Cerebelo:
El cerebelo es una parte muy importante del sistema nervioso central que controla
de forma inconsciente la contracción suave de los músculos voluntarios y coordina
cuidadosamente sus acciones, junto con la acción de sus antagonistas. Cada hemisferio
cerebeloso controla los movimientos musculares del mismo lado del cuerpo pero no tiene
ninguna vía directa hacia las neuronas motoras inferiores, sino que ejerce su control a
través de la corteza cerebral y del tronco encefálico.
Básicamente, el cerebelo representa un papel fundamental en la coordinación
temporal de las actividades motoras y en el paso suave y rápido desde un movimiento
muscular al siguiente. También sirve para regular la intensidad de la contracción muscular
cuando varia la carga a la que se encuentra sometida, lo mismo que para controlar las
interacciones instantáneas que son necesarias entre los grupos musculares agonistas y
antagonistas.
Ubicado en la fosa craneal posterior, cubierto por la tienda del cerebelo. Dividido por
2 hemisferios y el vermis central. Conectado a la cara posterior del tronco encefálico por
tres haces simétricos de fibras nerviosas, denominados pedúnculos cerebelosos superior,
medio e inferior. Posee tres lóbulos principales. Tres cisuras.
Estructura del cerebelo:
Compuesto por una cubierta externa de sustancia gris, denominada corteza y la
sustancia blanca interna. En el interior de la sustancia blanca de cada hemisferio, hay tres
masas de sustancia gris que forman los núcleos intracerebelosos.
Corteza cerebelosa
Capa molecular
Capa de células de Purkinje
Capa granulosa
Áreas funcionales de la corteza cerebelosa
La corteza del vermis influye en los movimientos del eje mayor del cuerpo, es
decir, el cuello, los hombros, el tórax, el abdomen y las caderas.
Inmediatamente lateral al vermis, está la denominada zona intermedia del
hemisferio cerebeloso, se ha demostrado que esta área controla los músculos de las
partes distales de las extremidades, sobre todo, las manos, los pies y los dedos.
La zona lateral de cada hemisferio cerebeloso, parece estar vinculada con el
planeamiento de movimientos secuenciales de todo el cuerpo y participa en la evaluación
consciente de los errores del movimiento. Sin esta zona lateral, la mayor parte de las
actividades motoras diferenciadas del cuerpo pierden su sincronización y ordenación
adecuadas y, por tanto, se vuelven descoordinadas.
Núcleos cerebelosos
Dentado
Emboliforme
Globoso
Fastigio o del techo
Sustancia blanca
Formada por tres grupos de fibras:
Intrínsecas
Aferentes
Eferentes
Funciones del cerebelo
El cerebelo recibe información aferente, relacionada con el movimiento voluntario
desde la corteza cerebral y desde los músculos, los tendones y las articulaciones.
También recibe información relacionada con el equilibrio desde el nervio vestibular y
posiblemente relacionada con la vista a través del tracto tectocerebeloso. También se
cree que el cerebelo puede enviar información hacia la corteza motora cerebral, para
inhibir los músculos agonistas y estimular los músculos antagonistas, limitando así la
extensión del movimiento voluntario.
El cerebelo ha recibido el nombre de área silente del encéfalo durante mucho
tiempo, sobre todo porque su excitación eléctrica no origina ninguna sensación consciente
y rara vez causa alguna actividad motora. Sin embargo su extirpación hace que los
movimientos corporales cobren un carácter muy anormal. El cerebelo resulta
especialmente vital durante las actividades musculares rápidas como correr, escribir en
computadora, tocar el piano e incluso conversar. La desaparición de este componente del
encéfalo puede causar una incoordinación casi total de estas tareas aun cuando su
pérdida no provoque la parálisis de ningún músculo.
El cerebelo también colabora con la corteza cerebral en la planificación por
anticipado del siguiente movimiento secuencial una fracción de segundo antes, mientras
se está ejecutando aun el movimiento actual, lo que ayuda a la persona a pasar con
suavidad de un movimiento al siguiente. Asimismo, aprende de sus errores, es decir, si un
movimiento no sucede exactamente tal como se pretende, el circuito cerebeloso aprende
a realizar otro más potente o más débil la próxima vez.
Aunque clásicamente se ha relacionado las funciones del cerebelo con la
motricidad, en los últimos tiempos se le ha atribuido otras funciones:
Regulación del tono muscular
Modulación del acto motor, es decir exacta medida y necesaria fuerza.
Mantener postura y equilibrio (con la información del laberinto).
Asegura la sinergía y la diadococinesia esto es, la coordinación de los
diversos grupos musculares, cuando deben contraerse para realizar
movimientos simultáneos o sucesivos, respectivamente.
Intervendría en la fluidez del lenguaje.
Participaría de procesos cognitivos
Activaría los procesos del aprendizaje de patrones motores.
Percepción visuoespacial.
Regularía funciones ejecutivas y emocionales
Si bien el cerebelo desempeña un papel importante en la actividad del musculo
esquelético, no puede iniciar el movimiento muscular.
El cerebelo y sus conexiones
Síndrome cerebeloso
Es una patología que raramente se muestra aislada, sino asociada a otros
síndromes mayores. Se produce por lesión aguda o crónica del cerebelo y está
caracterizada por incoordinación motora, movimientos poco armónicos e incorrectamente
adaptados a su fin (ataxia), lo que condiciona lentitud de los mismos, disminución del tono
muscular, marcha inestable con exagerada elevación de los pies y correcciones
constantes de la postura, también puede haber afectación del lenguaje con incoordinación
y disartria.
Cada hemisferio cerebeloso está conectado por vías nerviosas principalmente con
el mismo lado del cuerpo, de modo que la lesión de un hemisferio cerebeloso, da origen a
signos y a síntomas que están limitados al mismo lado del cuerpo.
Etiología
Las etiologías del síndrome cerebeloso pueden dividirse en dos grandes grupos:
Enfermedades con síndrome cerebeloso puro o dominante.
Vasculares:
- Infartos o lesiones isquémicas
- Hemorragias
- Trombosis
Tumorales:
Degenerativas:
- Enfermedad de Friedrich
- Enfermedad de Pierre-Marie
Malformaciones:
- Arnold Chiari
- Dandy Walker
- Malformaciones vasculares
Enfermedades con síndrome cerebeloso asociado a manifestaciones
piramidales o extrapiramidales.
Degenerativas:
- Esclerosis múltiple
Malformaciones:
- Arnold Chiari
- Dandy Walker
- Malformaciones vasculares.
Toxicas:
- Intoxicación Alcóholica Aguda
Cuadro clínico
Aunque se ha destacado la importancia del cerebelo en el mantenimiento del tono
muscular y la coordinación del movimiento de los músculos, debe recordarse que los
síntomas y signos de las lesiones agudas difieren de los producidos por las lesiones
crónicas. Las lesiones agudas producen síntomas y signos agudos y graves, pero existe
evidencia clínica considerable para demostrar que los pacientes pueden recuperarse
totalmente de las lesiones cerebelosas grandes. Esto sugiere que otras áreas del sistema
nervioso central pueden compensar la pérdida de la función cerebelosa. Las lesiones
crónicas, como los tumores de crecimiento lento, producen síntomas y signos mucho
menos severos que los de las lesiones agudas.
Los siguientes signos y síntomas son característicos de la disfunción cerebelosa:
Signos subjetivos
Vértigo: es un síntoma muy constante en las lesiones cerebelosas. A veces
aparece cuando el enfermo se encuentra en bipedestación, pero a veces se
presenta en el decúbito horizontal y en este caso se produce principalmente en
determinado decúbito, en general, cuando el enfermo esta acostado sobre el lado
opuesto al de la lesión.
Cefalea
Vómitos de tipo cerebral: estos dos últimos síntomas están más bien vinculados a
la hipertensión endocraneana que acompaña a las lesiones cerebelosas
ocupantes.
Signos objetivos
Hipotonía:
Los músculos del mismo lado de la lesión pierden elasticidad a la palpación.
Hay menor resistencia a los movimientos pasivos de las articulaciones.
Al sacudir la extremidad, se producen movimientos excesivos en las articulaciones
terminales.
El trastorno es atribuible a la pérdida de influencia cerebelosa sobre el reflejo de
estiramiento simple.
Por lo general se acompaña de reflejos osteotendinosos disminuidos y de tipo
pendular, junto con un llamativo fenómeno de rebote en la prueba de Steward-
Holmes.
Cambios posturales y alteración de la marcha:
La cabeza a menudo está rotada y flexionada y el hombro del lado de la lesión
está más bajo que el del lado normal.
La alteración de la estática provoca inestabilidad en ortostatismo, por lo que el
paciente adopta una base ancha cuando se pone de pie (separa los pies, para
aumentar su base de sustentación) a esto se le denomina astasia. Y a menudo
mantiene las piernas rígidas para compensar la pérdida de tono muscular.
Al permanecer de pie y al andar, su cuerpo presenta frecuentes oscilaciones y se
tambalea hacia el lado afectado. Es la marcha característica de ebrio, titubeante,
con los pies separados e inclinándose hacia el lado de la lesión.
Trastornos de los movimientos voluntarios (ataxia):
Los músculos se contraen en forma irregular y débil. Los grupos musculares no
pueden funcionar armoniosamente y hay descomposición del movimiento.
La alteración de la coordinación de los movimientos voluntarios da lugar a la
aparición de: hipermetría, asinergia, discronometria y disdiadococinesia.
Hipermetria: cuando una persona, suele rebasar considerablemente el punto en el
que desea situar su mano o cualquier otra parte de su cuerpo. El movimiento
corrientemente llega más allá del punto deseado.
Asinergia: se debe a la incoordinación de los músculos implicados en la marcha.
Se manifiesta cuando al intentar dar un paso el paciente levanta en exceso el pie del
suelo y mantiene el tronco hacia atrás, por lo cual el avance es imposible a menos que se
le ayude. (Gran asinergia de Babinski)
Pequeña asinergia: contracción simultanea entre los distintos grupos musculares
que intervienen en un movimiento más o menos complejo.
Disdiadococinesia: cuando el sistema de control motor no consigue predecir
dónde van a estar las diversas partes del cuerpo en un momento determinado, “pierde” la
percepción de ellas durante la realización de los actos motores rápidos. Como
consecuencia, el movimiento siguiente puede comenzar demasiado pronto o demasiado
tarde, por lo que no habrá una “sucesión de movimientos” ordenada. Del lado de la lesión
cerebelosa los movimientos serán lentos, en sacudidas e incompletos. Hay demoras en la
iniciación de los movimientos e incapacidad para mover todos los segmentos de las
extremidades en conjunto en forma coordinada. Hay tendencia a mover una articulación a
la vez.
Temblor de actitud:
Grueso y evidente, de pequeña amplitud y rápido. Ocurre temblor cuando se intentan
movimientos finos, como abotonarse las prendas, escribir y afeitarse. También llamado
temblor intencional o temblor de acción.
Trastornos de los reflejos:
El movimiento producido por los reflejos tendinosos tiende a continuar durante un
periodo más prolongado que lo normal. Por ejemplo, se produce una sacudida pendular
de la rodilla después de percutir el tendón rotuliano. Normalmente, el movimiento ocurre y
es autolimitado por los reflejos de estiramiento de los agonistas y antagonistas. En la
enfermedad cerebelosa, debido a la pérdida de influencia sobre los reflejos de
estiramiento, el movimiento continúa como una serie de movimientos de flexión y
extensión en la articulación de la rodilla; o sea, la pierna se mueve como un péndulo.
Otros trastornos
Además de los signos descritos anteriormente, se observa en los cerebelosos:
Trastornos de la escritura:
Son el resultado del temblor, de la dismetría y demás perturbaciones de los movimientos
voluntarios; la escritura es irregular, angulosa, desigual; renglones en zigzag. La dismetría
puede dar lugar a megalografismo.
Trastornos del movimiento ocular:
El nistagmo, que esencialmente es una ataxia e hipotonia de los músculos oculares,
es una oscilación rítmica de los ojos. Se demuestra más fácilmente al desviar los ojos en
dirección horizontal. Esta oscilación rítmica de los ojos puede tener la misma velocidad en
ambas direcciones (nistagmo pendular), o más rápida en una dirección que en otra
(nistagmo en sacudidas). Se observa cuando hay lesión de las vías vestibulocerebelosas,
que discurren por el pedúnculo cerebeloso inferior, o del vermis.
Trastornos del habla:
La disartria ocurre en la enfermedad cerebelosa debido a la ataxia de los músculos
de la laringe. La articulación de las palabras se produce en sacudidas y las sílabas a
menudo están separadas entre sí. El habla tiende a ser explosiva y las sílabas con
frecuencia se arrastran. En las lesiones cerebelosas no hay parálisis ni cambios
sensitivos.
Trastornos de la barognosia
Haciendo apreciar al cerebeloso pesos iguales colocados en cada mano, se observara
que la valoración en kilogramos, por ejemplo, es mucho más justa en el lado sano que en
el enfermo; en este generalmente se valora en menos.
Crisis cerebelosa
En las lesiones del cerebelo pueden aparecer convulsiones tónicas con rigidez en
hiperextensión de los miembros (opistótonos), asociadas a pérdida de conciencia y
cianosis, se observa cuando hay grandes lesiones de la línea media.
Trastornos estáticos o de
la posición
Trastornos cinéticos o de
los movimientos activos
Otros trastornos
Astasia
Temblor de actitud
Desviaciones
Hipotonía muscular
Trastorno de la
escritura, de la palabra y
nistagmos, por ataxia de
los músculos
implicados.
Trastornos de la
barognosia
Exploración de un paciente con Síndrome Cerebeloso
Para evaluar la astasia
Prueba de Romberg: se le pide al paciente que se coloque de pie,
observaremos que este, aumenta la base de sustentación para equilibrar
su posición. Si le pedimos que cierre los ojos, el paciente no cae, debido a
que en el síndrome cerebeloso no está positivo el signo de Romberg (no
hay signo de Romberg, debido a que el paciente oscila estando tanto con
los ojos abiertos, como con los ojos cerrados, no hay lesión vestibular)
Para evaluar desviaciones
En la posición de pie, puede observarse que el enfermo tiene tendencia a irse o
caer hacia adelante (propulsión), hacia un lado (lateropulsión) o hacia atrás
(retropulsión). La lateropulsión manifiesta puede observarse cuando hay lesión de
un hemisferio cerebeloso (es hacia el mismo lado).
Para evaluar la asinergia:
Gran asinergia de Babinski: El enfermo al caminar, levanta más de lo
necesario el pie del suelo, porque exagera la flexión de muslo; luego lleva
el pie hacia adelante, pero no puede caminar más, porque el tronco no ha
avanzado al mismo tiempo. Esta gran asinergia del tronco, se debe a la
falta de coordinación simultánea de los músculos.
Pequeña asinergia:
Prueba de la inversión del tronco: Estando el enfermo de pie, se le pide
que se incline hacia atrás. Una persona normal flexiona las piernas para
mantener el equilibrio; en cambio el cerebeloso permanece con las piernas
rígidas y al no flexionar las rodillas, pierde el equilibrio.
Prueba de arrodillamiento: Se le indica al paciente que tome con sus
manos el respaldo de una silla y que se arrodille sobre el asiento, primero
con un miembro y luego con el otro. El cerebeloso levanta la rodilla en el
lado asinérgico más allá de lo necesario y luego al bajarla, choca
fuertemente contra el asiento.
Para evaluar la marcha:
Mediante las maniobras o ejercicios de Fournier. En ellos se evalúa:
a) El pasaje del decúbito dorsal a la posición de sentado.
b) Cuando el paciente, desde esta, se incorpora
c) Se le indica que camine en línea recta hacia adelante y hacia atrás, primero con
los ojos abiertos y luego con los ojos cerrados; durante la realización de la marcha
se le indica que se detenga o bien que se dé vuelta para proseguirla en sentido
contrario
d) Que efectúe la prueba anterior pero a mayor velocidad, sea a paso vivo o
trotando
e) Que suba y que baje una escalera.
En el individuo atáxico la marcha será incoordinada, los movimientos asinérgicos,
la base de sustentación será amplia y podrá caminar con los brazos separados del
tronco para que actúen como balancines. Las modificaciones en el ritmo de la
marcha, en la dirección y las detenciones bruscas pondrán de relieve con mayor
facilidad los defectos en la coordinación motora, que también se acentúan al
aumentar la velocidad o las dificultades que significa el desplazamiento en una
escalera.
Para evaluar la hipermetría
Prueba del índice de Babinski: Se le indica al paciente que lleve su
índice a la punta de la nariz o al lóbulo de la oreja. Se observa entonces
que el dedo del enfermo llega al extremo de la nariz o al lóbulo de la oreja,
pero no se detiene ahí, sino que va más allá y a veces choca con violencia
sobre la nariz o la oreja.
Prueba del talón: Estando el paciente en decúbito dorsal, se le ordena
que toque su rodilla con el talón del lado opuesto. Se observa que el talón
va más allá de la rodilla y, por ejemplo, choca con el muslo.
Prueba de la raya horizontal de Babinski: Se trazan en un papel dos
líneas verticales paralelas, separadas por una distancia de 10cm, y se
ordena al enfermo que trace líneas horizontales que reúnan estas
verticales. El cerebeloso trazará rayas que sobrepasan la línea vertical de
la derecha.
Para evaluar la dismetría
Pruebas de la dismetría de André-Thomas:
Prueba de la prensión del vaso: Cuando se ordena al enfermo tomar un
vaso, se observa que abre la mano más de lo necesario, e igualmente,
cuando suelta el vaso, su mano se abre de nuevo desmesuradamente.
Prueba de la inversión de la mano: Se ordena al enfermo que coloque
sus manos en extensión con las palmas hacia arriba y que invierta
simultánea e inmediatamente la posición de las mismas; si existe lesión
cerebelosa, se nota que la mano del lado enfermo no se invierte con la
misma rapidez que la del lado sano, pero desciende mucho más, lo que se
observa sobre todo en el dedo pulgar.
Para evaluar la diadococinesia:
Se coloca al paciente sentado, y se le pide que golpee su rodilla con las manos,
alternando la palma y el dorso cada vez más rápidamente. También se le puede
indicar que toque con su dedo pulgar los demás dedos de la mano. Hacer ejecutar
al paciente movimientos rápidos y al máximo de flexión y de extensión del
antebrazo sobre el brazo. El cerebeloso cumple esto, lenta y torpemente, o no lo
cumple; se observa también en extrapiramidales, pero en este caso la causa de su
alteración es la rigidez simultánea de músculos agonistas y antagonistas.
Para evaluar el temblor cinético:
Se observa cuando el paciente realiza movimientos y especialmente al final de los
mismos (temblor intencional); es tanto más pronunciado cuanto más rápidamente
se ejecuta el movimiento.
Para evaluar la braditeleoquinesia o descomposición del movimiento
Esta consiste en que el paciente realiza un acto o movimiento complejo,
disociándolo en sus movimientos más simples y hasta no haber ejecutado cada
uno de estos completamente, no efectúa el que le sigue. Por ejemplo, estando en
decúbito dorsal, se le pide que extienda su brazo verticalmente y toque, después,
su nariz con el dedo índice. Una persona normal baja y flexiona simultáneamente
el codo y toca su nariz con el índice. El cerebeloso, no; primeramente baja el brazo
extendido, hasta colocarlo a un lado, y recién alcanza esta posición flexiona el
codo y toca con el dedo la nariz.
Trastornos de los movimientos pasivos
Pruebas de pasividad de los miembros superiores
Estando el enfermo de pie, se toma a mano llena el tronco por encima de la
cintura y dejando los brazos inertes se le imprimen movimientos
alternativos de rotación a derecha e izquierda. Se observara en el
cerebeloso que el miembro superior del lado enfermo presenta oscilaciones
mucho mayores que el del lado sano.
Se sacude el antebrazo, sosteniendo el brazo por encima del codo, o bien
la mano, teniendo sujeto el antebrazo por encima de la muñeca, y se
observa que los movimientos son, en el cerebeloso, más amplios en el lado
afectado. Esto puede ser tan notable que a nivel de las manos se produzca
un verdadero peloteo
La pasividad de las articulaciones radiocubitales se revela también por la
facilidad con que se realizan movimientos pasivos sucesivos y alternantes
de supinación y pronación. A la adiadococinesia de los movimientos activos
corresponde una diadococinesia pasiva exagerada
Pruebas de pasividad en los miembros inferiores
Se realizan en forma semejante a las de los miembros inferiores.
La pasividad cerebelosa es el resultado de la hipotonia que determina la lesion.
Prueba de la resistencia o prueba de Stewart-Holmes:
Se ordena al paciente que flexione, con fuerza, el antebrazo sobre el brazo y, al
mismo tiempo, el observador se opone a ello, sujetando la muñeca fuertemente,
que suelta luego, de pronto. Se observa entonces que en un individuo normal la
flexión del antebrazo se continúa por un instante, pero inmediatamente se detiene
y el antebrazo recobra pronto su posición anterior; por el contrario, en el
cerebeloso el antebrazo sigue su curso, flexionándose cada vez más y suele
golpear bruscamente contra el hombro. Se debe a la falta de contracción tónica del
musculo antagonista (tríceps)
Fenomeno de Schilder o fenomeno cerebelar de imitacion:
Cuando un cerebeloso tiene flexionada la pierna sobre el muslo en el lado sano y
trata con los ojos cerrados de imitar la posición del miembro sano, con el enfermo,
sigue flexionando este último lado, cada vez más intensamente aunque considera
que están en la misma posición, de flexión, en la rodilla y en la cadera.
Diagnóstico topográfico
Tiene por objeto determinar la parte del cerebelo enferma, si la lesión
asienta en el vermis, en los hemisferios o en las conexiones cerebelosas.
Clásicamente se distinguen tres grandes síndromes cerebelosos:
El síndrome cerebeloso medio, vermiano o paleocerebeloso, cuya causa más
frecuente es el meduloblastoma del vermis en los niños. El compromiso del lóbulo
floculonodular conduce a signos y síntomas relacionados con el sistema vestibular.
Dado que el vermis es el único que influye sobre las estructuras de la línea media.
Se caracteriza por la importancia de los trastornos de la estación de pie (postura y
equilibrio) y de la motilidad de los miembros inferiores, con asinergia de tronco y
tendencia a la retropulsión. El nistagmo, por compromiso de las vías
vestibulocerebelosas, y la disartria suelen coexistir. Es un síndrome cerebeloso de
predominio estático y de localización generalmente bilateral. En casos de
afectación del pedúnculo cerebeloso inferior es homolateral a la lesión.
El síndrome cerebeloso lateral, de los hemisferios o neocerebeloso, los
tumores de un hemisferio cerebeloso pueden ser la causa de este síndrome. Está
dominado por la hipotonía muscular, la lateropulsión y, en especial, la
incoordinación motriz de los miembros. Es de predominio cinético, se observa en
las afecciones de los hemisferios cerebelosos y de los pedúnculos cerebelosos
superiores y es homolateral a la lesión. Los movimientos de las extremidades,
sobre todo de los brazos, están afectados. La disartria y el nistagmo también son
hallazgos frecuentes. Los trastornos de la parte lateral de los hemisferios
cerebelosos producen demoras en la iniciación de los movimientos e incapacidad
para mover todos los segmentos de las extremidades en conjunto en forma
coordinada pero muestran una tendencia a mover una articulación a la vez
Si son las conexiones cerebelosas las comprometidas, se observaran síndromes
cerebelosos asociados a manifestaciones sensitivas, motoras, de pares craneales,
etc., según los casos.
Diagnóstico diferencial
En general es relativamente fácil distinguir el síndrome cerebeloso de un trastorno
motor periférico, extrapiramidal o piramidal, ya sea por la propia semiología
motora, las anomalías de reflejos y los signos de las vías sensitivas.
Pero es más difícil distinguirlo de los cambios de apraxia ideo motriz, donde por lo
general no hay posibilidad de realizar actos motores complejos, pero no hay
descomposición arrítmica de los movimientos y falta de asinergia propiamente
dicha.
Hay otros cuadros de ataxia que pueden resultar complicados, como por ejemplo:
a) Ataxia Por Trastornos de Sensibilidad Profunda: aquí la lesión puede
ser periférica o medular, talámica o parietal. Cualquiera que sea el nivel
lesionar hay una agravación de la ataxia al cerrar los ojos, por otra parte
hay trastornos de la sensibilidad profunda sobre todo el sentido de las
actitudes segmentarias. La ataxia tabética es el ejemplo clásico.
b) Ataxia laberíntica: es quizás la más difícil de diferenciar, también es
desencadenada o agravada al cierre de los ojos por lo general existe
vértigo como alucinación rotatoria y nistagmo horizontal y las pruebas
laberínticas calóricas o rotatorias son positivas.
c) Ataxias mixtas: a veces hay patología que presentan estos tipos de
ataxias como la esclerosis en placa y/o tumores del tronco cerebral; la más
típica es la ataxia mixta de las degeneraciones espino-cerebelosas.
d) Ataxia Frontal o Callosa: Existen lesiones originadas en el encéfalo que
producen ataxia que a veces son problemas difíciles de diferenciar, como
la llamada ataxia frontal de Burns, donde la clásica diferencia se hace en la
falta de hipotonía muscular.
Datos importantes:
Los síndromes cerebelosos puro y aislados pueden ser originados por
tumores que asientan en el cerebelo y por localizaciones de enfermedades
infecciosas agudas.
Un hemisindrome cerebeloso obedece, si es aislado, a lesiones
homolaterales.
Un síndrome cerebeloso asociado a manifestaciones piramidales
acentuadas obedece muy a menudo, sobre todo en adultos, entre 20 y 40
años, a la esclerosis múltiple.