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matices y caracteres, difíciles, con remordimientos, ilusiones; condicionados por los recuerdos y
resquebrajados por el contexto.
Una dirección pausada, con muchísima rigor y fuerza, propia de Richard Brooks. Cada encuadre es un
puro acierto, condicionado por el avance narrativo. La puesta en escena llega a la más absoluta y mejor
teatralidad, apabullante, decidida, acertadísima, cada movimiento, cada gesto.
Una fuerza narrativa y una intensidad dramática llegando a cotas de grandeza, de
desgarradora belleza. El rencor, la hipocresía, la doble moral, las relaciones familiares, los
remordimientos, la conciencia, la insatisfacción son muchos de los temas que abarca este inmenso filme,
llevado con un talento innato. Un magnífico Paul Newman abarcando a un personaje ahogado por sus
remordimientos y su conciencia, en el que el film deja abierto y el espectador interpreta las diferentes
características del personaje (múltiples posibilidades), de una ambigüedad manifiesta. De guión complejo
e intachable, sin agujeros, magnífico y reflexivo, dando poder y visión al film.
Como he mencionado previamente, esa intensidad dramática es una de las grandes cualidades del film,
llegando a un poder y a un nivel altísimo, en “carne viva”, sin nunca caer en el sentimentalismo ni en la
moralina como muchas películas actuales, sino llegando a la perfección mediante el talento y el trabajo
impecable. De momentos realmente emotivos y sinceros, de verdades escondidas y sacadas a la luz, de
noticias dramáticas.
“La gata sobre el tejado de zinc” es ante todo un filme apasionado y complejo, una obra maestra
desgarradora que ahonda en las relaciones familiares, sacando sus miserias y sus falsedades, así como sus
sinceridades y sus pasiones, un contraste perfecto, adaptando magníficamente otra vez el drama escrito
por el complejo autor Tenessee Williams.
Excelente.
La otra cara de los monstruos
¡Después de horas de maquillaje los actores quedaron irreconocibles!
Muchas veces vemos películas que nos dejan impresionados con sus efectos especiales y su tecnología
en general, por ejemplo las películas de terror están compuestas de varios factores que las hacen
llamativas pero el más importante e imprescindible es el maquillaje. Este es elemental para
que puedan generar miedo y es desde hace años que en Hollywood lo ocupan para crear todos sus efectos
más espeluznantes.