tesis 4 EL MISTERIO DE CRISTO EN LA ESCRITURA Y la tradicion.pptx
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presentación de una tesis teológica sobre el misterio de Cristo en la escritura y la tradición
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Language: es
Added: Oct 09, 2025
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EL MISTERIO DE CRISTO EN LA ESCRITURA Y EN LA TRADICIÓN Asignatura: Síntesis de teología dogmática Catedrático: P. Hover López. . Año: IV de teología . Seminarista: Edwin Santiago Diaz Ordoñez . Toda la vida de Cristo es Misterio. Cristología Bíblica. Cristo Jesús en La Tradición.
1. Punto de partida. a) Preguntas centrales El Ev nos presenta 2 interrogantes que marcan toda la Cristología “¿Quién es este?” (Mc 4,41), planteada por la gente ante los gestos y milagros de Jesús. “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mt 16,15), dirigida a los discípulos para suscitar una respuesta personal. Estas preguntas son el inicio del camino de fe: no basta con admirar a Jesús, es necesario reconocerlo y confesarlo.
b) Respuesta de la fe de la Iglesia La comunidad cristian a, iluminada por el Espíritu, afirma con convicción: Jesús es Señor , es decir, el Hijo de Dios que comparte su autoridad y poder. La fe no nace de una teoría, sino de la experiencia viva del encuentro con Jesús resucitado. Jesús es el Cristo , el Mesías esperado, ungido por Dios para salvar. Jesús es Salvador de la humanidad , porque su muerte y resurrección nos comunican vida nueva ( Hch 2,32-36).
c) El concepto bíblico de mystérion En la Biblia, mystérion no es un enigma sin resolver, sino el plan escondido de Dios que se revela en Jesucristo. San Pablo lo explica como la “sabiduría oculta” que Dios ha manifestado para nuestra salvación ( Rm 16,25; Ef 1,9). Esto significa que en Jesús descubrimos el proyecto eterno de Dios: reconciliar, salvar y dar vida plena a la humanidad.
I. TODA LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO Los misterios principales en el Credo: Encarnación y Pascua El Credo resume los dos grandes misterios de la vida de X to : Los misterios principales en el Credo: Encarnación y Pascua Encarnación ( kénōsis ): el Hijo eterno de Dios asumió nuestra naturaleza humana haciéndose verdaderamente hombre. Se llama kénōsis porque se “vació” de su gloria divina para compartir nuestra condición (cf. Flp 2,6-7). Pascua: su pasión, muerte y resurrección son el núcleo de nuestra fe (1 Cor 15,3-4). En la cruz se entrega por amor, y en la resurrección vence a la muerte y abre el camino de la vida eterna.
En Jesús se cumple la unión perfecta entre lo humano y lo divino: Col 2,9: “En Él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente”. Su humanidad visible revela su divinidad invisible Esto significa que su rostro humano, sus palabras y su vida cotidiana son el modo en que Dios se deja ver. Como explica el Catecismo (CIC 515), todo en Jesús es “sacramento”: su humanidad es signo visible de la presencia invisible de Dios.
Cada gesto, palabra y milagro de Jesús es signo de salvación Sus milagros no son solo actos de poder, sino signos del Reino de Dios que libera y transforma. Sus palabras son vida eterna, porque revelan al Padre. Sus gestos de misericordia, como tocar al leproso o perdonar pecados, muestran cómo Dios actúa y salva. Signos de salvación
Jesús mismo dice: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre” ( Jn 14,9). Esto significa que contemplando a Jesús su amor, compasión, justicia y entrega podemos conocer cómo es Dios. En Él se revela plenamente el rostro paterno y misericordioso de Dios. Su vida entera es revelación del Padre
La cruz y la resurrección son el centro de la salvación, pero toda la vida de Jesús es redentora En la cruz nos redime por su sacrificio, y en la resurrección nos abre la vida nueva ( Ef 1,7). Pero también su vida cotidiana es redentora: su obediencia, su predicación, su servicio, incluso su trabajo en Nazaret. El Catecismo (CIC 517) enseña que toda la existencia de Cristo tiene valor salvífico: no solo un momento, sino toda su entrega.
II. Cristología Bíblica a) En el Antiguo Testamento El pueblo de Israel vivió siempre con la esperanza de un Mesías , un enviado de Dios que lo liberara. Mesías = Ungido: al inicio se aplicaba al rey, después también a los sacerdotes, y finalmente se esperaba como el Hijo de David , el rey ideal.
El mesianismo se fue desarrollando en varias formas Rey: elegido y ungido por Dios para gobernar con justicia (1 Sam 9,16). Profeta: consagrado interiormente por el Espíritu para anunciar la Palabra ( Is 61,1). Sacerdote: guía espiritual y mediador entre Dios y el pueblo, llamado “sacerdote ungido” (Lev 4,3). Escatológico: un Mesías esperado al final de los tiempos, que restauraría la libertad de Israel y el culto a Dios. Político-religioso: interpretaciones nacionalistas que soñaban con un líder militar que liberara a Israel de sus enemigos.
b) En el Nuevo Testamento Cuando Jesús aparece, el pueblo tenía diferentes ideas sobre cómo debía ser el Mesías: Fariseos: lo esperaban como un legislador fiel a la Ley. Zelotas: como un líder militar que expulsara a los romanos. Esenios: como un sacerdote puro que guiara al pueblo en santidad. La cruz de Jesús rompió todos esos esquemas, porque un Mesías crucificado era visto como un fracaso y un escándalo. Pero con la resurrección los discípulos comprendieron que todo estaba anunciado en la Escritura y comenzaron a proclamarlo con fe.
Las primeras profesiones de fe se expresaron en Kerygma : proclamación fundamental: Jesús murió y resucitó, y ahora es el Señor. Homologías: fórmulas personales, breves y directas, como “Jesús es Señor”. Confesiones de fe: expresiones comunitarias, que tenían ya un carácter doctrinal. Himnos cristológicos: oraciones y cantos litúrgicos que exaltaban a Cristo (ej. Flp 2,6-11; Col 1,13-20).
c) Tradiciones bíblicas sobre Cristo En el NT hay diversos enfoques teológicos , que se complementan Paulina: San Pablo proclama a Cristo como Kyrios (Señor), nuevo Adán que trae vida y mediador de la creación. Sinóptica (Mateo, Marcos, Lucas): presentan a Jesús como el Hijo del Hombre que sufre y el Siervo anunciado por Isaías. Joánica ( Ev . Jn ): resalta a Cristo como el Verbo eterno hecho carne , el Hijo de Dios que revela al Padre y que es el centro de toda la historia de la salvación.
II . Cristo en la Tradición La defensa de la fe frente a las herejías En los primeros siglos, la Iglesia tuvo que aclarar quién era Jesús, porque surgieron interpretaciones equivocadas : Ebionismo / Adopcionismo: afirmaban que Jesús era solo un hombre excepcional, adoptado por Dios, pero no verdaderamente Dios. Docetismo: negaba la humanidad real de Jesús, diciendo que solo parecía ser hombre, pero en realidad no sufría ni moría.
Nestorianismo: separaba en Cristo dos personas (una divina y otra humana), poniendo en riesgo la unidad de su ser. Estas herejías muestran el esfuerzo de la Iglesia por proteger el misterio de Cristo : verdadero Dios y verdadero hombre. Arrianismo: sostenía que Cristo era una criatura muy perfecta, pero no Dios verdadero, inferior al Padre.
2. Los Concilios que definieron la fe La respuesta de la Iglesia fue convocar Concilios ecuménicos , donde se definió con precisión la fe en Cristo: Nicea (325): proclamó que Cristo es “de la misma sustancia que el Padre” ( homoousios ), es decir, verdaderamente Dios. Constantinopla (381): completó la doctrina sobre la Trinidad, afirmando la plena divinidad del Espíritu Santo y reafirmando la divinidad de Cristo.
Éfeso (431): declaró la unión hipostática (Cristo es una sola persona divina con dos naturalezas, humana y divina). Por eso María es verdaderamente Madre de Dios ( Theotokos ). Calcedonia (451): definió que Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre , con dos naturalezas unidas “sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación”. Con estos Concilios, la Iglesia consolidó la doctrina cristológica que hasta hoy profesamos en el Credo.