1. La Santa Misa, verdadero Sacrificio
•Dios Nuestro Señor fue
preparando, durante siglos, el
momento el Sacrificio del Gólgota
y la institución de su renovación.
•Se anunciaba simbólicamente en
los sacrificios de la antigua ley y,
sobre todo, en la inmolación del
cordero pascual.
•Su ofrecimiento en toda la tierra
lo anuncia así el profeta
Malaquías: en todo lugar se
ofrece a mi nombre un Sacrificio
humeante y una ofrenda pura.
•La Eucaristía es
sacramento y sacrificio:
•"Eucaristía” significa
acción de gracias, y
designa el sacramento
del Cuerpo y de la
Sangre del Señor.
•La Eucaristía es un
Sacrificio: "Esto es mi
cuerpo, que es
entregado por
vosotros... Este es el
cáliz de mi Sangre, que
es derramada por
vosotros" (Lc 22,19-20;
cfr.
•La última Cena y el
sacrificio del Calvario
forman una unidad.
•En la última Cena,
Nuestro Señor instituyó
el sacramento por el
que había de re-
presentarse (=hacerse
presente de nuevo) el
Sacrificio de la Cruz.
•La última Cena fue la
anticipación
sacramental del
sacrificio de la Cruz .
•"Eucaristía" significa
también la "celebración de
la Eucaristía“: la celebración
en la que Cristo se hace
presente por la consagración
y se ofrece por nosotros
renovando el Sacrificio del
Calvario.
•En la Eucaristía Cristo
entrega el mismo cuerpo
que ha entregado por
nosotros en la Cruz, y la
misma sangre que ha
derramado por muchos en
remisión de los pecados.
•El sacrificio de Cristo y el
sacrificio de la Eucaristía son
un único sacrificio
•Esta celebración litúrgica
se llama Santa Misa.
•La esencia del Sacrificio
de la Misa es la
Consagración del pan y
del vino, que re-
presentan de modo
incruento el Sacrificio
cruento de Cristo en la
Cruz.
•Nadie puede quitar o
añadir nada de lo que ha
sido establecido por la
Iglesia en la Liturgia de la
Santa Misa.
•La liturgia de la
Eucaristía se
desarrolla conforme a
una estructura
fundamental que se
ha conservado a
través de los siglos
hasta nosotros:
•Comprende la liturgia
de la Palabra (hasta el
Ofertorio), y la
liturgia eucarística (a
partir del Ofertorio).
•La Liturgia de la
Palabra y la liturgia
eucarística
constituyen un solo
acto de culto».
•La Santa Misa es el memorial de la
Pascua de Cristo, la actualización y
la ofrenda sacramental de su único
sacrificio, en la liturgia de la Iglesia.
•En el sentido de la Sagrada
Escritura, el memorial no es
solamente el recuerdo de los
acontecimientos del pasado.
•Cuando la Iglesia celebra la
Eucaristía, hace memoria de la
Pascua de Cristo y ésta se hace
presente: el sacrificio que Cristo
ofreció de una vez para siempre en
la cruz, permanece siempre actual.
•Cuantas veces se renueva en el
altar el sacrificio de la cruz se
realiza la obra de nuestra
redención porque en la Cruz,
Cristo se ofreció a sí mismo
como víctima inmaculada a
Dios Padre por el Espíritu
Santo.
•Este sacrificio fue la realización
de su perfecta obediencia a la
voluntad del Padre: Cristo se
hizo "obediente hasta la
muerte y muerte de Cruz"
(Philip 2,8).
•Para esto había asumido nuestra
naturaleza: para identificar la
voluntad humana con la voluntad
divina.
•NS. Jesucristo reparó con su
obediencia la desobediencia de
Adán, y ofreció una satisfacción
perfecta por todos nuestros
pecados.
•Lo que se realiza en la Santa Misa
es el ofrecimiento de este mismo
sacrificio, que se renueva en el
altar, al hacerse Cristo presente
en la Eucaristía .
•El ministro del Sacrificio
Eucarístico es el
sacerdote, que actúa in
nomine et in persona
Christi.
•Para consagrar
válidamente, debe tener
la intención de hacer lo
que hace la Iglesia.
•El sacerdote, en la Santa
Misa, no actúa como
puede hacerlo el
presidente de una
asamblea humana, sino
que representa a Cristo
Cabeza de la Iglesia (in
persona Christi Capitis).
2. Fines y frutos de la
Santa Misa
•La Santa Misa tiene los
mismos fines que el Sacrificio
de la Cruz; estos son:
•latréutico (honrar y adorar a
Dios);
•eucarístico (dar gracias a Dios);
•propiciatorio (desagraviar a
Dios por nuestros pecados);
•impetratorio (pedir a Dios sus
dones y sus gracias).
•La Iglesia ofrece el
sacrificio eucarístico en
comunión con la
santísima Virgen María
y haciendo memoria de
Ella así como de todos
los santos y santas.
•En la Eucaristía, la
Iglesia, con María, está
como al pie de la cruz,
unida a la ofrenda y a la
intercesión de Cristo.
•Participan de los frutos
de la santa Misa, de
manera diversa: toda la
Iglesia; el sacerdote que
celebra y los que,
unidos con él, concurren
a la celebración
eucarística; los que, sin
asistir a la Misa, se unen
al sacerdote que
celebra; y aquellos por
quienes la Misa se
aplica, que pueden ser
vivos o difuntos.
•El Santo Sacrificio del altar se
puede aplicar por todos
aquellos a quienes pueda
aprovechar, vivos o difuntos.
•El estipendio es la limosna
que se da al sacerdote que
aplica la Misa por una
intención.
•Al recibir el estipendio el
sacerdote queda obligado a
aplicar la Misa por esa
intención.
3. La Santa Misa es acción de Cristo y de la
Iglesia
•La Iglesia, que es el Cuerpo de
Cristo, participa en la ofrenda de
su Cabeza.
•Con Él, ella se ofrece totalmente.
•Se une a su intercesión ante el
Padre por todos los hombres.
•En la Eucaristía, el sacrificio de
Cristo es también el sacrificio de
los miembros de su Cuerpo.
•La vida de los fieles, su
alabanza, su sufrimiento,
su oración y su trabajo se
unen a los de Cristo y a su
total ofrenda, y adquieren
así un valor nuevo.
•El sacrificio de Cristo
presente sobre el altar da
a todas las generaciones
de cristianos la
posibilidad de unirse a su
ofrenda.
•El cristiano pone en
ejercicio su sacerdocio real
ofreciendo a Dios todas
sus obras en unión con
Cristo en el altar; esta es
una manifestación capital
del "alma sacerdotal".
•La participación de los
fieles consiste ante todo
en unirse interiormente al
Sacrificio de Cristo que el
sacerdote ofrece en el
altar.
•No puede decirse en modo
alguno que los fieles
"concelebren" con el
sacerdote, ya que sólo él
actúa in persona Christi.
•Pero sí que concurren a la
celebración del Sacrificio,
por el sacerdocio común,
recibido en el Bautismo.
•Esta participación interior se
ha de manifestar en la
participación exterior: en la
comunión (en estado de
gracia), en las respuestas y
en las oraciones que los
fieles rezan con el sacerdote;
en las posturas; y también, a
veces, en la realización de
algunos ritos, como la
proclamación de las lecturas
o la oración de los fieles.
•Los fieles, al participar en
el Sacrificio eucarístico, se
ofrecen ellos mismos con
Cristo.
•Todas nuestras acciones
cobran valor redentor en
la medida en que están
unidas al Sacrificio de
Cristo.
•Los fieles deben procurar
que la Santa Misa sea de
verdad centro y raíz de su
vida interior, ordenando
hacia ella todo su día; el
trabajo y todas sus
acciones.
•Las Misas sin asistencia
de pueblo tienen
también carácter público
y social.
•Sus efectos se extienden
a todo lugar y tiempo.
•De ahí la gran
conveniencia de que los
sacerdotes celebren
todos los días, aunque no
asista físicamente ningún
fiel.