4/8/2021 Revista Mundo Acuicola
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Desafortunadamente, en esta búsqueda de la excelencia, en las organizaciones, generalmente, ellos llevan el deseo de perfección al extremo, con serios
costos humanos.
Es común, en Japón, la actitud trabajólica, sin el debido descanso y pasatiempos creativos de los trabajadores (que no sean estar frente a pantallas
electrónicas), de manera de poder armonizar el nivel elevado de exigencias, que implican las labores al interior de las empresas.
Japón está lejos de ser una sociedad modelo. Ellos tienen desafíos que son muy complejos de abordar. Han logrado riqueza y confort material, a un
nivel inimaginable para personas de otras naciones, pero su obsesión por la perfección y la tecnología los ha llevado también a una gran encrucijada.
Por eso es que la Gestión de Calidad, al estilo japonés, nos resulta tan incomprensible de implementar en nuestras empresas occidentales y,
especialmente, latinoamericanas.
Nosotros tenemos, evidentemente, otra historia, cultura, mentalidad, geografía, prioridades, contexto, valores, nivel de educación, de corrupción y de
abusos. En mi opinión, nosotros todavía no hemos superado los elementos básicos para lograr una paz social sostenible. Por lo tanto, a mi parecer,
debemos buscar la forma de implementar la Gestión de Calidad en base a nuestra propia realidad, obviamente, inspirados en su esencia, principios y
herramientas.
Solo con el afán de sintetizar y de manera elemental, podríamos decir que la Gestión de Calidad japonesa se basa en tres pilares claves: Planificación,
Control y Mejoramiento Continuo (con visión en todas las partes interesadas atingentes), tres conceptos que ellos han desarrollado hasta el límite,
implementando, rigurosamente, un sinfín de herramientas de gestión para abordar cada uno de estos pilares, con metodologías muy didácticas y
sencillas, de manera de convertir esto en un lenguaje del día a día, entendido y vivido por cada trabajador.
Ellos, han logrado transmitir, estos tres conceptos, al punto que cada trabajador los haga suyos y sean inseparables de su actuar cotidiano.
Estos tres conceptos, obviamente, también son conocidos y practicados en el mundo de las empresas chilenas, pero no necesariamente con estas
características.La mentalidad japonesa, mayoritariamente, tiende a sobreponer la visión comunitaria, por sobre la visión individualista, e intenta
involucrar a todos los participantes en un ambiente de transparencia, confianza, disciplina, liderazgo y ganancia justa para todos… sin privilegios
espurios (lamentablemente, muy diferente a lo que nosotros vivimos usualmente en nuestro país).
Por ello, es tan distante nuestra posible Gestión de Calidad en las organizaciones, a la gestión japonesa de la Calidad.
Finalmente y, como siempre, la mejor recomendación es: tomar conscientemente lo bueno y dejar lo que no lo es…, pero hacer algo seria y
activamente, con lo que elegimos como “bueno”, y no quedarse esperando que otros cambien el sistema, para recién moverse.
Autor:
Nelson Berríos Villagra
Constructor Civil
Experto en Prevención de Riesgos
Master en Administración de Empresas
Especialista en Normas: ISO-9001, ISO 31000 e ISO 45001
Mail:
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