SI EVA OBEDECE EL MANDAMIENTO DE DIOS, NO CAÍDA..ppt

En el tiempo de la caída, Eva era inmadura en su corazón y en su intelecto.
Por lo tanto, cuando ella escuchó la palabra tentadora del arcángel, su corazón e intelecto fueron sacudidos produciéndole un caos interno y, a causa de esto, se debilitó su libre voluntad. Cuando Eva fue tentada por el arcángel, su mente original le causó intranquilidad y miedo para tratar de impedir su caída. Sin embargo, Eva fue más allá del punto de la caída debido a que la fuerza de la pasión era más potente que su libre voluntad debilitada y, al final, ella cometió la caída. Si Eva no hubiera correspondido a la palabra del arcángel, a pesar de ponerse libremente en contacto con él, y si además hubiera obedecido el mandamiento de Dios, ella no habría caído. Según esto, podemos comprender que la libertad de Eva la condujo al punto de la caída, pero la fuerza que le hizo sobrepasar este punto no fue su libertad, sino la fuerza del placer ilícito fuera del Principio.
El hombre caído puede ponerse en contacto con Dios mediante su libre voluntad y acción, y realizar la acción de dar y recibir con Él centrada en Su palabra.
Gracias a la fuerza del amor dentro del Principio entre Dios y el hombre, este puede ser restaurado a su posición original.

1. Federación de Familias para la Paz y Unificación Mundial
El Diosismo – El Punto de Vista de Dios
Los Verdaderos Padres, Sun Myung Moon y Han Hak Ja.
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En el tiempo de la caída, Eva era inmadura en su corazón y en su intelecto.
Por lo tanto, cuando ella escuchó la palabra tentadora del arcángel, su corazón e intelecto
fueron sacudidos produciéndole un caos interno y, a causa de esto, se debilitó su libre
voluntad. Cuando Eva fue tentada por el arcángel, su mente original le causó intranquilidad
y miedo para tratar de impedir su caída. Sin embargo, Eva fue más allá del punto de la
caída debido a que la fuerza de la pasión era más potente que su libre voluntad debilitada
y, al final, ella cometió la caída. Si Eva no hubiera correspondido a la palabra del arcángel,
a pesar de ponerse libremente en contacto con él, y si además hubiera obedecido el
mandamiento de Dios, ella no habría caído. Según esto, podemos comprender que la
libertad de Eva la condujo al punto de la caída, pero la fuerza que le hizo sobrepasar este
punto no fue su libertad, sino la fuerza del placer ilícito fuera del Principio.
El hombre caído puede ponerse en contacto con Dios mediante su libre voluntad y acción,
y realizar la acción de dar y recibir con Él centrada en Su palabra.
Gracias a la fuerza del amor dentro del Principio entre Dios y el hombre,
este puede ser restaurado a su posición original.