Universidad Pedagógica Nacional-Michoacán
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puede, por tanto, disociar la motricidad del psiquismo, ya que son los dos aspectos
indisociables del funcionamiento de una misma organización.
2. Motricidad y conocimiento: noción de objeto
«El tiempo, el espacio, el número, la textura, el color y la causalidad, son los principales
elementos del mundo de los objetos entre cuales debe el niño reencontrarse» (A. GESELL).
Gracias a los movimientos de su cuerpo: coordinación entre las sensaciones, acomodación
sensoriomotriz, etc., sale el niño de la confusión primitiva y «la construcción de objetos
sólidos y permanentes es el primer ejemplo de este pase del egocentrismo integral primitivo
a la elaboración final de un universo exterior,» (J. PIAGET).
¿Entra el niño en contacto con el mundo de los objetos independientemente del de las
personas o considera a los objetos como prolongaciones del mundo de los demás?
Esta elaboración de los diferentes elementos que constituye el mundo de los objetos está
estrechamente solidarizada con la evolución del esquema corporal y, a la vez, con la noción
de los demás; en efecto:
- El niño «debe en principio aprender el arte de estar despierto, debe después
aprender a fijar un objeto con los ojos y también a dejar de fijarlo» (A. GESELL).
- Gracias a la prensión y a las manipulaciones que acompañan a la posición sedente,
empieza el niño a penetrar en el espacio de los objetos, descubriendo las primeras
nociones de dentro, fuera, arriba, abajo, etc.
- La noción del color está unida a la sensación visual, pero la experiencia visual es al
mismo tiempo una experiencia activa y será tanto más impregnante cuanto más
asociada haya estado a la acción corporal.
- El niño construye gracias a los primeros desplazamientos, tales como el reptar, el
gateo, la marcha, etc., sus primeras nociones de espacio: nociones de aquí, allí,
cerca, lejos, nociones de fronteras, de límites, etc.
Partiendo del cuerpo y a su alrededor, es decir, con referencia a él, se establece la
organización del espacio y la conquista del mismo, proseguida a lo largo de la infancia,
objetivada por la experiencia muscular y cenestésica y, por ende, íntimamente unida a
la formación del esquema corporal.
- La elaboración de las nociones de tiempo pasa por las mismas fases graduales de
desarrollo.
«La apreciación del tiempo y del vocabulario temporal depende de la capacidad motriz
y del control de si mismo», dice A. GESELL.
Con frecuencia se oye decir que en el niño el tiempo está siempre referido al espacio.
Como en la construcción del espacio, el cuerpo es siempre la referencia, y el tiempo, el
espacio vivido.
- Se ha considerado una banalidad el decir que las manipulaciones asociadas a los
desplazamientos son las que conducen a las nociones de número, formas,
superficies, etc.
Sin embargo, la actividad corporal es la que prepara las operaciones lógicas toda vez
que la lógica reposa en la coordinación general de las acciones antes de formularse en el
plano del lenguaje.
- Para finalizar, el niño aprende las palabras y su significación gracias a los mismos
por sucesos de crecimiento que los que estructuran la percepción de los objetos.
Las palabras son realidades. Antes de alcanzar ser «expresión de los deseos e
instrumentos del pensamiento», son en principio una prolongación del gesto.
Así el niño va tomando conciencia, va dándose cuenta, adquiere conocimiento y