Tecnologías en la Educación Superior. Periodico Digital Camargo J..pdf

JESUSCAMARGO24 2 views 6 slides Oct 09, 2025
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La educación superior está viviendo una transformación acelerada gracias a la tecnología, que ha pasado de ser un recurso complementario a convertirse en el eje central de la enseñanza, impulsando clases híbridas que combinan la presencialidad con la virtualidad y permitiendo a los estudiantes...


Slide Content

TECNOLOGÍAS EN LA
EDUCACIÓN SUPERIOR.
Una nueva manera de
aprender y enseñarOctubre, 2025.
Las universidades están viviendo un cambio
profundo, la tecnología ha dejado de ser un
simple apoyo para convertirse en el corazón de
muchas estrategias de enseñanza, las clases
híbridas combinan la presencia física con la
virtualidad, lo que permite a los estudiantes
acceder al conocimiento desde cualquier lugar, el
aprendizaje ya no se limita a un aula ni a un
horario fijo, ahora los jóvenes pueden revisar
material grabado, participar en foros y recibir
retroalimentación inmediata a través de
plataformas digitales, esta flexibilidad ha hecho
que más personas se animen a continuar sus
estudios sin importar su edad o ubicación.
El aprendizaje actual se apoya en la colaboración
y la experimentación, los estudiantes ya no son
receptores pasivos, sino protagonistas que
construyen conocimiento a través de proyectos,
debates y entornos virtuales interactivos, la
enseñanza se vuelve más dinámica cuando
combina recursos digitales con experiencias
reales (CYD FUNDATION, 2020).Periódico digital

Plataformas digitales que
abren puertas
Herramientas como Moodle, Google Classroom o
Canvas se han convertido en aulas virtuales donde
la interacción ocurre de forma constante, los
docentes suben materiales, aplican exámenes y
acompañan el progreso de cada estudiante de
manera más personalizada, incluso los algoritmos
de inteligencia artificial ya pueden detectar
dificultades de aprendizaje y ofrecer recursos
adaptados a cada necesidad, este avance ha hecho
que los profesores asuman un nuevo rol, más
cercano al de un guía o mentor que al de un
transmisor de información, mientras los
estudiantes ganan autonomía y aprenden a
gestionar su propio ritmo (Aula1, 2017).
Las plataformas digitales han transformado la
manera en que las universidades organizan sus
clases, ya no se trata solo de subir apuntes o
calificaciones, sino de crear entornos de
aprendizaje activos y colaborativos, a través de
herramientas como Microsoft Teams, Edmodo o
Blackboard, los estudiantes pueden compartir
ideas, trabajar en proyectos grupales y recibir
retroalimentación inmediata.
Otro aspecto destacable es la personalización del
aprendizaje, los sistemas digitales recopilan
datos sobre el rendimiento y los intereses de
cada estudiante, lo que facilita adaptar los
contenidos a sus necesidades, por ejemplo,
algunas plataformas utilizan inteligencia
artificial para recomendar materiales
adicionales o ejercicios específicos según las
debilidades detectadas, esta capacidad de ajustar
la enseñanza rompe con el modelo tradicional
uniforme, ofreciendo una experiencia más
inclusiva y flexible que se adapta al ritmo de
cada persona, logrando así un aprendizaje más
significativo y duradero.
Las plataformas también han impulsado la
internacionalización de la educación, ahora es
posible participar en clases dictadas por
universidades extranjeras, colaborar con
compañeros de otros países y acceder a
conferencias en tiempo real sin salir de casa,
esta apertura global ha enriquecido la formación
académica, ya que promueve el intercambio
cultural y el desarrollo de competencias digitales
(Tech, 2022).

Desafíos éticos
y brechas
digitales
A pesar de los beneficios, no todo es positivo, el
acceso desigual a la tecnología sigue siendo un
obstáculo que separa a los estudiantes con más
recursos de aquellos que apenas logran
conectarse, la brecha digital se hace visible no
solo en la infraestructura, sino también en las
habilidades tecnológicas, muchos docentes aún
se sienten abrumados ante las nuevas
herramientas y requieren formación continua,
además, surgen dilemas éticos sobre la
privacidad de los datos, el uso de la inteligencia
artificial en la evaluación y la dependencia
excesiva de los dispositivos, la educación no
puede perder su dimensión humana ni su
sentido crítico (Rosado, 2025).
Uno de los mayores retos que enfrentan las
universidades es garantizar que todos los
estudiantes tengan las mismas oportunidades de
acceso a las herramientas tecnológicas, la
desigualdad en la conectividad, el costo de los
dispositivos y la falta de infraestructura en
zonas rurales limitan el aprendizaje en línea,
muchos jóvenes deben compartir un solo equipo
en casa o conectarse desde lugares públicos con
señal inestable, esta situación genera una
diferencia notable entre quienes pueden
aprovechar plenamente los recursos digitales y
quienes apenas logran mantenerse al día, la
educación superior, al volverse más tecnológica,
corre el riesgo de profundizar estas brechas si
no se diseñan políticas de inclusión real.
surgen preocupaciones sobre la privacidad y el
manejo de los datos personales, las plataformas
educativas almacenan grandes cantidades de
información sobre hábitos de estudio,
rendimiento y participación, lo que puede ser
útil para mejorar la enseñanza, pero también
plantea riesgos si no se protege adecuadamente,
los estudiantes deben tener claridad sobre quién
accede a sus datos y con qué propósito, y las
instituciones están obligadas a implementar
sistemas de seguridad que eviten el uso indebido
de esa información, la confianza digital se
convierte así en un pilar fundamental de la
educación moderna (Hill, 2022).
Otro desafío importante está relacionado con la
dependencia excesiva de la tecnología, muchos
alumnos y docentes se sienten presionados a
estar siempre conectados, respondiendo
mensajes o entregando tareas en cualquier hora
del día, lo que puede generar agotamiento y
estrés, mantener un equilibrio entre el uso de
los recursos digitales y el bienestar emocional es
clave para que la educación no pierda su sentido
humano, las universidades deben promover
hábitos saludables, espacios de desconexión y
una cultura donde el aprendizaje no se mida solo
por la cantidad de horas frente a una pantalla,
sino por la calidad de las experiencias que se
viven dentro y fuera de ella.

El profesor del siglo XXI
El profesor del siglo XXI se enfrenta a una realidad educativa
completamente distinta a la de décadas anteriores, ya no basta
con dominar los contenidos de su especialidad, ahora debe ser un
facilitador del aprendizaje que integra recursos digitales,
promueve la participación activa y estimula la curiosidad de los
estudiantes, la figura del docente se aleja de la autoridad que
dicta verdades absolutas para convertirse en un guía que
acompaña el proceso de descubrimiento, este cambio de rol exige
adaptabilidad, empatía y disposición para aprender
continuamente en un entorno que evoluciona a gran velocidad.
La formación docente se ha convertido en una necesidad
permanente, las universidades están invirtiendo cada vez más en
programas de actualización que combinan pedagogía y tecnología,
un buen profesor no solo debe conocer las herramientas digitales,
sino también saber cómo y cuándo utilizarlas, la clave está en
diseñar experiencias de aprendizaje significativas, que conecten
los contenidos con la realidad del estudiante, de nada sirve una
clase llena de recursos visuales si no logra despertar el
pensamiento crítico o la creatividad, el éxito educativo depende
más de la metodología que del software empleado (BSV, 2025).
El trabajo colaborativo también se ha vuelto una característica
esencial del nuevo perfil docente, los profesores comparten
estrategias, crean comunidades virtuales y construyen
materiales abiertos que otros pueden usar y adaptar, esta
dinámica rompe el aislamiento académico y fomenta una
educación más inclusiva y participativa, además, permite que los
estudiantes vean en sus docentes un modelo de cooperación y
diálogo, valores que son tan importantes como los conocimientos
técnicos o teóricos, la enseñanza se convierte así en una
experiencia colectiva que crece con cada aporte.
El profesor actual debe equilibrar la tecnología con la dimensión
humana del aprendizaje, en un mundo saturado de pantallas y
contenidos, lo que más valoran los estudiantes es sentirse
escuchados y comprendidos, un buen docente no se limita a
impartir clases, sino que acompaña, orienta y motiva, ayudando a
cada alumno a reconocer sus fortalezas y superar sus miedos,
esta conexión humana es lo que da sentido al uso de cualquier
herramienta digital, porque, al final, la educación no se trata solo
de transmitir información, sino de transformar vidas.

Mirando hacia adelante
Mirando hacia adelante, la educación superior se
perfila como un espacio en constante transformación,
las universidades ya no son estructuras rígidas
centradas únicamente en la transmisión de
conocimiento, sino ecosistemas de aprendizaje donde
la innovación y la colaboración marcan el rumbo, el
futuro académico dependerá de la capacidad de las
instituciones para adaptarse a un mundo cambiante,
donde las habilidades blandas, la creatividad y el
pensamiento crítico tendrán tanto valor como los
títulos o las calificaciones, los estudiantes buscan
experiencias formativas que conecten con la vida real
y los preparen para resolver problemas complejos en
contextos diversos (Bernal, 2025).
El aprendizaje del futuro será cada vez más flexible y
personalizado, los programas modulares y los
itinerarios formativos adaptados al ritmo de cada
estudiante ganarán protagonismo, las universidades
deberán ofrecer alternativas híbridas que combinen
el aula tradicional con la enseñanza virtual,
permitiendo estudiar desde cualquier lugar sin
perder la interacción humana, los modelos basados
en competencias reemplazarán gradualmente los
esquemas centrados en la memorización, impulsando
una educación más práctica y cercana a las
necesidades del mercado laboral, pero también más
comprometida con el desarrollo integral de la
persona.
Otro aspecto clave será la colaboración entre instituciones, empresas y comunidades, los proyectos
interdisciplinarios y las alianzas internacionales crearán oportunidades para que los estudiantes
participen en investigaciones, emprendimientos y experiencias interculturales, esta apertura favorecerá
una educación global que trasciende fronteras, fomentando la empatía, el respeto y la comprensión entre
culturas, las universidades que logren establecer redes sólidas de cooperación tendrán más posibilidades
de ofrecer una formación relevante y actualizada, capaz de anticiparse a los desafíos sociales y económicos
del futuro.

Referencias Bibliográficas
Aula1. (2017). Plataformas educativas ¿Qué son y para qué sirven? Retrieved from
https://www.aula1.com/plataformas-educativas/
Bernal, R. (2025). El futuro de la educación y las habilidades: Cómo preparar a los alumnos
para los retos del mañana. Retrieved from https://es.weforum.org/stories/2025/01/el-futuro-
de-la-educacion-y-las-habilidades-como-preparar-a-los-alumnos-para-los-retos-del-
manana/
BSV. (2025). 8 Características esenciales en el docente del siglo XXI. Retrieved from
https://www.bsvalencia.com/es/blog/caracteristicas-educador-siglo-xxi/
CYD, F. (2020). Palanca de cambio: El impacto de la tecnología en la educación superior.
Retrieved from https://www.fundacioncyd.org/impacto-de-la-tecnologia-en-la-educacion-
superior/
Hill, M. (2022). LA ÉTICA Y LA EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DIGITAL. Retrieved from
https://portal.amelica.org/ameli/journal/341/3413160009/html/
Rosado, T. (2025). Desarrollo de valores éticos en la educación digital. Retrieved from
https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-48212025000500114
Tech, S. (2022). Personalización del aprendizaje: estrategias y herramientas a usar.
Retrieved from https://smowl.net/es/blog/personalizacion-del-aprendizaje/