Actividad 3
Jesús Nuestro Superhéroe
La idea de «Supercristiano» está relacionada con la gracia que Dios concede a su pueblo para
realizar las obras proféticas, de oración y servicio. Sólo con esas gracias sobrenaturales asumimos
la responsabilidad, como Pueblo de Dios, de evangelizar, soportar adversidades, enfrentar al
demonio, sanar a los enfermos, tomar serpientes con nuestras manos, beber venenos sin hacernos
daño. Sólo el pecado nos resta la fuerza e impide la misión que Cristo da a la Iglesia, de ser «luz
de las gentes» y signo de unidad.
PREPARACIÓN
Sobre el piso se dibuja la silueta de una persona, como si hubiera caído de lo alto. Al centro del
pecho de la figura, se escriben en un círculo las iniciales ‘SC’, de «Supercristiano» o
«Supercatólico». Si se prefiere, pueden dibujarse también el pan y la cruz del cristiano
Un catequista disfrazado como superhéroe enmascarado. Se dispone a los demás niños a
participar como seres necesitados de la ayuda de «Supercristiano»: una anciana enferma, una
señora que llora, niños abandonados, un señor que se emborracha. Se emplearán también una
Biblia, signos eucarísticos (como trigo, uvas, vino y pan), y cuatro carteles, con las palabras
‘Eucaristía’, ‘Palabra de Dios’, ‘Comunidad’ y ‘Gracia’.
El catequista debe guiar la dinámica con gran entusiasmo. Asimismo, se confeccionarán varios
antifaces como los de «Supercristiano», para entregarlos a los niños durante el desarrollo de la
actividad.
Desarrollo.
Los niños se acomodan, junto con el catequista (Narrador), formando un círculo en torno a la figura
pintada en el piso. El catequista les cuenta, con palabras como éstas:
Narrador. Aquí cayó la última vez «Supercristiano», sólo quedó su marca sobre el pavimento y no
hemos sabido nada de él. Su vida fue un ejemplo para todos, ayudó a los enfermos, enseñó a los
ignorantes, visitó a los presos, aconsejó a los descarriados. Todos lo querían mucho. Mucha gente
extraña su fuerza y energía (todos permanecen en círculo). Su fuerza era tanta que mantenía
unidos a todos como una gran familia... pero ya no está aquí... Los enfermos sufren, están solos,
poca gente va a Misa, hay muchos niños solos, muchos borrachos por la calle (entran los actores y
piden ayuda a los niños).
¿Qué podemos hacer, niños? ¿A quién podremos pedir au xilio? (El Narrador repetirá estas
preguntas con insistencia. En medio del desconcierto, pedirá ayuda a Dios y entonará una melodía
sencilla como las asociadas con los superhéroes; entonces, sólo escuchando esta melodía,
responderán Los Niños).
Niños. ¡«Supercristiano»!
Narrador (con rostro de asombro, exclama). ¡Estás todavía vivo, «Supercristiano»!
Gracias a Dios. Ayúdanos, por favor.