Torres de satelite

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About This Presentation

Luis barragán
Ensayo de Torres de satélite


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FERNANDO CATARINO HERNANDEZ
ARQUITECTURA




BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA

UNIDAD REGIONAL TEHUACAN

DESARROLLO DE HABILIDADES EN EL USO DE LAS TECNOLOGIAS DE LA
INFORMACION Y LA COMUNICACIÓN

ALUMNO: FERNANDO CATARINO HERNANDEZ

PROFESOR: JESUS RIVERA CARRASCO

FACULTAD DE ARQUITECURA

27 DE JUNIO DEL 2016

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FERNANDO CATARINO HERNANDEZ
ARQUITECTURA

TORRES DE SATÉLITE
Autor: Luis Barragán
Ganador del premio Pritzker

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FERNANDO CATARINO HERNANDEZ
ARQUITECTURA


Investigación

Tema
Resumen
Introducción
Investigación:
 Introducción
o Situación
o Concepto
 Historia
o Planeación
o Colores
o Diseño urbano
 Diseño
Diseño estructural
Conclusión
Referencias

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FERNANDO CATARINO HERNANDEZ
ARQUITECTURA


Resumen

En el marco del ambicioso proyecto de Ciudad Satélite, un fraccionamiento de
carácter residencial, encomendado al arquitecto Mario Pani al noreste de la ciudad
de México, Luis Barragán, el año 1958, recibe de éste el encargo de realizar alguna
fuente que sirviera de motivo distintivo de la entrada por la principal vía de acceso
a la urbanización.
Para eso, este renombrado arquitecto mexicano proyectó junto al escultor Mathias
Goeritz cinco torres de concreto, de planta triangular y diferentes colores y alturas
(la más alta de 52 metros), con un carácter totalmente escultórico y la función
primordial de que se pudieran destacar aún contemplados desde lo lejos y en
movimiento.
Las cinco torres nacen verticales sobre una plaza ligeramente inclinada,
prolongándose hacia lo alto a medida que el espectador se acerca. De esta manera
se acentúa su verticalidad como agujas que se recortan en el cielo, pero con el
contraste de su estriado horizontal que, además de una textura, le confieren cierta
cualidad de fuerza en su percepción.
De este modo, en los primeros días de marzo
de 1958 las Torres de Satélite se inauguraron como
símbolo de la naciente Ciudad Satélite, bajo el
gobierno de Adolfo Ruiz Cortines. Recientemente,
se ha propuesto que sean declaradas Patrimonio
Cultural de la Humanidad ante la Unesco.
La obra es encarada como un experimento: una
conjunción inseparable entre arquitectura y
escultura. Barragán y Goeritz trabajan en un
proyecto conceptual con unos enormes volúmenes
ciegos, un ejercicio estético del paisaje contemplado
(en movimiento) desde la carretera.

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FERNANDO CATARINO HERNANDEZ
ARQUITECTURA

Introducción

Ciudad Satélite fue
proyectada al noreste de la
ciudad de México, en 1957,
por el arquitecto Mario Pani.
La urbanización del
fraccionamiento fue
vanguardista, pues rompió
con los cánones establecidos
por la política urbana de la
Ciudad de México. Pani
encarga al arquitecto Luis
Barragán que diseñe el
acceso principal al desarrollo. Barragán contacta a sus amigos, el escultor y
arquitecto alemán Mathías Goeritz y el pintor Jesús Reyes Ferreira, para que
colaboren con el proyecto. La intención principal fue la de jugar con la percepción
del paisaje en movimiento, ya que el proyecto está ubicado en medio del Anillo
Periférico Norte, en Naucalpan, Edo. De México. La proyección original del
arquitecto Pani incluía una fuente, la cual fue descartada por Barragán y Goeritz.
Se empezó a jugar con volúmenes altos, de hasta 200 metros, simulando un perfil
urbano (unos edificios). El resultado fueron 5 prismas triangulares de concreto,
huecos y sin techos, con distintas alturas y colores. Se observan claramente las
estrías a cada metro por la manera en que se dispuso la cimbra de madera para
colar las estructuras que se elevan entre 30 y 52 mts. La forma triangular y su
ubicación permiten que la
percepción de las torres
cambie dependiendo de la
posición, movimiento y
velocidad del observador.
El color de estas icónicas
torres ha cambiado desde
su construcción en 1957.
En un principio fueron
pintadas de blanco,
amarillo y ocre. En 1968,
como preparativo de las
olimpiadas, Goeritz sugirió

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ARQUITECTURA

que se pintaran de naranja para contrastar con el color del cielo. En 1989 Goeritz
participó en una restauración de las torres, pero falleció antes de estipular los
colores definitivos: azul, rojo amarillo y blanco. El conjunto artístico de las Torres de
Satélite se ha convertido en un hito urbano y un punto de referencia de la Ciudad.
Además, se considera una obra representativa del movimiento artístico desarrollado
durante la década de los años 50 en México, ya que cuenta con el trabajo de
arquitectos, escultores y pintores. En los últimos años el Gobierno ha buscado que
las Torres de Satélite sean consideradas como Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO, título que no le ha sido otorgado.

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ARQUITECTURA

Situación

Ciudad Satélite es un fraccionamiento de carácter residencial ubicado al noroeste
de la zona metropolitana de la ciudad de México. Fue fundada en 1957 bajo la
planeación urbana trazada y proyectada por el arquitecto y urbanista mexicano
Mario Pani.
La idea general era crear un proyecto de urbanización de grandes dimensiones,
tomando como base principal la creación de un modelo urbanístico diferente al que
se había observado en la Ciudad de México, ro mpiendo con los diseños
establecidos.
Para conectar de forma
eficiente al nuevo
fraccionamiento con la ciudad
capital, se creó una vía rápida
que llega hasta la entrada de
la Ciudad Satélite. Para
identificar este acceso, se
proyectó una fuente en la
plazoleta, sin embargo, esta
intención pronto se sustituyó
por la de erigir elementos
verticales que constituyeran
un perfil urbano y pudieran
destacar aún contemplados desde lo lejos y en movimiento.
En 1957 Mario Pani encomendó al arquitecto mexicano Luis Barragán la realización
de la puerta de entrada para la nueva urbe. Barragán invita a su vez a participar a
dos de sus grandes amigos: el escultor alemán Mathías Goeritz y el pintor Jesús
Reyes Ferreira.
Desde su construcción, las Torres se convirtieron en el icono de la zona, el hito de
la metáfora urbana; la entrada principal al lugar y orgullo de sus habitantes.
Las Torres de Satélite son al mismo tiempo la cúspide de las utopías modernas y el
fin de un proyecto de nación propulsor de una arquitectura colectiva y consciente. A
partir de entonces, la ciudad recibiría sólo respuestas fragmentadas e
intervenciones apresuradas y autónomas.

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ARQUITECTURA

Si bien fue pensada como una
nueva escenografía urbana que
ponía límite e identidad a la
metrópolis creciente, al poco
tiempo fue superada por la
explosión de la mancha
metropolitana, por la especulación
y la falta de continuidad del
planteamiento inicial. La
urbanización se pensó para la
clase trabajadora de la ciudad, sin
embargo, fue tal la demanda, que
subieron los precios por metro
cuadrado del fraccionamiento, a la
par que se iniciaba la construcción y oferta de otros fraccionamientos cercanos.
Se ubican en Ciudad Satélite, al noroeste de la zona metropolitana de la ciudad de
México, dentro del municipio de Naucalpan de Juárez, en el estado de México.
La plazoleta donde se implantan se encuentra en el anillo Periférico Norte
(Boulevard Manuel Ávila Camacho) esquina Circuito Fundadores, Autopista México
– Querétaro.

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ARQUITECTURA

Concepto

La obra es encarada como un experimento: una conjunción inseparable entre
arquitectura y escultura.
Barragán y Goeritz trabajan en un proyecto conceptual con unos enormes
volúmenes ciegos, un ejercicio estético del paisaje contemplado (en movimiento)
desde la carretera.
Así resulta un conjunto escultórico formado por cinco bloques de hormibón, con
alturas que varían entre los 30 y 50 metros, implantadas de manera aparentemente
aleatoria sobre una plancha de hormigón, dura y desprovista de cualquier otro
elemento.
La intención primaria de crear una fuente pronto se sustituyó por la de erigir
elementos verticales que constituyeran un perfil urbano y pudieran destacar aún
contemplados desde lo lejos y en movimiento.
Así, una isla en
medio de la
autopista, en una
loma inclinada, de
forma oval, sitiada
por coches, es
metáfora de la
ciudad moderna,
pero sólo como
objeto o símbolo y ya
no como el concepto
integral de dicho
territorio imaginado
de manera casi
idílica por sus
creadores. El
concepto urbano quedó truncado y sólo primó la imagen. La fuerza intrínseca de la
composición escultórica y la visión vanguardista de Barragán y Goeritz lograron que
la espectacularidad permaneciera a pesar de las modificaciones. Prevaleció tanto
la majestuosidad de las piezas como su carácter cambiante.

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Historia
Mucho se ha hablado de la autoría de las famosas Torres de Satélite, de quien fue
el verdadero artífice a quien se le ocurrió la idea en un principio, y que provocaron
gran enojo entre sus dos principales autores, el arquitecto Luis Barragán, Premio
Pritzker (Nobel de la Arquitectura) en 1980, y el escultor y artista plástico Mathias
Goeritz. Después de conocer las declaraciones del importante arquitecto, escultor y
escritor mexicano Fernando González Gortázar (*1942), quien conoció de primera
mano la versión de los tres artistas que concibieron la obra, Luis Barragán, Mathias
Goeritz y Jesús (Chucho) Reyes Ferreira, —que se incorporaría más tarde al
proyecto—, historia que, porqué no decirlo, tiene bastante cachondeo (no se pierdan
el vídeo de Gortázar al pie de esta entrada), yo diría que su diseño debería atribuirse
a los tres. Los tres se reunían casi cada día y hablaban largo y tendido sobre el
proyecto del monumento, que
haría de puerta de entrada al
nuevo fraccionamiento o
urbanización de Ciudad
Satélite. Por este motivo, creo
que esta bella escultura urbana
de grandes dimensiones,
verdadero icono del arte
moderno del siglo XX y
auténtico hito urbano, no
hubiese podido surgir sin la
colaboración de alguno de los
tres.
Para elaborar el plan maestro de Ciudad Satélite, —fundada en 1957, y por
influencia del arquitecto austriaco Herman Herrey, experto en planeación vial—, se
incorporaron al planeamiento urbano sistemas de solución orgánica y de
supermanzanas, que incluyeron un sistema de circuitos dinámicos y curvos sin
cruceros. El innovador sistema Herrey, denominado "circumfential traffic" (un
sistema vial giratorio continuo), consistía básicamente en que no hubiese un sólo
ángulo recto en la urbanización, lo que posibilitaba la total ausencia de semáforos.
A la vez que se iba trabajando en el desarrollo urbano con la infraestructura de las
calles, se inició el diseño de las Torres de Satélite. En un principio, y por diseño de
Luis Barragán, se habían previsto siete torres, pero como suele ser habitual en este
tipo de construcciones de obra pública, debido a recortes excesivos en el
presupuesto, finalmente fueron construidas cinco estructuras (prismas) de hormigón
armado policromadas (pintadas) de vivos colores; no obstante, las Torres de Satélite

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fueron inauguradas en marzo de 1958. Pero ocurrió que cuatro años después, en
1962, el entonces Gobernador mexiquense, Gustavo Baz, bloqueó el proyecto
original. Los terrenos circundantes, que en el planeamiento original se habían
quedado libres, se comenzaron a fraccionar y a vender. Como consecuencia de ello,
aumentó la población de forma considerable, disminuyendo la capacidad vial. Es
importante señalar que el proyecto de urbanización de Ciudad Satélite se pensó
para que viviera la clase obrera. Sin embargo, debido al rápido incremento de valor
de los terrenos
circundantes, —en gran
parte debido al
monumento proyectado
por Luis Barragán y
Mathias Goeritz, que
revalorizó enseguida el
lugar—, ocasionó que la
ciudad se expandiera por
completo surgiendo
nuevos barrios aledaños.
A pesar del estrepitoso
fracaso de la
urbanización, las Torres
de Satélite reflejan el
espíritu de una ciudad
moderna.
El entonces todavía Presidente de México Miguel Alemán era, junto con el banquero
Luis Aguilar, el propietario de la Finca Los Pirules, unos terrenos situados en
Naucalpan de Juárez, Estado de México, localizados al noroeste de Mexico D.F.,
donde el gobernante tenía su casa de campo; no obstante y como curiosidad, la
zona era antiguamente un auténtico cementerio prehispánico. "Nadie sabía esta
historia hasta ahora. Había muchísima fauna: víboras de cascabel, águilas, liebres,
conejos monteses, ciempiés, tarántulas e incluso viudas negras. El ambiente era
totalmente campestre". Cuando Miguel Alemán deja la presidencia y se crea la
infraestructura de la autopista México-Querétaro (Eje Central), se dieron las bases
para la creación de Ciudad Satélite. De modo que se encargó el Plan Maestro al
estudio de Urbanismo del arquitecto Mario Pani para diseñar una nueva Ciudad
llamada "Satélite" (a Mexico D.F.) en el contexto de modernización y el proyecto es
dirigido por José Luis Cuevas; Pani y Cuevas habían fundado en 1948 el Taller de
Planificación y Urbanismo del Banco Internacional Inmobiliario.

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Planeación
La planeación de las torres, una de las primeras esculturas urbanas de grandes
dimensiones en México, se inició en 1957 con la idea del escultor Matías Goeritz y el
arquitecto Luis Barragán, con la colaboración del pintor Jesús Reyes Ferreira.
En principio se contempló la construcción de siete cuerpos, de los cuales el más
grande alcanzaría una altura de 200 metros; sin embargo, por falta de presupuesto
se eliminaron dos cuerpos, quedando cinco torres y reduciendo su altura para que
la torre más grande midiera 52 metros de altura y la menor 30. La idea original de
Goeritz sobre el color de las torres es que fueran todas en diferentes gamas de
naranja, pero fue persuadido por constructores y empresarios para que se pintaran
en diferentes tonos, quedando en anaranjado, azul, blanco y amarillo. Su influencia
principal son las torres de San Gimignano en Italia, luego de un viaje de Goeritz y
posteriormente de Barragán acompañado del historiador del arte Justino
Fernández en 1951 a dicho pueblo. Diversos investigadores añaden además el
concepto de arquitectura emocional promovido por Goeritz, por el efecto estético
único a través de grandes volúmenes geométricos y gamas tonales sencillas en el
paisaje urbano.
De este modo, en los primeros días de marzo de 1958 las Torres de Satélite se
inauguraron como símbolo de la naciente Ciudad Satélite, bajo el último año de
gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, aunque la idea de este fraccionamiento nació
desde el tiempo de Miguel Alemán Valdés, quien incluso vivió en Ciudad Satélite.
Recientemente, se ha
propuesto que sean
declaradas Patrimonio
Cultural de la Humanidad
ante la Unesco.
Actualmente la gente de la
zona está preocupada por
la integridad de las
estructuras y su entorno
visual por el paso por uno
de sus costados
del Viaducto Bicentenario,
una vialidad elevada.

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Colores

Las torres son edificaciones triangulares
totalmente huecas y carentes de techo.
Los prismas consiguen trampear su
geometría a medida que el movimiento
modifica su percepción; a veces como
planos regulares, otras como líneas
fugadas hacia el cielo: como vértices finos
o como murallas pesadas.
Poseen la textura del encofrado del
hormigón con estrías cada metro, que se
consiguió aplicando las técnicas
empleadas en la construcción de
chimeneas industriales. Esto aumenta visualmente su altura.
Principalmente, destacan por su intenso colorido. El empleo de colores brillantes,
así como la disposición de las torres, la textura y su escala, integran lo mexicano
con la devoción cosmopolita.
A lo largo de su historia, los colores han sufrido
diversas modificaciones. Originalmente, fueron
blanco, amarillo y ocre, de acuerdo a la
inspiración que sus creadores encontraron en las
torres de San Gimigniano.
Con motivo de las olimpiadas de 1968 fueron
pintadas por idea de Mathias Goeritz con color
anaranjado para contrastar con el azul del cielo.
En 1989, tomaron sus colores actuales. Debido al
mal estado de conservación de las mismas se
procedió a su restauración. Matías Göeritz
colaboró en el proyecto de rescate pero falleció
antes de la elección definitiva de los colores.
Los colores escogidos por el escultor y el
arquitecto Luis Barragán fueron el azul, blanco, rojo

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y amarillo. La configuración de los colores no fue la que escogió Göeritz ya que al
fallecer y no haber dejado ningún documento escrito, el Instituto Nacional de Bellas
Artes (INBA) cambió el color de una de las torres.
Por último el director del INBA, Ramón Vargas Salguero autorizó la gama actual que
presentan las torres tras realizar pruebas de tonos y químicas, para garantizar la
conservación de las mismas.
Cada bloque se pintó de un color distinto: azul, blanco, negro, rojo y amarillo,
eliminando después el negro y pintando dos blancas.

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Diseño

Los cinco triángulos isósceles en planta, quedan inscritos dentro de otro triángulo
gigante, —también isósceles (dos lados iguales y uno desigual)—, y el perímetro de
este último coincide con uno de los lados de las torres roja (lado este), azul (lado
oeste) y blanca (lado norte) más alta. No obstante, el triángulo gigante, -de
aproximadamente 170 metros de longitud-, pasa tangencialmente por uno de los
vértices de la torre blanca más baja, concretamente por su vértice nordeste.
Asimismo, el triángulo
amarillo, con mayor
longitud en planta, 25,86
metros, se sitúa en el eje
del triángulo gigante, al
norte, en medio de las
otras torres. A medida que
se recorre la obra, bien en
coche, o bien a pie desde
la plataforma, la
perspectiva visual cambia
continuamente, lo que
hace que la visión que
tengamos sobre las torres
nunca sea la misma y que
por tanto no podamos
quedarnos con una
imagen única.
"El conjunto se distingue por la utilización de materiales representativos de la
vanguardia arquitectónica contemporánea como el hormigón (concreto) armado y la
gama cromática representativa del gusto popular mexicano. Por otro lado, el
estriado de las torres, obtenido con los tableros de encofrado del hormigón, les
proporciona cierta cualidad de naturalidad y fuerza. Finalmente, el conjunto se
levanta sobre una gran plancha de hormigón que presenta una ligera inclinación, lo
que permite que se haga valer el principio de la cuarta dimensión, ya que los prismas
parecen modificar su tamaño a medida que la mirada transita en el lugar".

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Conclusiones

Los elementos verticales del monumento (inspirados en las
Torres de San Gimignano), son en mi opinión idea de
Barragán, pero también de Matías Goeritz porque, aparte de
que éste último también había visitado la preciosa campiña de
La Toscana, ya había presentado poco antes en una
exposición en Nueva York una escultura formada por varios
elementos verticales de madera (no geométricos), de los
cuales había escrito un texto en el que decía: "me encantaría
ver estas esculturas del tamaño de un edificio". No obstante, la
idea de los elementos verticales también fue idea de Chucho
Reyes (colaborador en el proyecto y amigo de ambos), ya que
les dio la idea de crear algo parecido al skyline de la ciudad de
Nueva York con los edificios en el crepúsculo; seguramente
esta idea de Chucho ocurrió justo antes de que Matías hiciera
la maqueta definitiva del proyecto con los cinco prismas.

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ARQUITECTURA

Referencias

Nacho Hipolito. (1957). Conoces la historia de las torres de satelite. 27 de junio
del 2017, de ARCA Sitio web: http://arca.tv/una-breve-historia-acerca-de-las-
torres-de-satelite/

Jose Miguel Hernandez Hernandez. (2010). Torres de satelite. 27 de junio del
2016, de Trencadis Sitio web: http://www.jmhdezhdez.com/2015/07/torres-de-
satelite-mexico-barragan.html

WIkiarquitectura. (2015). Torres de Ciudad Satelite. 27 de junio del 2016, de
Wikiarquitectura Sitio web:
https://es.wikiarquitectura.com/index.php/Torres_de_Ciudad_Sat%C3%A9lite

Humano amarillo. (2012). Torres de Satélite, estructuras pioneras en la
arquitectura de la Ciudad de México. 27 de junio del 2016, de CLTRA CLCTVA
Sitio web: http://culturacolectiva.com/torres-de-satelite-estructuras-pioneras-
en-la-arquitectura-de-la-ciudad-de-mexico/

Karina Duque. (2012). Clásicos de Arquitectura: Torres de Satélite / Luis
Barragán. 27 de junio del 2010, de El universal Sitio web:
http://www.archdaily.mx/mx/02-200590/clasicos-de-arquitectura-torres-de-
satelite-luis-barragan
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