FISIOLOGIA DE LA PLACENTA. La formación de la placenta comienza después de la implantación del embrión en el útero, lo cual sucede entre el séptimo y el duodécimo día después de la fecundación, involucrando una parte fetal llamada vellosidades coriónicas y una parte materna, conocida como decidua basal. Durante todo el primer trimestre, la placenta sigue formándose y luego de este período, comienza su crecimiento. Por alrededor de las 16 semanas de gestación, la placenta y el bebé tienen el mismo tamaño, y hacia el final del embarazo, el bebé pesa alrededor de 6 veces más que la placenta.
La placenta se elimina durante el parto, ya sea por cesárea o parto vaginal. En el parto vaginal, la expulsión completa de la placenta puede tomar de 30 minutos a 1 hora, mientras que en la cesárea, el médico extrae la placenta de la misma manera que al bebé. Durante la expulsión de la placenta, ya sea de forma natural o asistida médicamente, es común sentir leves cólicos similares a los del período menstrual, debido a que el útero está regresando a su tamaño previo al embazo
Las principales funciones de la placenta son: 1. Proporcionar nutrientes y oxígeno al bebé. La placenta se encarga de los intercambios materno-fetales durante el embarazo, suministrando nutrientes, agua, electrolitos y oxígeno al bebé. Estos nutrientes y el oxígeno llegan al bebé a través del cordón umbilical, que está conectado a la placenta, permitiendo un buen desarrollo del feto durante la gestación .
2. Eliminar desechos La misma forma que la placenta provee oxígeno y nutrientes al bebé, también elimina los desechos producidos por el feto, como dióxido de carbono, agua, urea, hormonas y otros residuos.
3. Producción de hormonas La placenta produce hormonas esenciales para el embarazo, como la gonadotropina coriónica humana (HCG), que a su vez estimula la producción de progesterona por las células del cuerpo lúteo para mantener el embarazo. El HCG es una hormona que desempeña importantes funciones, como fomentar la formación de vasos sanguíneos en el útero, bloquear la acción del sistema inmunitario sobre las células de la placenta, promover el crecimiento del útero y prevenir las contracciones uterinas durante el embarazo, entre otros.
4. Proporcionar protección inmunológica al bebé La placenta tiene la capacidad de metabolizar sustancias y proteger al bebé contra infecciones. Además, regula el sistema inmunitario materno para evitar que este ataque al bebé como si fuera un agente extraño para el organismo.
5. Fomentar un entorno saludable para el desarrollo del bebé. La placenta libera varios hormonas para mantener el embarazo y favorecer el desarrollo sano del bebé. Una de estas hormonas es el factor de crecimiento placentario, que provoca adaptaciones cardiovasculares en el cuerpo de la embarazada y contribuye al desarrollo y madurez del bebé. Otra hormona que se produce es la somatomamotropina coriónica humana (HCS), que favorece el desarrollo de las glándulas mamarias de la embarazada para la futura lactancia, además de reducir la sensibilidad a la insulina para que la glucosa materna esté más disponible para el bebé.
Desprendimiento prematuro de la placenta . La placenta comienza su desprendimiento después de la expulsión del bebé, cuando al disminuir bruscamente el volumen del útero y producirse mayores contracciones uterinas se reduce el área donde estaba inserta, p1.-roduciéndose rupturas de vasos sanguíneos que forman un hematoma entre la placenta y el útero favoreciendo el desprendimiento hasta expulsarlo “alumbramiento”, que puede ser espontáneo, traccionado por el cordón umbilical o manualmente.
En algunos casos esto ocurre parcial o totalmente durante el trabajo de parto o incluso durante el embarazo, generando una complicación riesgosa, desde mínima hasta la muerte del bebé, ya que no contaría con el aporte de oxígeno y nutrientes, dependiendo del grado del desprendimiento, los cuales varían según la separación de la placenta de la pared uterina: Grado 0: No hay síntomas y sólo se diagnostica el desprendimiento de placenta después del parto. Grado 1: El más frecuente, hay sangrado escaso y pocas contracciones uterinas. El feto no se afecta. Grado 2: Mayor contracciones uterinas y hemorragias moderadas. El aumento de la frecuencia cardiaca del feto también puede ser un indicador .
Grado 3 : La placenta se separa por completo de la pared uterina, es el más grave y menos común. Sangrado muy intenso con continuas contracciones uterinas. Requiere cesárea urgente. -Causas: No se tiene claro la causa que lo genera, pero se asocia con traumatismo abdominal, cordón umbilical corto, hipertensión o preeclampsia.
Síntomas: Depende del grado, siendo desde mínimos hasta más evidentes cuando el desprendimiento es de mayor grado. Lo más común es que se presente: Dolor abdominal. Hipertonía uterina (como contracción sostenida) Contracciones más frecuentes de lo normal. Sangrado transvaginal. Malestar general. Náuseas. Movimientos menores del feto. Sangre en el líquido amniótico.
2 .- Placenta Acreta . Cuando la placenta permanece adherida a la pared uterina, resistiéndose salir al momento del parto. Este problema puede causar hemorragias con necesidad de transfusión de sangre y, en los casos más graves, remoción total del útero y riesgo de vida para la madre.
Existen 3 tipos: Acreta : Fallo en la decidua. Las vellosidades se insertan directamente en el miometrio. Increta : Las vellosidades penetran en el interior del miometrio. Percreta : Las vellosidades alcanzan la serosa peritoneal e incluso la cavidad abdominal e invaden órganos cercanos.