Cuento infantil sobre la importancia de ayudarse unos a otros para conseguir alcanzar sus sueños
Size: 1.21 MB
Language: es
Added: Nov 24, 2014
Slides: 15 pages
Slide Content
PIÑATA
Brigitte Weninger
ilustraciones de Eve Tharlet
TODOS PARA UNO
Y LIN 22 PARA TODOS
—Javi, Marisa! ¡Eh, Quique! jVenid, venid, que
Melitón se va!
¢ —¡Adiós, adiós! —exclamé el ratón Melitón, y
| sus hermanos y hermanas—. ¡Y hacedle
caso a mamá!
—Te vamos a echar muchísimo de menos, Meli-
5
Volveré, os lo prometo —dijo Melitön— Pero
ahora quiero viajar, porque ya soy lo bastante
vor como para ver mundo. Me mucro de ganas de
descubrir cosas nuevas.
fama Ratón hizo que sí con la cabeza y dijo:
—Ve en busca de tus sueños, Melitón, y no olvi-
des nunca que eres un ratón muy especial, Si lo
tiénes en cuenta, seguro que encontrarás amigos
tan buenos y especiales como tú.
Y Melitón comenzó a viajar por el mundo
gremente,
De vez en cuando tropezaba y
que se preocupaba por eso. «Estas cos
pero no creáis ®
as suelen pa-
«Pero
sar cuando uno sale a ver mundo», se decia.
no pienso quedarme aquí tirado, porque tengo un /
montón de cosas que descubrir».
ntonces tú también eres alguien muy espe-
E Rs
ial! —exclamó Melitón, todo contento—, Es lo
m a
mo que me pasa a mí. Tengo una pata más cor-
1e la otra y mis bigotes no son bastante largos,
“st que me caigo cada dos por tres, porque ya sabes
que los ratones nos orientamos con los bigotes.
Pero, en cambio, siempre que hay un problema se
me ocurren unas ideas estupendas para solucio-
narlo. ¿Quieres que seamos amigos y que recorra-
mos el mundo juntos?
—;Oh, eso sería fantástico! —respondió Tono el
Topo— ¿Adónde vamos?
—AI pais donde nacen los sueños —dijo Melitón.
Cuando llegaron a la orilla del estanque, Tono se
paró de pronto.
—Qué es eso que salta? —preguntó, algo asus-
tado.
Algo confundida, la rana contestó:
—Croac... ¿Qué has dicho?... Croac...
=A lo mejor no te ha entendido bien —dijo To-
no el Topo—. Las ranas no tienen muy buen oído.
—Puede que no tenga buen oído, pero salta de
maravilla y te alegra el corazón sólo con verla. Es
tan especial como nosotros.
y —iOh, no es más
£ que una rana!
pondió Melitón—. Y
se lo está pasando de
lo lindo. ¡Toma ya,
eso si que es un salto
res-
mortal! ¡Bravo, rani-
ta, estás hecha toda
una acróbata!
dle
SE
Melitón estiró el brazo y tocó a la
ranita en el hombro. Y entonces dijo
en yor muy alta, para que la rana pu
diera oirl
—Tono y yo estamos recorriendo el
mundo juntos en busca de nuestros
En medio de una pradera, los tres amigos descu-
brieron un mirlo que estaba sentado frente a una
bola marrón llena de afiladas púas, El mirlo, que se
llamaba Basilio, decía:
—Sal de ahí, por favor, que quiero jugar contigo.
Entonces la bola de púas respondió con una voz
muy bajita y tímida:
Es que no puedo...
Venga, por favor... insist lo.
No, que tengo miedo —dijo la vocecilla,
¿A quién le estás hablando? le preguntó Me-
litón a Basilio el Mirlo,
/—A Benito: es este erizo
de aquí —respondió
=
Basilio señalando la bola
de púas—. Al pobre todo
le da miedo. Miradlo, está
tan asustado que se pasa
la vida enroscado sobre si
mismo.
—¿Y qué tiene eso de malo? —dijo Melitón—.
Todos los erizos se enroscan así.
—Hola, Benito —dijo Tono el Topo—. Miranos:
somos tres amigos que hemos venido de muy lejos,
y nos gustaría conocerte.
Hubo un breve silencio, y luego se oyó una voce-
que decía:
¿De verdad queréis conocerme?
Claro que sí —respondió el ratón Melitön—.
Estamos recorriendo el mundo, y a lo mejor te gus-
taria venir con nosotros. ¿Hay algo que sepas hacer
mejor que nadie?
—Yo no sé hacer nada de nada —respon-
dió Benito con voz muy triste—, Lo úni-
co que se me da bien es pasar miedo,
—Espero que no te den miedo las tormentas
—dijo Tono el Topo.
— Desde luego que me dan miedo! —exclamó
Benito sacando la cabeza-
preguntas?
—Porque me huelo que se acerca una —res-
Pero ¿por qué me lo
Tono.
pondi
nes razón —dijo Melitón al ver que el ciclo
se llenaba de nubes muy oscuras—. De un mo:
mento a otro comenzarán los rayos y los trueno
adre mía, la que va a caer! Y
—Seguidme —dijo entonces Basilio el Mirlo
Conozco un lugar donde podremos refugiarnos de
la torment
Así que Melitón, Tono,
Clara y Benito siguieron
io a todo correr
€
Al final, se detuvieron bajo unos matorrales, y
entonces Tono el Topo excavó un agujero en la tic-
rra.
¡Vaya por Dios! —gritö Basilio el Mirlo—. ¡Es-
tá empezando a llover!
—¡ Yupi, yupi! —decía la rana Cla-
ra dando saltos—, ¡Nos lo
vamos a pasar pipa con
tanta agua!
eh | A
> Y mientras saltaba, arrancó un par
de grandes hojas de un árbol para ha-
cer, un tejadillo que dejase a cubierto
Melitón tropezó de nuevo y fue
a cer sobre un montón de blanda hierba.
244
D. del
—¡Mirad, aquí hay hierba! —exclamó—.
¡Y qué blandita que es
ayúdame a recoger un poco
antes de que se moje!
'amos, Basilio,
En un periquete, los cinco amigos construyeron
su refugio y pudieron resguardarse de la tormenta.
¡Qué bien que nos hemos organizado! —dijo
Tomo el Topo—. Ninguno de-flosotros por sí solo
podría haber construido este refugio...
Desde luego que #6, croac, desde luego que no
dijo Clara 7
> ¿Y sabéis por qué hemos construido
el refugio tan deprisa? dijo
Basilio—. Porque cada uno de
nosotros sabe hacer muy
bien una cosa distinta.
ch
—El único que no sabe hacer nada soy yo... —di
jo Benito el Erizo con pesar— Ni se me ocurren
buenas ideas como a Melitón, ni tengo buen
olfato como Tono, ni sé saltar como Clara,
ni sé volar como Basilio... Tan sólo soy bueno:
en dos cosasí pasar miedo y convertirme en
una bola de púas.
— Asi que eres bueno convirtiéndote en una
bola de púas? —dijo el ratón Melitón—. ¿Y no te
has dado cuenta de que, cuando te enroscas y le-
vantas tus púas, te conviertes en un estupendo es-
cudo? Dime, Benito, ¿no te gustaría ser nuestro
escudo protector?
—¡Por supuesto que sí! —respondió Benito, son-
riendo por vez primera.
—¿Sabéis qué? —dijo Melitón—. A partir de aho:
ra siempre deberíamos hacer lo mismo: ayudarnos
los unos a los otros cuando sea necesario.
—¡Entonces siempre nos mantendremos
nidos!
—gritaron los cinco amigos, dándose ano.
—Recorr
eremos el mundo, haremos rea-
lidad nuestros sueños y seremos siempre
¡todos para uno y uno para todos!
US Y Uno
¿e Pag,
Brigitte Weninger
> ilustraciones de Eve Tharlet
A
Pese a que el ratón Melitón tiene dificultades para
caminar, un buen día emprende un viaje para cono-
cer mundo. Por el camino encuentra a un topo corto
de vista pero de agudo olfato, a una rana sorda pero
ägil como un mono, a un erizo miedoso pera con una
resistente armadura de púas... Así que todos deciden
unirse y ayudarse unos a otros para conseguir alean-
zar sus sueños.
Los largos arios de experiencia como maestra de la
escritora Brigitte Weninger le han sido muy útiles
para contar historias aleccionadoras que llegan al co-
razón de niñas y niños. Por su parte, la artista fran-
cesa Eve Tharlet ha dotado a sus ilustraciones de
una singular ternura. En esta misma colección am-
bas autoras han publicado otro cuento conmovedor:
Un niño es un niño.