desenmascare a la moral de su época. Es una “filosofía del martillo”, destructora de valores. Aquí comienza la parte
de la filosofía de Nietzsche que dice “no”:
1º) LA CRÍTICA A LA MORAL: en “La genealogía de la moral”, Nietzsche aplica el método genealógico a los valores
morales. Investiga en diversas lenguas la etimología de los conceptos y descubre cómo en todas las lenguas la
palabra “bueno” tuvo en un primer momento el significado de noble o aristocrático, mientras que “malo” tenía el
sentido de plebeyo, vulgar. En un primer momento esta contraposición se refería a un estamento social y no tenía
connotaciones morales. La transmutación de los valores se produce cuando los plebeyos se rebelan y se
autodenominan buenos – y ahora sí, los conceptos adquieren un sentido moral- considerando malos a los nobles.
Esta transmutación es obra del judaísmo, primero, y del cristianismo después, que adoctrinan a la masa elogiando la
debilidad frente a la fortaleza de ánimo y generan en ella el resentimiento, que es una reacción de los débiles.
Cuando ese resentimiento se vuelve creador de valores, entonces se invierte la mirada y aparece la moral
tradicional, la moral de los esclavos, que ha invertido los valores de la moral de los señores.
-La moral de los señores: no se trata de voluntad de dominio sobre un pueblo, en sentido político, sino de
afirmación de la vida, de voluntad de poder, entendida como una fuerza creadora de valores para uno mismo.
-La moral de los esclavos: es el resultado del resentimiento, es propia de los espíritus débiles e impotentes, es la
voluntad de la igualdad: formar parte del rebaño y reducirlo todo a la mediocridad. Esta moral de los esclavos ha
triunfado históricamente en la cultura occidental: el rebaño ha impuesto su voluntad de igualdad y ha producido los
valores de Occidente, una civilización enemiga de la vida. Esta moral antinatural tiene su base filosófica en el
platonismo y en el cristianismo, que afirman un orden moral situado fuera del mundo y de la vida, y del que
provienen los valores de los hombres.
2º) LA CRÍTICA A LA METAFÍSICA: toda la historia de la filosofía es la historia de un error. Ese error comienza con
Sócrates, que impone un pensamiento lógico y racional, y se afianza con Platón, que infravalora el mundo sensible,
el mundo del devenir, creando un mundo suprasensible, estático y eterno en el que se sitúa el bien en sí. Nietzsche
interpreta esto como una negación de la vida. Incapaces de afrontar la vida, los espíritus débiles inventan la ilusión
de un mundo verdadero y someten a la realidad a las leyes lógicas y los conceptos. La filosofía a martillazos recae
sobre los conceptos de la metafísica (sustancia, causa, finalidad, cosa en sí), con los que se ha pretendido separar la
apariencia de la esencia. La apariencia es lo único que existe, y los conceptos metafísicos nos alejan de la auténtica
realidad. Por su parte, el cristianismo es un “platonismo para el pueblo”, justifica el sufrimiento y la muerte como
consecuencia de una culpa, y convierte en pecado todo lo que significa la vida: los instintos, los sentidos, el cuerpo.
La salvación consiste para el cristianismo, en la renuncia a la vida: convierte en valores los sentimientos propios del
rebaño, como la obediencia, el sacrificio o la humildad. El sentido de la vida se coloca en un más allá, donde se sitúa
la vida verdadera. Pero platonismo y cristianismo no han sido los únicos dispensadores de sentido: la razón, el
progreso, la historia, han ocupado el lugar de Dios desde la Ilustración, cuando el hombre empieza a liberarse de la
religión. La necesidad de encontrar un sentido a la existencia es propia del hombre, pero la vida, en opinión de
Nietzsche, es azar sin finalidad.
3º) LA CRÍTICA AL LENGUAJE Y A LA CIENCIA: la experiencia vital del individuo es cambiante y el hombre pretende
fijarla en conceptos. Nietzsche se pregunta qué entienden los hombres por “verdad”. La verdad es la metáfora que
adjudicamos a un concepto y un concepto es un resultado de un proceso de abstracción a partir de sensaciones
parecidas. (NOESCRIBIR EN EXAMEN: “esto es un árbol” es V. Nietzsche dice: ni V ni F, sino que es una metáfora.)
Mediante un pacto, los hombres utilizan las mismas metáforas para poder comunicarse, encerrando, petrificando la
realidad viva y cambiante que percibimos por medio de los sentidos en conceptos fríos, estáticos. La sociedad
occidental necesita la seguridad de los conceptos porque teme enfrentarse al caos de la diversidad de la diversidad
de la realidad. La cultura occidental concede más realidad a los conceptos, que a lo percibido por los sentidos. De tal
forma que se considera lo más propiamente humano aquello que es racional. Para Nietzsche la historia de la
filosofía es la historia de un error filológico: confundir el lenguaje con la realidad, olvidar el carácter metafórico del
concepto y atribuir más realidad al concepto que al mundo concreto y particular que nos rodea.
Nietzsche niega la existencia de valores absolutos, verdad o mentira, y afirma un concepto pragmático de la verdad:
para cada individuo es verdad lo que aumenta su voluntad de poder. Defiende el perspectivismo, la pluralidad de