El Viernes Santo es un día de duelo. Recorda-
mos la muerte de Cristo. El dominio de la muerte,
consecuencia del pecado, sobre todas nuestras vi-
das humanas alcanza incluso al jefe de la humani-
dad, el Hijo de Dios hecho hombre.
Pero, todos nosotros lo sabemos, esta muerte
que Jesús ha compartido con nosotros y que fue
tan atroz para él, respondía a los designios de Dios
sobre la salvación del mundo y aceptada por el
Hijo para nuestra redención.
Desde entonces la cruz de Cristo es la gloria de
los cristianos. "Para nosotros toda nuestra glo-
ria está en la cruz de nuestro Señor Jesucristo"
La cena, en la cual el Señor Jesús en la noche
en la que iba a ser entregado, ofreció a Dios
Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de
pan y vino, y entregó a los apóstoles para que
ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo
ofreciesen. También se hizo el servidor de todos
lavándoles los pies.
Él, nos invita a reflexionar sobre nuestra acti-
tud de servicio, sobre nuestra capacidad de amar
y de ponernos al nivel de los más humildes de la
tierra.
Vivamos la Eucaristía desde esta dimensión
integrando en nuestra vida aquello que celebra-
mos, haciendo realidad en nuestras existencias la
obra redentora de Jesucristo.
Triduo Pascual
Jn 15, 9
Los Días de las celebraciones aquí en la Pquia son:
Jueves Santo:
Viernes Santo– Viacrucis y celebración:
Catequesis de confirmación
El Sábado Santo, permanece-
mos en profunda oración junto a
Jesús que yace en el sepulcro, con
un corazón contrito y un espíritu
humilde, pues el Señor ha des-
cendido a los infiernos para
rescatar a los que estaban
perdidos, y nosotros con una
actitud profundamente re-
flexiva meditando y orando
este gran misterio del Amor de
Dios.
En la Noche Santa de la Vigilia
Pascual, el pueblo santo de Dios
se congrega para esperar juntos en
oración la manifestación Glo-
riosa de la vida, la Resurrección
del Señor.
También aquí celebramos
los sacramentos de la ini-
ciación cristiana, y como
comunidad cantamos las
maravillas obradas por
Dios en nuestra historia.
Es historia de salvación, es
misericordia de Dios, es vida,
es el Amor derramado por el
Dios Trino para con el hombre
débil y frágil.
Este es el día de la esperanza universal, el
día en que en torno al resucitado, se unen y se
asocian todos los sufrimientos humanos, las
desilusiones, las humillaciones, las cruces, la
dignidad humana violada, la vida humana no
respetada.
La Resurrección nos descubre nuestra voca-
ción cristiana y nuestra misión: acercarla a to-
dos los hombres. El hombre no puede perder
jamás la esperanza en la victoria del bien sobre
el mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la procla-
mo?; ¿creo en mi vocación y misión cristiana?,
¿la vivo?; ¿creo en la resurrección futura?, ¿me
alienta en esta vida?.
Misa de Vigilia
Pascual, el Sábado a
las:
TRAER VELA