Mientras la multitud se dirigía a sus coches, seguí al tío Boone, que
iba a esperar a Brady a la salida del vestuario; yo quería ver a West antes
de marcharme, dejar a su padre hoy había sido duro para él. Se había
aferrado a mi mano durante todo el camino desde casa, me hubiese
gustado poder sostener su mano en el campo de fútbol también.
—Ahí está West —dijo el tío Boone asintiendo hacia la casa del
campo—. Supongo que quieres ir a verlo, probablemente está
buscándote.
Lo miré y me dio una sonrisa comprensiva, esperaba que no pensara
que lo que tenía con West era algo más que una relación de amistad, le
había explicado la situación a la tía Coralee luego de que ella preguntara,
pero no había hablado con él sobre eso.
Asentí y comencé a ir hacia West, pero Serena lo alcanzó antes que
yo, chilló y lanzó sus brazos alrededor de él, me quedé quieta y esperé,
había comprendido que en algunas oportunidades West me necesitaba,
pero en otras, la necesitaba a ella. No estaba segura si esta era una de
aquellas ocasiones.
La escuchó hablar y le dio un guiño, por lo que supuse que era
tiempo de Serena, no de Maggie, me di la vuelta y volví con el tío Boone,
que estaba justo allí, mirándome. No lucía feliz, pero tampoco enfadado,
se veía preocupado.
Me detuve cuando llegué a su lado y esperamos a Brady, después
de un momento aclaró su garganta . —Los chicos no siempre toman la
decisión correcta, tardan años en convertirse en hombres y comprenderlo.
No necesitaba explicarse, yo comenzaba a entender.
—Te mereces algo mejor, Maggie, él está herido, pero tú también
has sido lastimada, cariño.
Sabía que el tío Boone tenía buenas intenciones, y también tenía
razón, merecía más pero nunca iba a ser de West. No prometió nada más
que amistad, y eso era lo que él necesitaba de mí.
Hasta que no me buscara más, yo estaría allí para él, aunque era
difícil, e incluso si sintiera revoloteos de vez en cuando, era mi trabajo
recordar que él no sentía nada por mí, lograría auto protegerme, había
pasado un infierno y sobreviví. Podía hacer esto.
—¡Los aplastamos! —la voz de Brady retumbó y lo vi venir hacía
nosotros, sonriendo a su padre. El tío Boone se mantuvo ahí, con el orgullo
grabado en su cara. Imaginé porqué esto era tan difícil para West, era una
de las cosas que ya había perdido.