Sola y sin cola

1,967 views 17 slides Jun 27, 2017
Slide 1
Slide 1 of 17
Slide 1
1
Slide 2
2
Slide 3
3
Slide 4
4
Slide 5
5
Slide 6
6
Slide 7
7
Slide 8
8
Slide 9
9
Slide 10
10
Slide 11
11
Slide 12
12
Slide 13
13
Slide 14
14
Slide 15
15
Slide 16
16
Slide 17
17

About This Presentation

LIBRO, PRIMERO BÁSICO


Slide Content

EDELVIVES

ALA DZ

Sola
y Sincola

Patxi Z reta

Noemi Villamuza

LA CAMIONETA

Como todos los años, este verano
estan pasando por nuestra gasolinera
un montón de camionetas cargadas

Esta mañana llegó una,

y se bajaron uno, dos, tres, cuatro,
cinco, seis y siete hermanos

a mirar cómo llenaba el tanque.

Al terminar, su padre parqueó

la camioneta y, con él,

bajaron la madre, una cabra

y una, dos y tres gallinas.

Cuando acabaron, los padres
uno, dos, tres, cuatro, cinco,

y

‚eis y siete hermanos, la cabra,
y una, dos y tres gallinas se subieron
a la camioneta.

Y, como todos los años,
siguieron su camino a África.
—Buen viaje —les deseé en voz

baja

Luego el hombre extendió

una pequeña alfombra

en el pavimento y, arrodillado

sobre ella, se puso a rezar.
Entretanto, el mayor

de los hermanos se quedó

al cuidado de la cabra y las gallinas.

El resto, en compañía de su madre,

se marchó a la tienda y al baño.

FALTA EQUIPAJE

pr

Durante la mañana, llené
el tanque a uno, dos y tres carros,
y le eché diésel a un camión
Regresé a la tienda
y, cuando me disponía
a echarle un vistazo al periódico,
escuché un ruido
en las estanterías de los regalos.
Me acerqué
y me llevé una gran sorpresa:
¡allí estaba una de las niñas
de la camioneta de antes!

Estaba mirando un morral
con sus ojos de oliv

Salí pitado al exterior
pero no había ni rastro
de la camioneta. Volví a entrar,

y la niña continuaba

sin quitarle el ojo al morral
No sabía qué hacer
y le pregunté su nombre,

pero no me ha debido de entender.

—Te llamaré Sola, porque se
olvidaron de ti y te dejaron mas
sola que la una —dije bajito.

«A lo mejor podría coger mi carro
» ir con la niña tras la camioneta»,
pensé después

Pero yo también estaba solo
en la gasolinera
y no la podía abandonar.

—No te preocupes, Sola, tu familia
se fue, pero pronto volverán
a buscarte —le dije mientras
acariciaba su pelo rizado

Alo mejor no me entendió,
pero me miro con sus OJOS
de oliva y me cogió la mano.

Aunque también puede

que me haya entendido,

porque me llevó
a la orilla de la carretera

y se quedó mirando
a lo lejos, esperando

Tuve que ir a llenar
el tanque de otra camionet

En su interior vi uno,
dos y tres hermanos,

«Quizá si recogieran a Sol
y fueran tras sus padres... »,
pensé para mi

Pero me pareció ir
Y cuando la camioneta pasó
al lado de Sola, ella los siguió
con sus ajos de oliva
hasta que desaparecieron
en la carretera.

Después se quedó mirando
a lo lejos, esperando.

CONDUCTOR BARRIGON

as De

Como todos los afios,
también este verano estan pasando
un montón de carros
por nuestra gasolinera

Esta mañana llegó otro

de tantos y, mientras yo llenaba

el tanque, se bajó
un conductor barrigón
y fue al baño
Dentro del carro vi
uno y dos niños, la madre
y la abuela: todos ellos dormidos.

Cuando el hombre volvió

y me pagó la gasolina

su barriga me pareció

más pequeña.

Luego, en cuanto se marcharon
sentí que un gato

se arremolinaba amis pies.
Entonces, lo entendf todo;

el muy desalmado lleyaba un gato
escondido bajo la ropa’

y jijacababa de abandonarlo

en nuestra gasolinerallt

Y mientras yo echaba gasolina
a otros Carros,
el gato se acercó a Sola
y ella le acarició la cabeza

—Tu eres como yo —habrá
dicho, a lo mejor, en voz baja

Y los dos se quedaron mirando

a lo lejos, esperando.

pero sé que el carro del dueño del gato

Y ahora yo deseo con toda mi alma
no volverá: esos nunca vuelven

que vuelva la camioneta de Sola,

EL ACCIDENTE

De repente, un camión

de los grandes pasó

a toda velocidad, como un huracán.
El gato, asustado, salió

a la carretera de un salto.
Inmediatamente se oyeron

el pito de un carro y un largo

gemido. Luego vi a Sola,
tapändose los ojos con las manos.

Yo no habia reaccionado aun
cuando Sola salía a la carretera
En ese momento otro carro
dio un fuerte timonazo
para evitar a Sola y, sin parar,

se alejó pitando.

Corrí desesperado hacia e
pero, afortunadamente,
la niña se encontraba bien
El gato, en cambio, estaba sin sentido,
tirado en la carretera
Rápidamente, lo tomé en mis brazos
y lo metí en la tienda
Sola le acariciaba la cabeza.
El minino por fin abrió
los ojos, pero no era capaz
de decir ni miau. El carro
le había aplastado la cola,
y se la había dejado caída y sin pelo.

Mientras estaba llenando
el tanque de un camión,
vi a Sola levantarse de un salto
Hizo visera con una mano y con la

otra empezó a hacer señales.

Cada vez con más fuer
Pero el conductor

de la camioneta devolvió

el saludo pitando

y continuó su camino.

Y Sola lo siguió con sus ojos
de oliva, hasta que lo vio
desaparecer en la carretera.

Luego se volvió a sentar
sobre el asfalto,
cogió a Sincola en el regazo,

y se puso a acariciarla

Sola y Sincola están en la orilla
de la carretera, mirando a lo lejos,
esperando. Yo también las miro
a ellas, esperando.

LA CAMIONETA ESPERADA

Un carro acaba de pasar a su lado
a toda velocidad, y un perro
se asomó por la ventana
para ladrarles rabioso
Sincola dio un salto,
se arqueó como un puente
y se le pusieron los pelos de punta.

Pero su cola está completamente

caída y raida, y resulta ridícula,

como un ratón sin bigote
como un elefante grande sin trompa

—{Ni los padres de Sola,

ni ninguno de sus uno, dos, tres,

cuatro, cinco y seis hermanos
se habra dado cuenta todavia de que
falta la niña? ¿Los habrán localizado,
en alguna gasolinera
decepcionado, en voz b:
Pero, de repente, vi a Sola
levantarse de un salto. Y entonces
lo escuché de lejos: era el pito
frenético de una camioneta
Y lo vi de lejos: un torbellino
de manos y pañuelos en las ventanas.
Y la niña, llena de alegría,

me miró con sus ojos de oliva.

La camioneta llegó
en un santiamén y esta vez fue
la madre de Sola la primera en salir
y abrazar a su hija. Después, uno, dos,
tres, cuatro, cinco y seis hermanos,
la cabra y una, dos y tres gallinas
bajaron del vehículo.
Su padre fue el último
y se la comió a besos.

Había lágrimas en los ojos de oliva

UN REGALO INESPERADO

A Sola la llamaron Fatima
Le pidieron perdón y luego
se la llevaron a la tienda para
preguntarle qué quería comprar
Sola miró primero el morral,
y luego a Sincola.

—El gato —respondió.

Pero su madre señaló
la cabra, y una, dos y tres gallinas,

y se lo negó con la cabeza.

Mientras discutían,
alcé a Sincola y
le ofrecí el morral a la niña.

_Es mi regalo —le dije
mientras le daba un beso.

Sola me miró a mi, primero, y a

su alrededor, después,
pero Sincola se había escabullido,

sigilosamente, como suelen
hacer todos los gatos.
Como se hacía tarde,
no pudo ir en su busca
Luego sus padres me abrazaron
y me dieron las gracias
Me dijeron que les avisaron
en una gasolinera, que la idea
de la llamada había sido muy buena.

—Sukran —se despidieron
al final, como hacen los africanos
a los que lleno el tanque

Esta vez conté con atención
cuántos entraron en la camioneta
la cabra; una, dos y tres gallinas;
uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis
y siete hermanos, y los padres
Se subieron gritando, cantando...

A Sola la dejaron sentarse

junto a la ventana, y buscaba

a Sincola con sus ojos de oliva.
Yo, nuevamente solo,
la despedí con la mano
—A lo mejor en su viaje
de vuelta llenarán el tanque
en esta gasolinera
—pensé en voz baja.
Y ahora estoy deseando que Sola
abra el morral
y, sin que lo espere,
se encuentre con los ojos pardos

y vivarachos de Sincola..
Tags