Supuestos sobre las preferencias:
Son completas o íntegras
El consumidor puede decir cual cesta es preferible a otra o cuáles le son indiferentes. Si
nombramos dos cestas una A y otra B, entonces nuestro consumidor bajo estudio debe ser
capaz de decir que prefiere A a B, B a A, o que es indiferente entre ellas.
Reflexivas
Este supuesto es trivial y quiere que cualquier cesta es tan buena como una cesta
idéntica.
Transitivas o consistentes
Si tenemos las cestas A, B y C y decimos que A es preferible a B y B preferible a C,
entonces suponemos que A es preferible a C.
Según explica Varian, el supuesto sobre la transitividad de las preferencias es una
hipótesis sobre el comportamiento de los individuos en sus elecciones y no una afirmación
puramente lógica. El cumplimiento de esta hipótesis sobre la conducta del individuo asegura
que, dado un conjunto de cestas sobre el que se debe realizar la elección, exista una cesta
que el individuo considere, es la mejor. Si tenemos las mismas cestas que usamos antes, A,
B y C, y suponemos que el comportamiento de este individuo no cumple con el supuesto de
transitividad, estaríamos en un problema porque, sea cual fuese la cesta que elija, siempre
encontrará otra mejor.
Características de la Utilidad:
-Individual: es una manifestación o percepción personal de cada sujeto
económico de forma aislada y particular.
-Subjetiva: pues depende de la particular escala de valoración que cada
individuo maneja de conformidad a sus jerarquías y circunstancias.
-Sensual: por cuanto es percibida por los sentidos.
Enfoques de la utilidad:
Cardinal: pretende medir la utilidad en forma aritmética, con números. Pero, al ser la
utilidad subjetiva, es difícil medirla. Economistas como Walras, Jevons, Marshall y
Edgeworth, entre otros, consideraron la utilidad como una magnitud susceptible de ser
medida (utilidad cardinal).
Ordinal: En este enfoque el consumidor no mide la utilidad, sólo establece
combinaciones de bienes que prefiere o le son indiferentes con respecto a otras
combinaciones de bienes. Otros economistas, como Pareto, y posteriormente Hicks y Alien,
estimaron que la utilidad de un bien depende de la cantidad consumida del mismo y que
puede compararse, pero no medirse (utilidad ordinal); según esta segunda posición, la