NEFROGENÉTICA66
Correspondencia: Víctor García Nieto
Unidad de Nefrología Pediátrica.
Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria.
Santa Cruz de Tenerife.
[email protected]
http://www.revistanefrologia.com
© 2011 Revista Nefrología. Órgano Oficial de la Sociedad Española de Nefrología
Síndrome de Bartter y enfermedades afines
V. García Nieto
1
, M.I. Luis Yanes
1
, F. Claverie Martín
2
1
Unidad de Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife
2
Unidad de Investigación. Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife
Nefrologia Sup Ext 2011;2(1):66-73
doi:10.3265/NefrologiaSuplementoExtraordinario.pre2011.Mar.10908
A Juan Rodríguez Soriano,
In memoriam
SÍNDROME DE BARTTER. CARACTERÍSTICAS
CLÍNICAS Y TEORÍAS FISIOPATOLÓGICAS
En 1962, Bartter, et al. comunicaron los datos clínicos obser-
vados en 2 pacientes hombres de 5 y 25 años, respectivamen-
te, afectados por una nueva enfermedad caracterizada por re-
traso del crecimiento, hiperplasia del aparato yuxtaglomerular
(figura 1), hiperaldosteronismo, presión arterial normal, alcalo-
sis metabólica hipopotasémica e hipoclorémica y defecto en la
capacidad de concentración resistente a la acción de la pitresi-
na
1
. En ambos sujetos, se demostró un incremento de los ni-
veles circulantes de angiotensina. Además, la infusión de an-
giotensina II produjo un aumento de la presión narterial
considerablemente menor que el inducido por dosis similares
en sujetos normales
1
. Ese mismo año 1962, Camacho y Bliz-
zard describieron las historias clínicas de 2 sujetos emparenta-
dos (primos), afectados de alcalosis metabólica, retraso de cre-
cimiento y una excreción urinaria de aldosterona elevada
2
. Por
azares del destino, los nombres de estos autores no han pasa-
do a la historia.
Con el paso del tiempo, se establecieron dos patrones clíni-
cos que permitieron distinguir entre una forma grave de pre-
sentación antenatal (Bartter neonatal) y una forma de apari-
ción más tardía, durante los primeros años de la vida (Bartter
clásico). La variante neonatal se caracteriza por un importan-
te polihidramnios (poliuria intrauterina), parto prematuro,
episodios de deshidratación graves, hipercalciuria y nefrocal-
cinosis de comienzo precoz. Algunos pacientes tienen un as-
pecto característico. Son delgados y con una facies de forma
triangular caracterizada por frente prominente, ojos grandes,
orejas protuberantes y boca con las comisuras hacia abajo
3
.
El retraso en el crecimiento es la norma, aunque mejora con
el tratamiento. Otras manifestaciones sistémicas pueden ser
convulsiones, incremento de la susceptibilidad a las infeccio-
nes, diarrea secretora y osteopenia
4
.
En la variante clásica puede estar presente, asimismo, una his-
toria de hidramnios materno y de parto prematuro. Los sínto-
mas se inician durante los primeros 2 años de la vida, e inclu-
yen poliuria, polidipsia, vómitos, estreñimiento, apetencia
excesiva por la sal y retraso tanto del crecimiento como del de-
sarrollo intelectual. La nefrocalcinosis es rara y la hipercalciu-
ria, menos intensa que en la forma neonatal. Estos dos últimos
datos son básicos para el diagnóstico diferencial clínico de am-
bos subtipos en ausencia de los estudios genéticos. La hipopo-
tasemia puede manifestarse en forma de debilidad muscular,
fatiga e, incluso, tetraparesia flácida. Si es prolongada e im-
portante, se pueden formar quistes renales
5
. La hipopotasemia
se acompaña de alcalosis hipoclorémica y con frecuencia, de
hiperuricemia, dada la contracción del volumen extracelular.
Algunos pacientes evolucionan a una situación de enfermedad
renal crónica terminal. En este caso, es frecuente el hallazgo
de una glomeruloesclerosis focal y segmentaria
6
.
Durante los siguientes años que transcurrieron desde la publi-
cación de los primeros casos, fueron surgiendo numerosas hi-
pótesis patogénicas que han sido confirmadas o desechadas
con la llegada de la aportación inestimable de las técnicas de
biología molecular. Inicialmente, puesto que la angiotensina
estaba elevada y no existía una respuesta presora, Bartter, et
al. postularon que el defecto primario en estos pacientes de-
bía ser la existencia de una resistencia vascular primaria a la ac-
ción presora de la angiotensina
1
. No obstante, poco después
se supo que podía existir una reducción de la respuesta preso-
ra a la angiotensina en otras circunstancias que cursan con de-
pleción corporal de sal como cirrosis, nefrosis y la enfermedad
de Addison.
Desde los primeros estudios, se constató la presencia, en estos
pacientes, de una eliminación urinaria incrementada de aldos-
terona, por lo que se ensayó la adrenalectomía, sin resultados
positivos. Con esto, se comprobó que la hipopotasemia no se
debía primariamente al hiperaldosteronismo
1,7
. La presencia de