Se anticipa: a no asustarse el profesional que viene desarrollando trabajos de auditoría externa en los que aplica cabal y acabadamente las normas de
auditoría locales: las NIA son un gran Manual de Auditoría (en comparación, por ejemplo, con la reducida RT 7, en el caso argentino) con escasísimos
agregados, básicamente formales. Quienes sí deben preocuparse (aunque tal estado de ánimo ya debería venir de antes) son aquellos profesionales que
por diversos motivos (características de sus empresas clientes, con pobres ambientes de control, deficientes registros contables, incursiones en la
economía subterránea, etc.) no están emitiendo dictámenes o informes profesionales que resultan de un trabajo bien hecho, en concordancia con las
normas profesionales, y, por lo tanto, pueden inducir a decisiones equivocadas por parte de los usuarios (con las consiguientes responsabilidades penal,
civil y profesional para el colega).
Además se ha reestructurado el ordenamiento en la presentación de los temas. Se mantiene el lenguaje coloquial, no "academicista", para contribuir a
una mejor llegada en la lectura del profesional y el estudiante universitario.
Se han actualizado las ejercitaciones prácticas, para que sean adecuado sostén de complementación de los desarrollos teóricos incluidos en el libro.
Al igual que en las ediciones anteriores, se ha evitado al máximo posible la referencia a normativas profesionales, de manera de contribuir a su uso y
comprensión por colegas y estudiantes no sólo argentinos, sino también de Latinoamérica.
Se vuelcan las experiencias profesionales vividas por cada uno de los autores: en el caso de Santiago y mío, como profesionales independientes
asesores de empresas; en el caso de Juan Carlos, subyacente está su aporte como funcionario top de línea, responsable máximo por la generación de
información contable en la empresa en que se desempeña, que trata con, sufre a y, en fin, negocia honorarios con auditores externos.
Vaya un agradecimiento muy especial al destacado integrante de nuestra cátedra de Auditoría en la UBA, Fernando Tuñez Salsamendi, por su valioso
aporte en la redacción de algunos capítulos en su primera versión. Del mismo modo, también se agradece la colaboración de Dora Palmieri, antigua (no
por edad) miembro de nuestra cátedra de la UBA, quien ha participado en el desarrollo de algunos temas, y también a Adriana Fernandez Menta, quien
actualizó algunos ejercicios prácticos y al resto del cuerpo docente de nuestra cátedra que colaboró también en el desarrollo de cierta ejercitación.
También deseamos agradecer a nuestros alumnos, quienes con sus preguntas, a veces, punzantes e inteligentes, otras veces aparentemente
ingenuas pero que nos dejaban pensando la respuesta, contribuyen a mantener viva la llama de nuestro interés y vocación por la docencia universitaria.
Ellos, son, sin duda alguna, fuente inspiradora, además de potenciales usuarios, de nuestros pensamientos profesionales. Y, porqué no, también un
agradecimiento a las empresas que atendemos, las que generan, sobre todo en los tiempos modernos tan convulsionados, un desafío profesional
relevante.
Deseamos también agradecer a las autoridades de las Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCA y de Ciencias Económicas de la UBA,
que nos cobijan desde bastante tiempo atrás.
En lo personal, vaya también un agradecimiento a los maestros que tuve: en Price Waterhouse, donde me desempeñé durante 34 años, William Leslie
Chapman, Alejandro Cesar Geli , Jorge Alberto Malenoski Benezet y Eric Buckley, los tres primeros prominentes docentes universitarios e integrantes de
la profesión contable argentina; el último, con una sabiduría y una paz que, creo yo, su intervención en la Segunda Guerra Mundial le había desarrollado.
Además, hago extensivo este reconocimiento a Horacio López Santiso y a Héctor Raúl Bertora (este último un tanto olvidado en nuestra galería de
ilustres prohombres de la profesión contable), quienes guiaron mis pasos iniciales en la docencia en la FCE de la UBA, y a Manuel González Abad, quien
cumplió similar tarea en la UCA.
Por último, deseamos rendir un postrer homenaje a dos colegas, auditores ellos, que dejaron este mundo para esperarnos, sin duda, en el cielo:
desde la edición anterior-2006- han fallecido Mario Wainstein y Roberto Carlos Macho, distinguidos profesionales y colegas en las cátedras de Auditoría
de la UBA, en cuyo paso han dejado huellas indelebles.
Buenos Aires, julio de 2010.
C? A?? S??
Poco queda agregar luego de que un gran maestro se ha expresado o ha escrito, representando el pensamiento conjunto de los tres autores. En mi
caso personal, el aporte a lo largo de los años y a través de las diferentes ediciones de esta obra, ha sido intentar transmitir a la comunidad profesional y
de estudiantes mi experiencia en el ámbito de la auditoría externa e interna de grandes conglomerados multinacionales, importantes grupos nacionales y
pequeñas y medianas empresas, tanto locales como del exterior; en el ámbito del control de gestión, que incluye el concepto de la auditoría operativa y
en la administración y dirección de grupos empresariales nacionales y extranjeros que deben asegurar la mayor transparencia, eficacia y eficiencia en el
cumplimiento de las políticas establecidas por su máximo nivel ejecutivo y/o por sus accionistas. Es de esperar que ese objetivo se cumpla no solamente
con el desarrollo teórico de la obra, sino también con la copiosa ejercitación, surgida total o parcialmente de casos reales.
Mi agradecimiento y reconocimiento, tanto profesional como académico, al gran "maestro" Carlos A. Slosse y a los Drs. Roberto Macho
(recientemente fallecido) y Enrique Fowler Newton, también fundamentales referentes en la docencia y práctica de la auditoría. En el ámbito empresarial
también han sido de alguna u otra forma importantes referentes los Srs. Eliseo Nápoli, Rosendo Gayol, Osvaldo Bort, Juan Carlos Grassi, Fernando
Cardone, Aldo Spacone, Jorge Urriza, Mario Giroti, Rubén Cherñajovsky, Eugenio Zucchi, Raúl Herrera, Jorge Todesca, Gerardo Gerson y Patricio
Visceglie.
Obviamente no debo dejar de mencionar la incansable e invalorable labor "en sociedad" de Santiago Gamondés.
Finalmente mi agradecimiento a mi mujer Andrea y mis hijos Juan Ignacio, Tomás, Federico y Santiago, soportes afectivos indispensables para
desarrollar cualquier actividad en forma exitosa.
J? C? G?
No tengo más que palabras de agradecimiento para Carlos Alberto Slosse y Juan Carlos Gordicz por su confianza, por sus enseñanzas y, por la
oportunidad que me brindaron y me brindan, de poder trabajar juntos en las sucesivas actualizaciones del libro de Auditoría. A ellos, muchas gracias por
su generosidad.
Adicionalmente, deseo expresar una vez más, mi agradecimiento a Carlos, a quien tuve la suerte que la vida lo pusiera en mi camino, hace ya muchos
años, en la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCA, asistiéndolo desde entonces en el dictado de clases. Y convirtiéndose en lo personal,
no sólo en un referente profesional y académico, sino también, en mi maestro y guía en el desarrollo de mi actividad docente. A él, muchas gracias
nuevamente.
S?? F? G???
Agradecimientos finales de los autores: a nuestras familias, a nuestros alumnos, a nuestros colaboradores.