La industria química es más variada, ya que utiliza una gama mayor de materias
primas: combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, pirita, cal, sales, productos vegetales y
animales, etc. La elaboración de productos químicos es más compleja, y su nivel
tecnológico mayor, por lo que dependen menos de una localización cercana a los
recursos. Los productos químicos precisan de unas condiciones de transporte y
almacenamiento especiales, ya que pueden ser muy contaminantes para el medio. Al
igual que la metalurgia, las plantas ocupan mucho suelo industrial. Los trabajadores de
estas empresas tienen que estar altamente cualificados, lo que dificulta su traslado.
Los productos más comunes son: fertilizantes, colorantes, explosivos, plásticos, gomas,
caucho, detergentes, aislantes, fibras artificiales, productos fotográficos, productos
farmacéuticos, etc. Su dependencia de la tecnología implica que se localicen
principalmente en los grandes países industriales.
Un tipo de industria química diferenciado es la refinería de petróleo, esencial para la
economía capitalistas desarrollada. Son industrias que se sitúan cerca de los grandes
puertos de entrada del petróleo o cerca de los yacimientos. Todas ellas producen graves
problemas de contaminación, tanto por el peso perdido en el proceso de elaboración
como por las grandes cantidades manejadas.