Clostridium botulinum quedan libres, son competido-
res y con ausencia de aire podrán multiplicarse y for-
mar toxina. En estos casos el riesgo es muy alto y
puede ser mortal.
En el ámbito industrial se conoce perfectamente este
riesgo y se controla de forma adecuada. Sin embargo,
esto no es así en el ámbito doméstico. El problema
fundamental radica en la elaboración de conservas do-
mésticas, ya que no existe ningún control y podrían
llevar a una intoxicación por botulismo. En estos casos,
la solución es calentar durante mucho tiempo la con-
serva, para asegurar la destrucción total del microorga-
nismo.
Sustancias antinutritivas
Las espinacas o las hojas de remolacha poseen oxalatos.
Éstos se fijan al calcio, limitan su absorción y suelen es-
tar implicados, en personas sensibles, en la formación
de piedras renales (litiasis renal).
Las coles poseen sustancias bociógenas que fijan el
yodo de los alimentos, lo que impide su absorción e
induce a la aparición del bocio o carencia de yodo.
En cualquiera de estos dos casos, es necesario el con-
sumo reiterado y durante largo tiempo para que se pre-
sente el problema. Actualmente, gracias a la variedad
de la dieta, es muy difícil que ocurran estos problemas.
No obstante, recomendamos el consumo de una dieta
variada y equilibrada.
Cómo cocer las verduras
La cocción de los vegetales facilita su ingestión y le
confiere mejores características organolépticas, pero
existe también una pérdida importante de vitaminas
hidrosolubles, que pasan al líquido de cocción, en es-
pecial la B
1
y la C (entre un 25 y un 60%). Los minera-
les no se destruyen, pero pasan al líquido de cocción.
Las pérdidas se producen por:
• Oxidación.
• Altas temperaturas.
• Demasiado tiempo de cocción.
• Disolución en el líquido de cocción.
Para reducir al mínimo las pérdidas debemos:
• Cocinar, cuando se pueda, al horno y con piel (pi-
mientos, patatas).
• Cortar en porciones grandes para reducir pérdidas en
contacto con el agua.
• Cocinar en la mínima cantidad de agua. Son óptimas
las ollas a presión y las cocciones al vapor.
• Aprovechar el agua de cocción.
• Si es posible, añadir a la cocción unas gotas de zumo
de limón o vinagre para favorecer el medio ácido y
así proteger las vitaminas.
VOL 23 NÚM 2 FEBRERO 2004 OFFARM 121
Aspectos nutricionales
Las verduras y las hortalizas poseen dos características
importantes: la fibra, que proporciona ventajas nutri-
cionales innegables, y el agua (componente mayorita-
rio de estos alimentos, entre el 80-90% del total). Su
valor energético es bajo, debido a que apenas aportan
macronutrientes. Exceptuando los feculentos, las ver-
duras y las hortalizas nunca sobrepasan el aporte de hi-
dratos de carbono a más del 10%. Además, tienen con-
tenidos importantes de minerales y de vitaminas, lo
que les hace destacar como componentes fundamenta-
les de la dieta para el correcto funcionamiento de
nuestro organismo.
Las vitaminas que debemos destacar son la provita-
mina A (beta caroteno), la vitamina C y los folatos.
Esto es así porque otros vegetales como cereales y le-
gumbres o los productos animales carecen, en gene-
ral, de ellas. También aportan niacina, vitamina B
1
y
B
2
. En cuanto a los minerales, aportan fundamental-
mente potasio y también tienen pequeñas cantidades
de calcio y hierro, nada despreciables. La vitamina C
que también contienen favorece la absorción de este
hierro.
Riesgos en el consumo
Mohos
Pueden encontrarse en la mayoría de los alimentos ve-
getales o en las mezclas de alimentos, en las que for-
men parte las verduras y hortalizas. Algunos de estos
mohos pueden formar toxinas de elevada actividad pa-
togénica, por lo que si evidenciamos las características
colonias algodonosas de mohos, debemos rechazar la
totalidad del producto.
Listeria monocytogenes
Puede encontrarse en las verduras y hortalizas frescas y
proliferar en refrigeración. Para prevenir y controlar su
crecimiento se recomienda, siempre que sea posible,
un buen cocinado a temperatura adecuada antes del
consumo.
Clostridium botulinum
Es una bacteria que produce toxinas de enorme po-
tencial tóxico. No puede crecer en presencia de oxí-
geno y resiste tratamientos por calor no excesiva-
mente intensos. Los vegetales, al estar en contacto
con el suelo, pueden contaminarse con esporas de es-
te microorganismo. El problema no son los produc-
tos frescos, puesto que tienen oxígeno, se conservan
en refrigeración y la verdura tiene una gran cantidad
de microorganismos, que van a competir con los pe-
ligrosos. El problema aparece en las conservas. Al dar
un tratamiento de calor se destruye gran parte, o la
totalidad, de la flora competidora. Si las esporas de
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