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grande de maíz negro o blanco martajado con frijoles mo-
lidos, nopales, cebolla, cilantro, queso espolvoreado y salsa
bien picosa.
Pero si usted es de los que les gusta ir a los mercados,
le recomiendo que vaya al Benito Juárez, al 16 de Septiem-
bre, al Morelos o bien al Hidalgo y ahí podrá disfrutar de
las quesadillas de flor de calabaza, huitlacoche, requesón,
sesos, tinga y quintoniles; también hay gorditas de haba,
frijol y chicharrón prensado o tacos de carpa, huevera, pata
de res y acociles.
Para bajar la comida, !qué le parece! ¿una garapiña bien
helada o una buena copa de nanche, zarzamora o higo?
Y para finalizar un postre, que puede ser una alegría
hecha con semillas de hautle y miel, un turrón, un alfajor,
frutas cristalizadas como naranjas, chilacayotes, acitrones,
sidra, xoconostle, limones rellenos de coco o a la mejor le
gustan más los jamoncillos, las duquesas, pepitorias, chara-
muscas, ponteduros, palomas, muéganos y trompadas.
Chorizo
Es un tema que se les va a hacer agua la boca ¿si adivinaron
ustedes?, les platicaré de nuestra exquisita comida derivada
del cerdo, como las ricas carnitas, el crujiente chicharrón, las
patas en escabeche bien picosas, el queso de puerco para las
tortas, la moronga, la longaniza y el chorizo para los tacos
con su salsa “pico de gallo”
Esta tradición nos viene desde la época de la colonia,
pues Hernán Cortés trajo de España los primeros marra-