que él denominó “conocimiento pertinente”, que siempre es y al mismo tiempo general y
particular.
3. Una educación que enseñe la condición humana:
Morin confirma que conocer el ser Humano es situarlo en el universo y, al mismo tiempo,
separarlo de él: la humanidad debe reconocerse en su humanidad común y, al mismo
tiempo, reconocer la diversidad cultural implícita en todo lo humano.
Para ello, el filósofo francés refrenda que el conocimiento del ser humano ha de ser
contextualizado: Al preguntar quiénes somos debemos preguntar dónde estamos, de dónde
venimos y a dónde vamos.
Así sintetiza el ser y el desarrollo de lo humano en un conjunto de tríadas o bucles con las
cuales explica lo global y lo individual de la especie: a. Cerebro-mente-cultura; b. Razón-
afecto-impulso; c. Individúo-sociedad-especie. Para concluir que la educación deberá
mostrar el destino individual, social, global de todos los humanos y nuestro arraigamiento
como ciudadanos de la tierra.
4. Una educación que enseñe la identidad terrenal:
El horizonte planetario es fundamental en la educación de hoy y del futuro: el desarrollo de
un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra tierra, considerada por Morin como la
última y primera patria, es imprescindible para el desarrollo de la conciencia antropológica,
ecológica, cívica y espiritual.
La historia tuvo su nacimiento en una diáspora de todos los humanos destinados a cubrir
cada uno de aquellos rincones solitarios de la tierra, en donde diversidad de lenguas,
religiones y culturas hicieron su aparición en escena.
Hoy, la tecnología acerca la diversidad humana y todos aquellos lenguajes secretos a
nuestros oídos ya son más claros y podemos, por fin, comenzar a caminar de la mano hacia
un nuevo destino. Destino que en la voz de Morin es volver a relacionar las culturas, volver
a unir lo disperso.
5. Una educación que enseñe a enfrentar las incertidumbres:
Las distintas sociedades, los distintos imperios y pueblos, siempre suponen que el futuro ha
de edificarse conforme a sus patrones o modelos; véase Roma, un imperio tan extendido en
el tiempo, el mejor ejemplo que podemos mostrar de esta creencia.
Pero los imperios caen y cae su cultura, su poder. El futuro es incierto y el ser humano debe
ser consciente de ello... ¡Podemos reconocer lo indefinido de nuestras vidas!
Así afecta la incertidumbre el futuro, pero también se riega como una infección en el