subaracnoideos, consiguiendo esto a través de un disbalance entre la dilatación y
constricción normal de la pared vascular.
La patogénesis todavía no está bien dilucidada,; sin embargo se ha establecido la
relación directa entre la cantidad de sangre subaracnoidea con la frecuencia e
intensidad el vasoespasmo, al igual que el uso de antifibrinolíticos los cuales previenen
la lísis del coagulo, incrementando de esta manera las probabilidades de la
constricción arterial.
El proceso de vasoconstricción anormal aparece como consecuencia de tres
mecanismos fundamentales:
1ro- Denervación de la pared arterial, es decir pierde la influencia del sistema
simpático que asciende a través de la carótida y que provoca dilatación a este nivel. Es
el denominado efecto Cannon, y se plantea que ocurre por la disrupción mecánica de
tales fibras autonómicas por el efecto mecánico que ejerce la sangre al salir del
torrente vascular a altas presiones y que transita con gran velocidad por el espacio
subaracnoideo que rodea los vasos del polígono de Willis. Aparece de forma
inmediata.
2do- Efecto vasoconstrictor, provocado por los compuestos de degradación de la
sangre y otros como son: Oxihemoglobina (inhibe la vasodilatación química y
neurogénica), epinefrina, norepinefrina, Angiotensina, Trombina, Fibrina, Histamina,
Serotonina, Péptido intestinal vasoactivo, Potasio y Calcio, entre otros. Sucede un
disbalance entre la prostaciclina y el tromboxano A2, responsables fundamentales del
equilibrio entre la dilatación y constricción vascular respectivamente. Está demostrado
que el primer compuesto disminuye con las HAS, de la misma forma que el otro
aumenta su concentración, con mucha seguridad con al grado de lesión de las células
endoteliales. Aparición mediata.
3ro- Vasoconstricción proliferativa, resultado del proceso inflamatorio a la injuria
local. Ejerce su efecto de forma tardía.
Histopatológicamente se ha demostrado que dicha complicación está asociada a
cambios morfológicas en la pared arterial dados por edema y formación de coágulos
en la íntima vascular, corrugación de la lámina elástica interna, cambios necróticos en
la células del mascullo liso, e infiltración local de linfocitos, macrófagos y células
plasmáticas en la adventicia. Lo cambios posteriores incluyen estenosis por
engrosamientos fibróticos subendoteliales concéntricos, atrofias de la túnica media y
aumento del tejido conectivo adventicial.
El vasoespasmo sucede con mayor frecuencia como resultado de la ruptura de
aneurismas y con menos posibilidades por la rotura de Malformaciones
arteriovenosas, cuestión que se puede explicar a través de los mecanismos
anteriormente expuestos, es decir sangramiento en la periferia del Polígono de
arterias basales, gran presión de eyección de la sangre, cuestiones improbables cuándo
hablamos de MAV.
Dicha complicación no tiene relación exclusiva con el volumen de sangre
subaracnoidea, pues existen otros factores que de la misma forma pueden aumentar
su incidencia y gravedad, como: