La segunda diferencia entre la sociedad campesina y la sociedad arcaica estriba en el hecho
de que la primera se sitúa generalmente en la órbita de centros urbanos y en el marco de
una «gran civilización», mientras que la segunda está aislada, encerrada en sí misma, con
su gobierno propio, con sus leyes peculiares, sin más relaciones que las mantenidas con
algunas sociedades cercanas ¿e su misma especie. La sociedad campesina, en cambio,
conoce la cít4d. o sabe al menos de su existencia. Puede incluso mantener c d medio urbano
relaciones frecuentes: la ciudad es el mercado para excedentes de su producción agrícola;
es el lugar de atracción & los jóvenes que abandonan el campo; puede ser también el lugar
de residencia del gran propietario de las tierras o de la pesca que otorga los créditos a los
campesinos; la ciudad es asimiszna la sede principal del gobierno, etc. La sociedad
campesina sufre pix, en grados diversos según los casos, la influencia de la dudad, ¿e sus
modas, de ‘sus ideas, de sus invenciones, de sus leyes, de su gobierno, de sus guerras, de
sus ciclos económicos, etc.
Salida de su aislamiento, puesta bruscamente en contacto cosa la sociedad urbana o
tecnológica, la sociedad arcaica corre muda más el peligro de desorganizarse o de sufrir,
por lo menos, violento choque y conocer hondas perturbaciones. La sociedad campesina,
por su parte, posee un largo hábito de coexistencia con la ciudad, ha desarrollado a su
respecto mecanismos de defensa y protección, y ha aprendido desde mucho tiempo atrás a
asimilar a su modo y a su propio ritmo lo que le aporta la sociedad urbana.
Estudios antropológicos y sociológicos de las sociedades campesinos
Cuando Redfleld describe lo que él da en llamar folk society, está claro que piensa sobre
todo y quizá exclusivamente en la sociedad arcaica. Es algo singularmente evidente en su
artículo del «American Journal of Sociology» que antes hemos citado. El propio Redfield
cuenta cómo la antropol0g, tras haber concentrado su atención exclusivamente en las
sociedades arcaicas, ha “descubierto” progresivamente las sociedades campesinas gracias a
los estudios efectuados en América latina, en África y en Oriente ‘. En ocasión de su
estudio sobre la aldea mexicana de Tepóztlafl, al nos hemos referido anteriormente,
Redíield saca la conclusión al que la sociedad campesina constituye un tipo de sociedad
«intermedia entre la tribu y la sociedad moderna» u, idea que luego ha desarrollado y
sistematizado u, Algunos antropólogos y ciertos geógrafos son sobre todo quienes estudian
hoy los medios rurales. Los 5ociólogos, por su parte, se han consagrado más bien al análisis
& la sociedad tecnológica y urbana, descuidando quizá demasiado tos medios rurales.
Existe sin embargo una cierta tradición de «sociología rural» digna de ser reemprendido y
ampliada.
Hasta comienzoS del siglo xix, la inmensa mayoría de los hombres vivían en sociedades
tradicionales, campesinas o arcaicas. Así sucedía en todos los contineflte Pero una minoría
más o menos importantes según las civilizaciones y las épocas, habitaba en las ciudades.
Éstas, evidentemente, no datan de la era industrial, ya que tienen una historia de por lo
menos 5000 años, historia que probablemente se remonta hasta 7000 y 8000 años atrás.
Hasta el siglo XVIII, sin embargo, la ciudad era bastante diferente de la actual, por cuanto
se trataba de una ciudad preindustrial. Si, como acabamos de ver, la sociedad campesina
puede ser considerada como un tipo social intermedio entre la sociedad arcaica y la
sociedad moderna, la ciudad preindustrial puede ser considerada asimismo como otro tipo