Un aula para pensar - 2 -
Hay dos razones fundamentales para que existan tantas palabras que describen el
pensamiento. En primer lugar, es importante que el lenguaje proporcione claves que nos
indiquen cómo deben evaluarse e interpretarse las afirmaciones. Por ejemplo, si uno lee en una
revista que el pan blanco provoca cáncer, y mientras tanto uno está comiendo un sándwich, sería
útil que el texto de la revista incluyera también palabras que describan el pensamiento implícito
en la afirmación: palabras que indiquen, por ejemplo, si se trata de una especulación, de una
hipótesis que se está investigando o de una deducción basada en evidencias cuidadosamente
recogidas.
El segundo motivo por el que tenemos un rico vocabulario referido al pensamiento es que
las palabras enseñan conceptos y crean así senderos para que el pensamiento los recorra. Si los
alumnos conocen gran cantidad de formas de describir el pensamiento, tendrán mayor número
de caminos posibles para dirigir sus ideas y reflexiones. Tener muchas palabras para describir las
diferencias precisas entre las diversas formas de pensar permite, justamente, pensar con mayor
precisión.
¿Qué es el lenguaje de pensamiento?
El lenguaje de pensamiento (o lenguaje propio del pensamiento) está constituido por todas las
palabras y modos de comunicación que posee una lengua natural para referirse a los procesos y
productos del pensamiento. Incluye palabras como pensar, creer, adivinar, conjetura, hipótesis,
evidencia, razones, motivos, cálculos, sospecha, duda y teoría, por nombrar apenas algunas. (Un par
de páginas más adelante, ofrecemos una lista más completa.) Estas palabras describen un tipo de
actividad psíquica (por ejemplo: suponer, evaluar, teorizar) o un producto de la actividad psíquica
(por ejemplo: suposición, evaluación, teoría).
Todos empleamos permanentemente términos de lenguaje de pensamiento; por ejemplo,
cuando decimos cosas como: "Supongo que ése es su número de teléfono", "Creo que estamos en
medio de grandes cambios en la política mundial", o "Es una conclusión interesante".
Un ámbito en el que es esperable oír mucho lenguaje de pensamiento es el aula escolar.
Después de todo, la escuela es un lugar en ei que se puede esperar que haya mucho
pensamiento. Y algunas aulas realmente parecen tener un rico lenguaje de pensamiento. Uno
oye a docentes y alumnos usar muchas palabras intelectualmente evocativas, como razones,
conclusión, evidencia y opinión. Pero en otras aulas el lenguaje de pensamiento es más escaso, y
docentes y alumnos tienden a usar palabras más generales – como pensar, suponer y sentir – para
cubrir un amplio espectro de procesos cognitivos más precisos.
El vocabulario de lenguaje de pensamiento
He aquí una larga lista de (¡sólo algunos!) verbos del lenguaje propio del pensamiento. La
extensión de la lista no quiere intimidar a los lectores; no pretendemos que los docentes usen o
deban usar todas las palabras aquí incluidas en sus clases. Ofrecemos una lista larga por dos
motivos. En primer lugar, muestra la gama y el alcance de los términos del lenguaje propio del
pensamiento que son de uso relativamente común: la mayoría de los lectores conocerá el
significado de todos y cada uno de los verbos incluidos en la lista. En segundo lugar, la lista es un
recurso útil para los educadores que quieran enriquecer el lenguaje de pensamiento en sus aulas;
y, por otra parte, en varias de las actividades que describimos en el próximo capítulo nos
referimos a ella.