Historia del movimiento profético 219
- Historias milagrosas y populares, comparadas a menudo
con las «florecillas» de san Francisco: el agua de Jericó, los
niños de Betel, la viuda, la sunamita, la olla, la multiplicación
de los panes, curación de Naamán, el hacha perdida en el Jor
dán, resurrección de un muerto al entrar en contacto con el
cadáver de Eliseo.
- Relatos de carácter diverso, pero relacionados con la po
lítica: guerra de Jorán contra Mesa de Moab (2 Re 3,4-27),
guerra con Siria, poniendo de relieve lo milagroso (6,8-23),
Eliseo y Jazael de Damasco (8,7-15), asedio de Samaría y ham
bre en la ciudad (6,24-7,2), unción de Jehú como rey de Israel
(9,1-10), anuncio de la victoria contra Siria (13,14-20). Dentro
de estos relatos es curioso que unos lo ponen en buenas rela
ciones con el rey Jorán (6,8-23), otros en malas (3,4-27), otros
se quedan a medias (6,24-7,2). Sí parece cierto que Eliseo in
tervino en la rebelión de Jehú contra la dinastía de Omrí.
Muy relacionados con Eliseo están los «hijos de los profe
tas» (bené nebi'im). Esta curiosa expresión, que no debe en
tenderse en sentido físico, aparece diez veces en el Antiguo
Testamento, y en nueve de ellas aparece en torno a Eliseo. Te
nemos sobre ellos más datos que sobre los «grupos proféticos»
de tiempos de Samuel, pero no muchos. Se encuentran en lo
calidades al sur de Israel (Reino Norte), quizá en relación con
santuarios locales (Betel, Jericó, Guilgal). Algunos estaban ca
sados (2 Re 4,1), pero llevaban cierta vida comunitaria (2 Re 2;
4,38-41); al menos, se reunían de vez en cuando para escuchar
al maestro (2 Re 4,38; 6,1). Parece que se trata de personas de
bajo nivel social: viven de la caridad pública (4,8), algunos te
nían grandes deudas (4,1 ss), Eliseo los invita a comer de lo que
le regalan (4,38-41).
A pesar de la escasez de datos, estos grupos se han presta
do a numerosas hipótesis y discusiones "\ Sobre todo, se los ha
querido ver como continuadores de los grupos proféticos que
aparecen en torno a Samuel y de los que existieron en siglos
posteriores 17. Considero más aceptable la postura de Porter,
que él mismo resume de la siguiente forma:
«La expresión bené bannebi'im no se refiere a asociaciones
proféticas en general, sino a una organización profética concreta,
confinada a un período histórico y a un área geográfica muy pre
cisos. Surgió en oposición a ciertas innovaciones teológicas de la
dinastía omrida, alcanzó su zenit bajo el liderazgo de Eliseo, y
cuando, bajo su impulso, hubo destronado a la dinastía y elimi
nado el culto al dios extranjero Baal, terminó su obra y desapa-
16 Véase la interesante nota de J. R. Porter, bené hannebi'im: JThSt 32
(1981) 423-429.
17 El argumento más fuerte en este sentido es la aparición de una fórmula
semejante en Amos, un siglo más tarde. Enfrentándose al sacerdote de Betel,
afirma Amos que él no es «profeta ni hijo de profeta (ben-nabi')». Pero la
expresión es distinta, como indica Porter.