PRACTICA MEDICA II
I UNIDAD
separan menos en el lado paralizado y ofrecen menos resistencia al oponerse a este movimiento
ocurre lo propio si, estando separados como un abanico, queremos impedir que los junte.
Signo del dedo meñique (Rowwer). Consiste en la abducción del dedo meñique cuando el paciente
extiende sus manos y dedos adelante, con las palmas hacia abajo. Los dedos tienden normalmente
a estar en aducción cuando están en esta posición, pero en la hemiparesia leve el quinto-dedo del
lado afecto se pone en ligera abducción, con un espacio abierto entre él y el anular. El signo sólo se
considera que está presente cuando el quinto dedo del lado afecto está en abducción mientras el
del lado normal está en aducción. Es signo de hemiparesia leve; no se ve en los pacientes con
hemiplejía.
Maniobra de Strauss: El enfermo extiende la mano por la muñeca, contra la resistencia que le ofrece
el médico con su propia mano. La comparación de uno y otro lado muestra una debilidad de los
extensores en el lado parésico. Estos músculos son más recientes filogénicamente que los flexores
y por ello se alteran antes.
Maniobra de Barré: Con el individuo en decúbito prono, se colocan los miembros inferiores
flexionados sobre las rodillas, con los pies separados, y procurando que ambos lados de la pelvis
descansen por igual sobre el plano de la cama y que los codos no puedan imprimir, por asimetría en
su actitud, una torsión al tronco, causa de error. En el lado deficitario, la pierna va cayendo poco a
poco, a sacudidas, a pesar de los esfuerzos del paciente para sostenerla, manifestados por la
contractura intensa de los flexores de la pierna. Esta paradójica caída de la pierna, a pesar de los
esfuerzos infructuosos de los flexores, es precisamente lo que tiene mayor valor para el diagnóstico.
En la lesión grave piramidal, o de la neurona motriz inferior, la pierna cae como un peso muerto (a
plomo).
Prueba de la hiperflexión de la pierna: Con el sujeto en decúbito prono, se le hace flexionar al
máximo la pierna sobre el muslo; la pierna deficitaria lo hace incompletamente. Si nos oponemos a
este movimiento, veremos asimismo que, en el lado enfermo, la oposición es mucho menor.
Maniobra de Mingazzini: Colocado el individuo en decúbito supino, el muslo se flexiona en ángulo
recto respecto del tronco (adopta, por tanto, la posición vertical), mientras que la pierna se sostiene
horizontal. Al poco rato de mantener esta postura, la pierna y el muslo del lado afecto descienden
paulatinamente.
Prueba del descenso de la rodilla (Wartenberg): Es, quizá, la más sensible para comprobar
afecciones del tracto piramidal. Se sitúa al paciente en decúbito supino, con las piernas algo
separadas y las rodillas dobladas. Los talones han de descansar sobre una superficie resbaladiza. En
caso de hemiplejía leve, la rodilla desciende, después de un cierto espacio, hasta extenderse la
pierna por completo. La prueba se repite varias veces con diverso grado de genuflexión. Percutiendo
la mesa de reconocimiento, puede acelerarse el descenso de la rodilla.
Pruebas de las piernas péndulas (Wartenberg): Sentado el paciente en el borde de la mesa de
reconocimiento, con las piernas colgantes, éstas son levantadas hasta la horizontal por el médico,
quien las deja luego caer y observa su pendulación sagital. Las enfermedades extrapiramidales,
especialmente las del grupo parkinsoniano, reducen el tiempo de oscilación de modo manifiesto,
mientras que las afecciones de la neurona periférica lo aumentan. En caso de enfermedades
piramidales, la pierna se desvía lateralmente del plano sagital y describe movimientos circulares,
semicirculares y elípticos, con frecuencia, sólo al final de las oscilaciones.
Signo de la flexión de la rodilla (Bonaretti): En el enfermo en decúbito dorsal y con las piernas
simétricamente extendidas y separadas, la lenta rotación interna del pie (pasiva y contemporánea)
determina frecuentemente, cuando existe una lesión piramidal, una mayor o menor elevación de la
rodilla por flexión del muslo sobre la pelvis del lado afecto (o del lado más afecto en caso de lesión
bilateral). En los sujetos sanos, el fenómeno es poco manifiesto y simétrico