Lucas tiene en vista a los paganos y muestra con simpatía a personas que no pertenecen al pueblo judío. El leproso agradecido, curado por el Señor, era samaritano ( Lc 17,16). Samaritano era también el hombre misericordioso de la parábola (10,30-35). La actitud de la reina de Saba y de los habitantes de Nínive (11,29-32) es elogiada por Jesús. Se habla bien del oficial romano (7,5) y Jesús mismo alaba su fe (7,9). En el Evangelio de Lucas aparecen destacados los textos sobre la oración: es necesario orar siempre, sin interrupción ( Lc 11,1-13; 18,1-8; 21,36). En distintos momentos muestra a Jesús orando: en su bautismo (3,21), en la elección de los apóstoles (6,12), durante su predicación (5,16; 9,18; 11,1), en la transfiguración (9,28-29), en el huerto de los Olivos (22,41-42.45) y en la cruz (23,34). También oran otros personajes: María, la Madre de Jesús ( Lc 1,46-55), Zacarías (1,67-79), los ángeles (2,14), Simeón (2,29-32), Ana, la profetisa (2,36-38).