5º. – El reparto de las calorías a lo largo del día, con un 25% en el
desayuno, 30% en la comida, 15% merienda y 30% cena.
En suma, para que los menús tengan una dieta equilibrada han de
elaborarse siguiendo unos principios nutricionales básicos:
- Adaptarse a los requerimientos nutricionales de cada niño.
- Respetar los hábitos alimentarios y condiciones socioeconómicas del
sujeto.
- Que exista equilibrio entre los aportes de calorías y proteínas, de ácidos
grasos saturados y polisaturados y que se aporten suficientes vitaminas,
minerales, fibra y agua.
Además, a la hora de planificar los menús también hay que tener en cuenta
la edad de los niños (VVAA, 2004):
- La alimentación del recién nacido hasta los 6 meses es únicamente de
tipo lácteo. Después se van incorporando zumos, papillas de cereales,
frutas, verduras y añadiendo pescados, carnes y huevos.
- Entre el año y los 3 años, cuando aprende a masticar se le introducen
alimentos aplastados, sopas, pastas…, así como alimentos sólidos en
pequeños trozos como pescado, pollo, tortilla, frutas blandas. Poco a
poco aprenderá a comer solo y empezará a sumarse a las comidas
familiares.
- Para el niño de 3 a 6 años, debemos tener en cuenta que las raciones
aconsejadas son la mitad de las de un adulto pero con total variedad. Se
aconseja (además de las tres comidas principales) que se coman un
yogur o pieza de fruta a media mañana y una merienda por la tarde.
En un menú adecuado se combinarán platos fuertes con otros más ligeros,
pero siempre con preparaciones sencillas, fáciles de digerir y atractivas,
variando la preparación de los alimentos para que los niños se acostumbren a
distintos sabores. Tendremos en cuenta que los niños deben consumir
diariamente fruta, leche, cereales y verduras, y en los primeros y segundos
platos se combinarán legumbres, verduras, pasta, arroz, carne, pescado y
huevos.