(1a Pedro 1.3-6) Anclados en una esperanza viva 7.9.25.pptx

como tener la certeza de la esperanza en Cristo, una esperanza viva

1. Anclados en una Esperanza viva 1 Pedro 1:3-6   El apóstol Pedro, en su primera carta, nos sumerge en una profunda meditación sobre la esperanza que tenemos en Cristo. Estos versículos son una explosión de alabanza y una declaración fundamental de nuestra identidad y seguridad en Dios. Pedro Comienza con una bendición a Dios por su gran misericordia, que es la fuente de todo lo que sigue (v3). Esta esperanza viva no es un mero deseo o una expectativa incierta; es una realidad vibrante y dinámica, anclada en el evento más trascendental de la historia: la victoria de Jesús sobre la muerte. Su resurrección es nuestra garantía, el cimiento inquebrantable sobre el cual se edifica nuestra fe y nuestra esperanza. Pedro continúa describiendo la naturaleza de esta esperanza: (v4) Qué contraste con las herencias terrenales, que se desvanecen, o se destruyen. Nuestra herencia espiritual es inalterable, pura y eterna, guardada de forma segura por Dios mismo. Esto nos ofrece una perspectiva celestial que minimizan las dificultades y pruebas de este mundo. No estamos invirtiendo en algo temporal, sino en algo que perdurará por siempre.

2. El término renacer se refiere al nacimiento espiritual (regeneración), el acto del Espíritu Santo de llevar creyentes a la familia de Dios. Jesús empleó este término cuando le explicó a Nicodemo lo que es la salvación. ¿Necesita usted aliento? Las palabras de Pedro ofrecen gozo y esperanza en tiempos de problemas, y él basa su confianza en lo que Dios está haciendo por nosotros en Jesucristo. Se nos llama a una esperanza viva de la vida eterna. Nuestra esperanza no es solo futurista; la vida eterna empieza cuando creemos en Dios y nos unimos a su familia. Por mucha aflicción o prueba que estemos pasando en la vida, sabemos que no es nuestra experiencia definitiva. Finalmente viviremos con Cristo para siempre. El apóstol nos asegura que, a pesar de estar en el mundo y enfrentar desafíos; somos guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. Aquí radica una doble seguridad: la protección divina y la participación humana a través de la fe. No somos salvados por nuestras obras, sino por el poder de Dios, y nuestra fe es el medio por el cual nos apropiamos de esta salvación y permanecemos en ella.

3. La salvación no es solo un evento futuro, sino también una realidad presente que se perfeccionará al final de los tiempos. En resumen, estos versículos nos recuerdan que nuestra esperanza no está en este mundo ni en nuestras propias fuerzas, sino en la obra consumada de Cristo, la provisión segura de Dios y su poder protector. Nos invitan a vivir con gozo y gratitud, sabiendo que, a pesar de las circunstancias, nuestra herencia está segura y nuestra salvación garantizada. Los judíos habían mirado a su herencia en la tierra prometida de Canaán. Los cristianos de hoy en día miran a su herencia familiar en la eterna ciudad de Dios. Dios ha reservado esa herencia que nunca se desvanecerá ni decaerá; tampoco será manchada por el pecado. Lo mejor es que usted tiene una herencia si confía en Cristo como su Salvador. Dios nos ayudará a permanecer fieles a nuestra fe sin importar los momentos difíciles que afrontemos. El tiempo postrero es el día del juicio de Cristo.

4. V16. Podríamos tener que soportar dificultades, persecución o muerte violenta, pero no se ha de dañar nuestra alma si hemos aceptado el don de salvación de parte de Cristo. Sabemos que recibiremos la recompensa prometida. Jesucristo vino a buscar y salvar lo que se había perdido. v7 Conclusión: En Dios tendrá: 1-Una Esperanza segura en nuestro Salvador Jesucristo. 2-Una herencia incorruptible. 3-Protección y seguridad de tu vida en la tierra y en el cielo. 4-No te preocupes por lo material tu ciudadanía está en el cielo. 5-Mantente viviendo una vida en santidad 24/7. 6-Ancla esta promesa en tu corazón 7-Recuerda que debes de Mantener esa esperanza viva dentro de tu corazón y también que tu nombre no se borre del libro de la vida.