VIACRUCIS 2024 PAfffffffffffffffRA IMPRIMIR.pdf

mariogilbertojacobo1 56 views 12 slides Apr 11, 2024
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About This Presentation

via crusisss


Slide Content

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Cristo también sufrió por ustedes,
dejándoles un ejemplo
con el fin de que sigan sus huellas
I Pe 2, 20-21
En este Vía Crucis, recordamos a Jesús que recorrió el camino de la Cruz
por amor a todos los hombres y mujeres. La contemplación de Nuestro
Señor cargando con la Cruz nos invita a reflexionar sobre nuestro Dios,
que se hizo hombre para redimirnos de la opresión del pecado. Al hacer-
se hombre, el Hijo de Dios compartió nuestros mismos padecimientos, y
nos dice que no estamos solos en nuestros sufrimientos, que Él camina a
nuestro lado cargando con su Cruz y con las nuestras, y con las de todos
los hombres de todos los tiempos. Pidamos al Padre que, a través de su
Hijo, nos envíe al Espíritu Santo, para que renueve nuestro corazón y
nos impulse a acompañar a nuestros hermanos en sus dolores.
VIA CRUCIS
Según San Marcos /ciclo B
MINISTERIO SACERDOTAL
PARROQUIA SAN JOSÉ. 2024

2
Al iniciar del Santo Vía Crucis
Guía: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios Nuestro.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
AMEN
Guía: Hermanos: estamos aquí reunidos para recordar los
grandes sufrimientos que Cristo soportó para salvarnos.
Un día Cristo dijo: «No existe amor más grande que dar la
vida por los amigos» (Jn 15,13).
Sufriendo y muriendo en la Cruz, Jesús nos dio la prueba
más grande de su amor. Recorriendo estas estaciones del
VIA CRUCIS, iremos meditando sobre nuestros pecados,
que fueron la causa de la muerte de Cristo, y al mismo
tiempo nos preguntaremos: ¿Qué hacemos para que la
Sangre de Cristo no sea desperdiciada? ¿Cuánta gente hay
todavía que no conoce a Cristo y no lo ama? ¿Qué puedo
hacer yo para que se acerquen más a Jesús, que sufrió
tanto para salvarnos?
Acto de contrición :
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los
pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo co-
razón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Pro-
pongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por
tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de
mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
Padre santo, mira benigno a quienes junto a Jesús, nues-
tro Redentor, nos disponemos a recorrer, paso a paso, el
camino luminoso de la cruz. Te lo pedimos por Cristo
nuestro Señor. Amen.




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ORACIÓN FINAL
Señor Jesús:
Te hemos acompañado en el duro
“camino de la Cruz” con fé, amor y espe-
ranza.
Hemos entendido cuanto te ha costa-
do ofrecerte a nosotros como Camino pa-
ra hacernos llegar al Padre.
En este Vía Crucis nos ha acompa-
ñado nuestra Madre santísima, la virgen
María.
Por su intercesión, Señor, concédenos
saber ser testigos de la Esperanza en
medio de nuestra sociedad.
Danos tu Santo Espíritu que nos hace
santos, y renueva en nosotros la con-
ciencia feliz de ser “hijos” de tu Padre ce-
lestial; hijos en tu Hijo, enviados al mun-
do “para reconciliar a todos los hijos dis-
persos de Dios”. Tu que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

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ñor.
 Por los que no experimentan un sentido de vida y se
refugian en los vicios, oremos al Señor.
 Por los sin esperanza, para que la resurrección de
Jesús les de animo de vivir, oremos al Señor.
 Por nosotros, para que esperemos a Jesús resucita-
do, viviendo como personas con esperanza y compro-
miso al Reino de Dios, oremos al Señor.
Oración:
Señor, Padre bueno,
cuando el camino de la vida nos muestra historias difíci-
les,
concédenos la esperanza de la Pascua,
paso de la muerte a la resurrección.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
El Papa Francisco nos invita a mirar la Cruz: “¡Cómo qui-
siera que por un momento todos los hombres y las muje-
res de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer
la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondi-
do con violencia, a la muerte no se ha respondido con el
lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fra-
gor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación,
del perdón, del diálogo, de la paz.”
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
3
PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.
Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu santa
cruz redimiste al mundo
Lectura del evangelio según san Marcos (15, 12-15)
Pilato les dijo: „¿Qué voy a hacer con el que ustedes llaman
rey de los judíos?‟ La gente gritó:´¡Crucifícalo!‟ Pilato les pre-
guntó: „Pero ¿qué mal ha hecho?‟ Y gritaron con más fuerza:
„¡Crucifícalo!‟ Pilato quiso dar satisfacción al pueblo: dejó,
pues, en libertad a Barrabás y sentenció a muerte a Jesús.
Lo hizo azotar, y después lo entregó para que fuera crucifi-
cado.
Reflexión
Jesús fue juzgado por las autoridades religiosas y por los
representantes del imperio romano. Inocente, fue condena-
do a muerte. El silencio de Jesús dice más que las pala-
bras, y pone en evidencia la incapacidad de Pilato para lle-
gar hasta Él. ¿Somos consientes del valor del otro como
persona? ¿Estoy acostumbrado a condenar, olvidando que
no puedo ver el corazón de aquel a quien juzgo?
Como experimentamos en nuestro país, el sistema jurídico
no funciona para los pobres y para los que busquen la jus-
ticia. Pero, Jesús está condenado por amor de nosotros,
por amor de un Dios de misericordia. Solidario con todos
los condenados injustamente, se entregó la vida.
Está condenado a muerte – aunque inocente.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los condenados a la muerte por hambre y enfer-
medad, oremos al Señor.
2. Por los privados de la libertad, especialmente por los
que esperan un juicio justo, oremos al Señor.
3. Por las autoridades públicas, para que, rechazando
toda corrupción y partidismo, busquen siempre el
bien común, oremos al Señor. -Por los signos de vio-
lencia y de muerte….
Oración:

4
Jesús... Señor, Padre bueno,
infunde en nosotros tu Espíritu Santo
y concédenos tu fortaleza,
porque sólo así tendremos la valentía
de testimoniar tu verdad,
que es camino de justicia y reconciliación.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir
tu suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CON LA CRUZ ACUESTA.
Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu santa
cruz redimiste al mundo.
Lectura del evangelio según san Marcos (15, 17.20/
san Juan 19, 17)
“Vistieron a Jesús con un manto de púrpura, hicieron una
corona de espinas y se la colocaron. Después de haberse
burlado de Él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron
de nuevo sus vestiduras. Y Jesús cargando sobre sí la cruz
salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado calavera,
en hebreo, Gólgota”
Reflexión
A Jesús le cargan la cruz – la cruz de todos los pecados
personales y sociales. Por su propia voluntad se identifica
con nuestros penas y sufrimientos. Llevando las cruces de
todo el mundo, nos llama a tomar la cruz. Jesús carga con
la cruz para dar nos valor y consuelo, cargando con las
cruces de nuestro mundo y en nuestra vida cotidiana.
21
hasta el momento en que, por un don de tu providencia,
nos llames para que seamos uno solo contigo.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN.
JESÚS ES PUESTO EN E L SEPULCRO
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Juan. (Jn 19, 41-42)
“Cerca del lugar donde lo crucificaron había un huerto y en
el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterra-
do. Aprovecharon entonces ese sepulcro cercano para poner
ahí el cuerpo de Jesús.”
Reflexión:
Jesús fue sepultado en un sepulcro prestado. Aun en la
muerte, no tenía donde recostar la cabeza, como muchas
personas pobres y marginadas en nuestro mundo. Algunas
autoridades se regocijan y quieren dejarlo sepultado, olvi-
dado, porque el mensaje de Jesús sobre amor y misericor-
dia de Dios las acusan por su apego al poder y al dinero.
Pero, la muerte no es la palabra definitiva. Un sepulcro no
puede detener a Jesús que es la Vida.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-

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Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios – tuvo la
audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de
Jesús. Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo lla-
mar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había
muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a Jo-
sé. Este compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo en-
volvió en ella.»
Reflexión.
Jesús inicia el camino del silencio. El ya no habla con sus
palabras, como lo hizo en su vida pública. El habla ahora
con el silencio de su vida entregada. Dicen que cada uno es
esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Más que
nuestros labios debe hablar nuestra vida entregada, como
la de Jesús.
Jesús está muerto. Su madre y varias mujeres y unos po-
cos hombres lo bajaron de la cruz. María recibe su hijo, Je-
sús, victima de la violencia oficial, en sus brazos. Tantas
madres sufren la perdida de sus hijas e hijos queridos, pe-
ro no tienen personas para acompañarlas en su duelo, pa-
ra consolarlas, para ayudarlas. Se sienten solas, abando-
nadas. ¿Podemos ser como José de Arimatea, ayudándolas
en su dolor?
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los madres que no pueden encontrar con sus hi-
jas e hijos, para que reciben consuelo de nosotros,
oremos al Señor
 Para que nuestras palabras vayan acompañadas del
testimonio de nuestra vida, oremos al Señor.
 Por todos los que no pueden hablar, para que sepa-
mos con nuestra vida ser voz de los que no tienen voz,
oremos al Señor.
Oración:
Señor, Padre bueno,
concédenos sentirte cercano,
como presencia que consuela y reconcilia,
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Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los que cargan trabajos duros y reciben salarios
bajos, oremos al Señor.
2. Por los que cargan la cruz de cáncer y otras enferme-
dades, oremos al Señor.
3. Por los agentes de pastoral de la parroquia, para que
asuman sus cargos con amor y compromiso, oremos
al Señor.
Oración.
Señor, Padre bueno, que nos has enviado a Jesús,
obediente hasta la muerte,
concédenos la fuerza de tu amor
para tomar con valor nuestra cruz.
Concédenos tu esperanza y sabremos reconocerte
incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMER A VEZ
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa
Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos (8,34-36)
“Jesús llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: si al-
guno quiere seguirme, olvídese de sí mismo, tome su cruz y
sígame. Porque si alguno quiere salvar su vida, la perderá;
en cambio si pierde la vida por mí y por el evangelio, la sal-

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vará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde
su vida?”
Reflexión:
Jesús cae bajo el peso de la cruz. ¿Cuántas personas cae-
mos bajo el peso de nuestras faltas y debilidades?
¿Cuántas personas sufrimos por la falta de amor y amis-
tad? ¿Cuántas personas sufrimos marginación y discrimi-
nación por ser joven o por no tener un grado académico?
Jesús cae, sufriendo con nosotros y nos ofrece la esperan-
za, levantándose para seguir hasta la muerte en el Calva-
rio.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por las ancianas y los ancianos, para que les ayude-
mos con amor y cariño, oremos al Señor.
2. Por los jóvenes que se sienten marginados, oremos al
Señor.
3. Por quienes sufren discriminación de todo tipo, ore-
mos al Señor.
Oración.
Señor, has asumido nuestros sufrimientos
y los has compartido hasta el patíbulo que aplasta y humi-
lla.
No nos abandones bajo el peso de nuestras cruces,
que a veces nos parecen demasiado pesadas.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
A aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
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donde hacemos memorial de su muerte en cruz a si como
el centurión romano, abrió sus ojos y reconoció al hijo de
Dios cuando ya estaba todo consumado.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Señor Jesucristo, Tú que experimentaste el aban-
dono, en nuestras horas de oscuridad y turbación,
ayúdanos a creer en ti y a seguirte, oremos al Señor.
2. Para, que no seamos participes de situaciones y he-
chos que puedan ser causa de dolor y sufrimiento.
Oremos.
Oración:
Señor Jesús,
que has muerto en la cruz por nosotros,
acoge nuestra vida
que se une a la tuya
como una ofrenda perenne y definitiva.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
DECIMOTERCER ESTACIÓN.
JESÚS ES BAJADO DE L A CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio de San Marcos (Mc 15, 42- 46a)
«Era día de Preparación, es decir, víspera de sábado. Por
eso, al atardecer, José de Arimatea – miembro notable del

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de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
DUODÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS MUERE EN LA CR UZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del santo evangelio según san Marcos (15, 33-37. 39)
“Llegado el mediodía, la oscuridad cubrió todo el país hasta
las tres de la tarde, y a esa hora Jesús gritó con voz poten-
te: „Eloí, Eloí, lammá sabactani‟, que quiere decir: „Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?‟ Al oírlo, algunos
de los que estaban allí dijeron: „Está llamando a Elías‟. Uno
de ellos corrió a mojar una esponja en vinagre, la puso en la
punta de una caña y le ofreció de beber, diciendo: „Veamos
si viene Elías a bajarlo‟. Pero Jesús, dando un fuerte grito,
expiró…. Al mismo tiempo el capitán romano que estaba
frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo:
„Verdaderamente este hombre era hijo de Dios‟.
Reflexión:
Jesús ha muerto – entre dos ladrones. Jesús es otra victi-
ma de la violencia del mundo que desprecia el Dios de
amor y misericordia. Tenemos un Dios que se solidariza
con nosotros, padeciendo con nosotros, muriendo para con
nosotros .
Jesús se une a la experiencia de soledad y abandono que
viven muchos enfermos, que muchas veces mueren en los
hospitales. Su grito es el de ellos.
Ojalá que este día podamos reconocer a Jesús como el Se-
ñor en este vía crucis, que compartimos como comunidad
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CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA C ON SU MADRE
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa
Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Lucas (8, 19-21) o (Mc 3,31-
35)
“En una oportunidad, su Madre y sus parientes fueron a ver
a Jesús, pero no podían acercarse, porque había mucha
gente. Le dijeron: Tu Madre y tus parientes están afuera y
quieren verte. Pero Jesús le respondió: Mi madre y mis her-
manos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practi-
can.”
Reflexión :
María sabe que no engendró a su hijo para sí misma; com-
prende que él tiene su misión en la vida, en la que ella no
debe interferir. ¿Somos respetuosos de la libertad de los
otros? En mis relaciones, ¿busco manipular a los demás
según mis intereses?
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Para que nuestra devoción a María sea imitándola en
su seguimiento del Señor, oremos.
2. Para que la presencia de María consuele a los que
caminan senderos difíciles y de sufrimiento en su vi-
da, oremos al Señor.
Oración :
Señor, Padre bueno,
concédenos que encontremos la mirada amorosa de María,
para que cada uno de nosotros,
libres de la propia soledad interior,
podamos descansar en el abrazo maternal de Aquella
que en Jesús abrazó y amó a todos los hombres.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia

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de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
QUINTA ESTACIÓN.
SIMÓN DE CIRENE AYUD A A JESÚS A LLEVAR LA
CRUZ .
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa
Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos (15, 21)
“Al salir, se encontraron con Simón de Cirene que volvía del
campo, y lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.”
Reflexión :
Le forzaron a Simón, un hombre del campo, a llevar la cruz
de Jesús. ¿Cuántas personas no queremos llevar la Cruz
de Cristo, dejando atrás el egoísmo, el individualismo, el
apego al dinero, la indiferencia? No queremos involucrar-
nos en las vidas de nuestro prójimo sufriendo. Debemos
seguir el ejemplo de Simón, cargando la cruz con Jesús.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los que están solidarios con los pobres y margina-
dos en sus aldeas, oremos al Señor.
2. Por los que luchan para alimentar a la familia, frente
a la pobreza, oremos al Señor.
3. Por los que se esfuerzan de trabajar en comunidad y
cooperativas, oremos al Señor.
Oración.
Señor, haznos capaces de reconocerte en los últimos
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Reflexión:
Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscrip-
ción que indicaba la causa de su condena decía: “El rey de
los judíos”. A su diestra y a su izquierda crucificaron tam-
bién a dos ladrones.
Jesús es clavado en la cruz. Con nuestros pecados, lo cla-
vamos en la cruz. Pero el sufre con amor. Pero, ¿Cuántas
personas están clavadas en la cruz de rencor y resenti-
miento, que se sienten incapaces de perdonar? ¿Cuántas
personas están clavadas en sus adiciones, sintiéndose in-
capaces de dejar las drogas o el alcohol? Jesús es clavado
a la cruz y se sienten los sufrimientos de todos y todas.
Jesús nos enseña a perdonar y cambiar. Por que muchas
veces ,creemos que compramos el amor de Dios con nues-
tras obras piadosas, sintiéndonos "de los buenos", y Juz-
gamos a alguien como si no fuera digno de perdón.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los que están llenos de rencor, para que Dios les
libere del deseo de vengarse, oremos al Señor.
2. Por los que se sienten adictos al alcohol o drogas,
oremos al Señor.
3. Por los que venden armas, para que quiten este ca-
mino de sembrar violencia, oremos al Señor.
Oración.
Señor, danos la gracia
de no permanecer agobiados por nuestros pecados,
y ayúdanos a ver en cada una de nuestras debilidades
una posibilidad nueva
para manifestar la fuerza de tu cruz,
que da vida y esperanza.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia

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2. Por las y los jóvenes que están tentados por la porno-
grafía y el machismo, oremos al Señor.
3. Por las mujeres que están tratados como cosas y no
como personas humanas con su propia dignidad,
oremos al Señor.
Oración:
Señor, Padre bueno, llena nuestras lagunas,
haznos generosos para compartir con los hermanos
los dones de tu providencia.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Marcos (Mc 15, 22-24a,25-27)
“Lo llevaron al lugar llamado Gólgota, o Calvario, palabra
que significa «calavera. Después de ofrecerle vino mezclado
con mirra, que él no quiso tomar, lo crucificaron . Eran como
las nueve de la mañana cuando lo crucificaron. Pusieron
una inscripción con el motivo de su condena, que decía: «El
rey de los judíos.» Crucificaron con él también a dos ladro-
nes, uno a su derecha y otro a su izquierda.”
9
que encontramos a lo largo de nuestro camino;
danos la valentía y el gozo
de dar de comer al que tiene hambre,
dar de beber al que tiene sed, acoger al extranjero,
vestir al que está desnudo y curar al que está enfermo,
para encontrarte y acogerte en todos los hermanos y her-
manas.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor.
Señor peque, ten piedad y misericordia de nosotros y de
mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Se-
ñor Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima
madre al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SEXTA ESTACIÓN.
LA VERÓNICA LIMPIA E L ROSTRO DE JESÚS
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa
Cruz redimiste al mundo.
Lectura del libro del profeta Isaías (52, 13; 53, 3 – 5)
“Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho.
Despreciado y evitado de la gente, un hombre habituado a
sufrir, curtido en el dolor; al verlo se tapaban la cara; des-
preciado, lo tuvimos por nada; a él, que soportó nuestros
sufrimientos y cargó con nuestros dolores, lo tuvimos por
un contagiado, herido de Dios y afligido. Él, en cambio, fue
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros
crímenes. Sobre él descargó el castigo que nos sana y con
sus cicatrices nos hemos sanado.”

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Reflexión:
Verónica, mirando a Jesús sufriendo, se acerca a Él, lim-
piando su rostro. Cuantas personas asistan a los enfermos
y ancianos, dándoles consuelo y mostrándoles el amor de
Dios, reconociendo que los que sufren nos muestra el ros-
tro de Cristo. Pero, sufrimos de un sistema que deja a los
pobres sin medicina o atención medica. ¿Cómo vamos a
responder a los rostros de los que sufren? ¿Vamos a imitar
el ejemplo de Verónica?
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por las enfermeras y médicos que atienden a los en-
fermos, para que trabajen con la compasión de Veró-
nica y reciban sueldos justos, oremos al Señor.
2. Por los familiares de los enfermos, para que les asis-
ten con coraje y compasión, oremos al Señor.
3. Por los que ofrecen la solidaridad a los pobres y mar-
ginados del mundo, oremos al Señor.
Oración:
Señor, haz que la luz de tu Rostro,
lleno de misericordia,
alivie las heridas del abandono y del pecado que nos afli-
gen.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor.
Señor peque, ten piedad y misericordia de nosotros y de mi
alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
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Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
DECIMA ESTACIÓN.
JESÚS ES DESPOJADO D E SUS VESTIDURAS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Juan (Jn 19, 23-24)
“Cuando los soldados pusieron en la cruz a Jesús, se repar-
tieron su ropa en cuatro partes iguales, una para cada sol-
dado. Se apoderaron también de su túnica, que era sin cos-
tura, de una sola pieza. Se dijeron entre ellos: no la rompa-
mos, vamos a sortearla, para ver a quien le toca. Así se
cumplió una profecía que dice: se repartieron mi ropa y sor-
tearon mi túnica.”
Reflexión:
Llegado al Calvario, Jesús fue despojado de sus vestidu-
ras, le dieron de beber vino mezclado con hiel y se repar-
tieron su ropa, echándola a suerte, indicándonos así que,
a la meta, se llega con sacrificio y hasta con vergüenza.
Jesús es despojado de sus vestiduras. Despojar a una per-
sona es una manera de quitarle la dignidad como persona
humana, tratarla como solamente una cosa. ¿Cuántas
mujeres sufren, victimas de una sociedad machista o es-
clavas de la prostitución? ¿Cuántas personas sufren la fal-
ta de dignidad, reducidas a la esclavitud por la trata de
personas? Jesús sufre con ellas. Es fácil la indiferencia
ante el que no tiene poder y la prepotencia ante el indefen-
so. Preguntemos hoy, ¿Necesitamos maltratar para sentir-
nos superiores a los demás? ¿Me aprovecho de la desgra-
cia ajena?.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por las mujeres, niñas y niños que son victimas de la
trata de personas, oremos al Señor.

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Jesús experimenta que no basta con haberse levantado la
primera vez; la recaída es parte de la condición humana. Y
su deseo de perdón no se agota. ¿Hemos cerrado definiti-
vamente a alguien la puerta de la reconciliación? ¿Me jacto
de no dar segundas oportunidades?
Y en nuestro país: Jesús cae otra vez. ¿Cuántas personas
han caído, dejadas al margen de la sociedad por falta de
atención medica, por falta de educación adecuada, por fal-
ta de tierra para cultivar, por la concentración del poder y
la riqueza en las manos de los pocos? .
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los que sufren la falta de escuelas y centros bási-
cos de educación, oremos al Señor.
2. Por los que les falta tierra para sembrar y cosechar
para alimentar a la familia, para que los gobernantes
hagan leyes que les ayuden a conseguir terreno para
sembrar, oremos al Señor.
3. Por los que no se sienten la ayuda de sus familias y
amigos, oremos al Señor.
Oración:
Señor, que subiste al Calvario como cordero para el sacrifi-
cio,
ilumínanos en esta noche oscura,
para que no nos extraviemos en estos momentos difíciles.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
11
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUND A VEZ
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa
Cruz redimiste al mundo.
Del Profeta Isaías (Is 53, 5)
“Ha sido tratado como un culpable a causa de nuestras re-
beldías, y echado en tierra, y aplastado por nuestros peca-
dos. Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus lla-
gas hemos sido sanados.”
Reflexión:
Jesús cae, otra vez, agotado por ser flagelado y coronado
con espinas. Pero sigue su camino hacia Gólgota.
¿Cuántos sentimos desanimados por el peso de la vida – la
falta de trabajo, los gastos de la vida siempre más caros, la
desesperanza? ¿Cuántas personas han huido, buscando
una vida mejor en otros paises, aguantando los sufrimien-
tos del camino? Jesús cae, pero nos invita a levantarnos,
buscando la vida en Él.
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
1. Por los migrantes que busquen una vida mejor, para
que mantengan su reto de ayudar a la familia y no
caigan en vicios, oremos al Señor.
2. Por los que se sienten agobiados y cansados, para
que recubran el animo, oremos al Señor.
3. Por los que caen en el pecado, para que Cristo les de
la valentía de convertirse, oremos al Señor.
Oración:
Señor, Tú caíste por tierra como cualquier otro hombre.
Concédenos la fuerza de volver a levantarnos
aun cuando no tenemos ni siquiera el deseo de hacerlo.
Aumenta en nosotros la convicción
de que, aunque estemos cansados y desanimados,
contigo a nuestro lado siempre podemos volver a caminar.

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Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Se-
ñor Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima
madre al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
OCTAVA ESTACIÓN.
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según San Lucas (Lc 23, 28)
“Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se
golpeaban el pecho y se lamentaban por Él. Jesús, volvién-
dose a ellas les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí.
Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos”
Reflexión:
Las mujeres lloran al verle a Jesús. Pero, él les avisa a re-
cordar a sus propios dolores. ¿Le miramos a Jesús su-
friendo pero no veamos el sufrimiento de nuestros próji-
mos?
Jesús nos invita a volver la mirada sobre nosotros, o me-
jor, a aprender a mirarnos con la misericordia con que él
nos mira. ¿Juzgamos nuestro propio pecado a la luz de
nuestra historia y condicionamientos? ¿Sabemos distin-
guir entre el sentimiento de culpa, que nos paraliza, y el
verdadero arrepentimiento, que nos acerca al Amor de
Dios? .
Súplicas: respondemos: Por tu santa cruz, ten piedad, Se-
ñor.
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1. Por las mujeres que sufren abajo del machismo de la
sociedad y de su hogar, oremos al Señor.
2. Por las jóvenes que sufren violaciones, para que po-
damos acompañarlas y darles consuelo y valor, ore-
mos al Señor.
3. Por los padres que han perdido a sus hijos, oremos al
Señor.
Oración:
Señor, Padre bueno,
haznos testigos creíbles de tu misericordia;
haz que nuestras palabras y nuestras acciones
sean siempre un signo sincero y gratuito de caridad
hacia cada uno de nuestros hermanos.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria al Padre.
Amado Jesús mío, por mi vas a la muerte, quiero seguir tu
suerte muriendo por tu amor, perdón y gracias imploro
transido de dolor. Señor peque, ten piedad y misericordia
de nosotros y de mi alma Amen.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor
Jesucristo y los dolores y lagrimas de su santísima madre
al pie de la cruz Amen.
Si alguno quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
NOVENA ESTACIÓN.
JESÚS CAE POR TERCER A VEZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, que porque por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas 22, 28-30a.
Ustedes son los que han permanecido conmigo, compartien-
do mis pruebas, Por eso les doy autoridad como mi Padre
me la dio a mí haciéndome rey. Ustedes comerán y beberán
a mi mesa en mi Reino.
Reflexión.
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