidades. Todo ello es un proceso tan
corriente que pasa inadvertido.
Es aquí cuando en el libro INOCENCIA RADICAL, se nos plantea un debate
entre la cara oscura y la cara consciente de la mente humana, ya que, según la autora, es
en el inconsciente en donde vivimos, sentimos y decidimos sin saber por qué ni cómo.
De hecho, ella incide en que muchos de nuestros procesos mentales ocurren fuera del
ámbito de la conciencia.
Ella misma dice: “Hoy en día, sabemos que el mundo inconsciente es tan
complejo y sigiloso que no podemos pretender tenerlo todo atado en la conciencia. Pero
el poder del inconsciente no cercena la voluntad humana…Más bien está en el poco
tiempo que dedicamos a la comprensión de quiénes somos”. En esta línea, que seamos
oscuridad o luz dependerá de nuestro entorno y de lo que en la vida lleguemos a
vislumbrar, educar, transformar. Para ella, vivir sin capacidad de transformación y
comprensión equivale a vivir pasivamente, presos de creencias y de “comportamientos
atávicos”.
Para finalizar, Elsa Punset cree que un aspecto importante de este gran cambio
social que se nos avecina es: la necesidad o certeza que así como nos pueden enseñar a
odiar y a temer, también - “y de forma urgente”- nos pueden enseñar a sacarle partido,
deliberadamente, a la enorme capacidad que tenemos para amar y crear.
La autora aconseja: evitar la mentira, las lealtades caducas (creencias), los
juicios tajantes y las divisiones arbitrarias y excluyentes; contradecir en vez de justificar
nuestras creencias. En fin, encontrar los cauces por los que pueda fluir la creatividad
humana. Se trata de “canalizar la energía viva que nos habita en los espejos de la vida
donde nace o muere nuestra inocencia radical”.