! teoría de enlace-valencia 2!
Con esta perspectiva del enlace covalente, estamos listos para pasar al verdadero
problema que plantean las diferentes geometrías moleculares observadas. Por principio
de cuentas (y muy importante), considera que la direccionalidad de los lóbulos de los
orbitales atómicos que Erwin Schrödinger propuso para explicar la manera en la que los
electrones se ubican alrededor del núcleo no permiten explicar la geometría que adoptan
las moléculas (salvo muy escasas excepciones). Ejemplo: considera el caso donde un
átomo M se une a otros dos átomos L, y que los orbitales de capa de valencia de los que
M dispone para unirse son p. En este caso, se generaría una molécula L-M-L en forma de
“V” cuyo ángulo de enlace teórico sería 90º (M requeriría ubicar un electrón en uno de sus
orbitales p y otro electrón en un segundo orbital p para formar ambos enlaces covalentes;
la direccionalidad de los lóbulos de dos orbitales p son perpendiculares entre sí). Si bien
es cierto que el H2S sigue esta predicción, la aplastante mayoría no lo hace, incluyendo al
H2O, cuyo ángulo de enlace se desvía ostensiblemente del valor de 90º.
Para solucionar esto, la teoría de enlace-valencia plantea la construcción de una
capa de valencia alternativa para los átomos por medio de una serie de complicadas
operaciones matemáticas llamadas combinaciones lineales, con nuevos orbitales
formados a partir de los originales de Schrödinger: los orbitales atómicos híbridos,
cuyos lóbulos sí poseen la orientación adecuada que explican las formas geométricas que
exhiben las moléculas. En otras palabras, los sistemas de orbitales híbridos responden a
las necesidades arquitectónicas que demanda una enorme número de moléculas y
muchos otros sistemas químicos. Las formas tridimensionales que más frecuentemente
se adoptan se hayan resumidas en la tabla que se encuentra en la última página de este
archivo.
Si consideramos al átomo central como A, a los que le rodean (los ligantes) como
B y a los pares de electrones sin compartir que pueda tener A como E, existen 12
posibles arreglos ideales que precisarán de la hibridación de los orbitales de la capa de
valencia de A (ojo: la molécula NO es la que se hibrida). Por cada enlace σ (sigma) que
A establezca y por cada par de electrones E que posea, A requerirá de la presencia
de un lóbulo u orbital híbrido.
Al realizar la construcción de los orbitales híbridos, siempre debe incluirse al
orbital s de capa de valencia. Por ejemplo, suponte que la capa de valencia original de A
comprende los orbitales 2s, 2px, 2py y 2pz, y que en una cierta molécula, A se une a dos
átomos B, quedando éstos separados al máximo y equidistantes de A
(el ángulo de enlace B-A-B será, por tanto, de 180º), tomando así la
molécula una forma lineal. Para que seamos capaces de dar una
cabal explicación a la arquitectura recién descrita para AB2, debemos
entonces reorganizar la capa de orbitales de valencia de A para
obtener una alterna mediante el proceso de hibridación que incluya
nuevos orbitales con la direccionalidad que se precisa.
B A B