NIP y NP al que se articula:
NIP: NIP 2. Infancias y Educación inclusiva desde el enfoque de derechos y en perspectiva de género.
NP: NP 3. Infancias, educación y desarrollo integral de los niños y las niñas.
Recopilación de datos:
El entorno educativo propende por la generación de acciones interrelacionadas e intersectoriales que vinculan a los
diferentes actores que se encuentran en un territorio, de manera que se favorezca la atención integral a la primera
infancia, es decir, que todas las acciones de todos los actores confluyen en la atención y educación de cada niña y
cada niño. Dussel, I. (2010). Aunado a lo anterior y descendiendo al caso en concreto en relación a las
problemáticas evidenciadas y alusivas a la infancia, educación y desarrollo integral de niños y niñas; desde un
enfoque de derechos y en perspectiva de género hacen falta recursos como: suministros, elementos cognitivos de
bienestar físico, que permitan otorgar un pleno desarrollo de género en los niños y niñas, Así mismo, los educadores
deben favorecer la transmisión del acervo cultural de una generación a otra (Rodríguez de Pastorino, en Soto y
Violante; 2008). Traducidos estos en la realización de una serie de actividades intelectuales, culturales, de
dramaturgia, entre las que se ha visto falta de diversidad en cuanto a los itinerarios de actos de aprendizaje, danza,
teatro, canto, expresión corporal, concurso de oratoria que propendan por el desarrollo integral de los menores en
su parte cognoscitiva, emocional e intelectual; evidenciándose la carencia clara de un equipo multidisciplinario de
profesionales, compuestos por: trabajadores sociales psicólogo, terapeutas, nutricionistas, médicos, especialistas
integrales que otorguen un núcleo de derechos variado a los niños y niñas. De otro lado se evidencio que hace falta
metodología educativa en relación al estudio de pluralidad de género. En donde los niños pueden sentirse
plenamente tranquilos y expresar sentimiento, emociones preferencias e identidad integral. Hoy en día se evidencia
metodologías anquilosadas, inmersas en la pedagogía tradicional. Así lo plantea la Estrategia Nacional para la
Atención Integral a la Primera Infancia: “Es el caso de médicos, pediatras, maestros, terapeutas, profesionales de
las ciencias sociales, educativas y de la salud, así como madres comunitarias y agentes educativos y culturales de
los territorios” (Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia, 2013: 262). En esta
medida, se trata de un asunto que va más allá de lo semántico, pues compromete la manera en que se entiende la
educación de las niñas y los niños en primera infancia y aquello que le es propio o que hace parte de ella (Peralta,
2007).
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