TRASTORNOS DE LA CONDUCTA El trastorno de la conducta es un trastorno mental diagnosticado en la infancia o la adolescencia que se presenta a través de un patrón de comportamiento repetitivo y persistente que incluye robos, mentiras, violencia física que puede llevar a la destrucción e incumplimiento imprudente de las normas, en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales normas propias de la edad.
CLASIFICACION DE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA Trastorno negativista desafiante (TND) Se caracteriza por un patrón recurrente de comportamientos que desafían a las figuras de autoridad. Incluye irritabilidad, enfado, discusiones constantes, y ser susceptible o rencoroso.
Trastorno explosivo intermitente: Se define por episodios recurrentes de arrebatos de ira con agresión verbal o física desproporcionada a la situación, sin que haya provocado daños graves.
Trastorno de la conducta (TC): Se caracteriza por un patrón repetitivo y persistente de comportamiento que viola los derechos básicos de otras personas o las normas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos pueden incluir: Agresión a personas y animales: Intimidación, peleas físicas, crueldad física. Destrucción de la propiedad: Provocar incendios o destrozos. Engaño o robo: Mentir para obtener beneficios, robar o hurtar. Incumplimiento grave de normas: Escaparse de casa o no asistir a la escuela.
Trastorno de la personalidad antisocial (TPA) Es un patrón más grave y persistente que el trastorno de conducta, y generalmente se diagnostica a partir de los 18 años, implica un desprecio generalizado y un patrón de violación de los derechos de los demás.
FACTORES DESENCADENANTES Los trastornos de la conducta no se deben a una sola causa, sino que son el resultado de la interacción de múltiples factores de riesgo, estos pueden ser biológicos, psicológicos y ambientales, y varían en su impacto dependiendo del individuo, su edad y sus circunstancias .
Factores neuropsicológicos: Dificultades en el funcionamiento del cerebro pueden afectar la capacidad de controlar los impulsos, regular las emociones y la toma de decisiones. Factores biológicos y genéticos Neuroquímica del cerebro: Desequilibrios en los neurotransmisores, como la serotonina, pueden estar relacionados con problemas de regulación del estado de ánimo y el comportamiento. Predisposición genética: Algunas personas pueden nacer con una vulnerabilidad genética que las hace más propensas a desarrollar trastornos de la conducta.
Problemas de aprendizaje y déficit de atención: Las dificultades en el aprendizaje o los trastornos de atención pueden generar frustración, baja motivación y un alto nivel de estrés, lo que puede manifestarse en conductas disruptivas. Factores psicológicos Experiencias traumáticas: Haber sufrido abuso, negligencia o maltrato durante la infancia es un desencadenante significativo. Baja autoestima y problemas de identidad: Sentimientos persistentes de inadecuación, baja autoconfianza y dificultades para desarrollar una identidad propia pueden contribuir a la aparición de estos trastornos, especialmente en la adolescencia.
Entorno familiar disfuncional Estrés y grandes cambios Presión social e influencia del grupo Exposición a la violencia Influencia de la tecnología Factores ambientales y sociales
SIGNOS Y SINTOMAS Los síntomas se agrupan en cuatro categorías principales. Agresión a personas y animales Acosar , amenazar o intimidar a otros. Iniciar peleas físicas. Ser cruel con las personas y los animales. Usar armas peligrosas para herir a otros. Cometer delitos sexuales.
Destrucción de la propiedad Destruir propiedades de forma intencionada. Provocar incendios deliberadamente.
Engaños o robos Mentir con frecuencia para conseguir beneficios o favores. Robar en tiendas. Forzar la entrada a casas o vehículos ajenos. Falsificar documentos.
Violaciones graves de las reglas Faltar a la escuela o a clase con frecuencia. Escaparse de casa y ausentarse de noche sin permiso. Incumplir reiteradamente las normas establecidas por los padres o tutores.
Otros signos y síntomas Además de los comportamientos agresivos y violatorios, los trastornos de la conducta pueden presentar otras características : • Falta de remordimiento • Escasa empatía • Dificultad para mantener amistades • Conductas de riesgo • Baja autoestima • Problemas escolares • Tendencias suicidas
DIAGNOSTICO El diagnóstico de los trastornos de la conducta es un proceso clínico complejo y debe ser realizado por un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra. Se basa en una evaluación exhaustiva que incluye la observación del comportamiento, la recopilación de antecedentes y la aplicación de criterios diagnósticos estandarizados.
Evaluación inicial El proceso comienza con una evaluación completa por parte de un profesional Examen físico y revisión del historial médico: Para descartar cualquier otra afección médica que pueda causar o contribuir a los síntomas. Evaluación psicológica: El profesional hará preguntas sobre los pensamientos, sentimientos y comportamientos del individuo, así como su historial familiar y social.
Recopilación de información Se obtiene información de múltiples fuentes, como los padres, maestros, cuidadores y el propio individuo. Se utilizan cuestionarios y otras herramientas de evaluación. Análisis de los síntomas , la gravedad, la duración y la frecuencia del comportamiento. Diagnóstico diferencial: Se descartan otros posibles diagnósticos
El tratamiento para los trastornos de la conducta requiere un enfoque integral y multidisciplinario, adaptado a la edad del individuo y a la gravedad del trastorno. TRATAMIENTO
Psicoterapia Terapia cognitivo-conductual ( TCC) Terapia conductual Terapia familiar Capacitación para padres Grupos de apoyo
Estabilizadores del ánimo Antidepresivos o ansiolíticos Medicación para el TDAH Farmacología En algunos casos, los medicamentos pueden complementar la psicoterapia para tratar síntomas específicos o comorbilidades.
Hospitalización : En situaciones donde la seguridad de la persona o de los demás está en riesgo, una estancia en un hospital o en un centro de tratamiento puede ser necesaria . Centros de reeducación o tratamiento residencial : Proporcionan un ambiente más estructurado y supervisado para ayudar a los individuos a desarrollar habilidades sociales y de afrontamiento Intervenciones ambientales En los casos más severos o cuando el entorno del paciente es perjudicial, puede ser necesario un cambio de ambiente.
A diferencia del comportamiento rebelde típico de la adolescencia, los síntomas de un trastorno de la conducta son intensos, persistentes y provocan una interferencia significativa en la vida del individuo, su familia y su entorno escolar. Si no se tratan adecuadamente, los trastornos de la conducta pueden extenderse a la edad adulta y derivar en problemas emocionales, físicos y conductuales graves. El tratamiento debe ser multidisciplinario, involucrando a psicólogos, psiquiatras y educadores, e idealmente incluir terapias familiares y de grupo. CONCLUSIONES