Clínica
La clínica, como ya hemos mencionado, es de presentación tardía (4ª-5ª década de la vida),
y se caracteriza por corea (movimientos espasmódicos e involuntarios, amplios y bruscos
de las extremidades, que dificultan incluso la marcha), síntomas psiquiátricos (problemas
afectivos y cambio de personalidad, irritabildiad, agresividad, brotes psicóticos, deseo de
suicidio) y una degeneración neurológica progresiva que llega a conducir a la demencia.
También se caracteriza por parkinsonismo, pérdida de expresión facial (por su combinación
con la corea, se ha llamado a esta enfermedad de "máscara en movimiento"), e incluso
trastornos oculares (movimientos sacádicos, alteraciones en el parpadeo).
El orden de presentación de los síntomas es casi siempre el de los no-motores antes de los
motores, siendo los primeros los psiquiátricos (los oculares pueden ser un signo precoz),
luego movimientos nerviosos ("inquietos"), que dan paso al cuadro general, y los más
avanzados son los debidos al deterioro neurológico (sobre todo a nivel cognitivo, del
lenguaje, dificultad en la deglución, etc...). La muerte (de media 15 años después del inicio
de la enfermedad) suele deberse a una neumonía por aspiración u otra complicación
médica.
El síndrome de Westphal es una variante de esta enfermedad, y se caracteriza por aparición
más temprana, a los 20 años. Incluso se han descrito casos de inicio infantil.
Diagnóstico
Sospecha por la clínica, y confirmación por diagnóstico molecular. RM, TAC, PET o
pruebas neuropsiquiátricas pueden ser inespecíficas, o reflejar la atrofia cerebral. Hoy en
día, se aplican métodos para detectar las mutaciones específicas (en este caso, contar el
número de repeticiones). Lleva aparejado siempre el consejo genético.
El diagnóstico diferencial debe hacerse con esquizofrenia, corea familiar benigno, ataxias
hereditarias, acantocitosis neural, enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Pick o
enfermedad de Creutzfeldt Jakob.
Anatomía patológica
Atrofia cerebral (sobre todo en corteza frontal y parietal, pero también en tálamo, caudado
y putamen), caracterizada por muerte neuronal y gliosis.
Tratamiento
No existe tratamiento que cure la enfermedad, o impida la progresión. Tan sólo es
sintomático, para disminuir su afectación. Los bloqueantes de dopamina (fenotiacina,
haloperidol), son útiles para disminuir los trastornos motores. También se han usado otros
medicamentos (amantidina, reserpina).
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