Carlo Acutis Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Reino Unido, en el seno de una familia italiana, originaria de Lombardía. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, se encontraban en Londres por motivos profesionales en el momento de su nacimiento, sin embargo, tras el nacimiento de Carlo, la familia Acutis regresó a Italia en septiembre de ese mismo año para más tarde instalarse en la ciudad de Milán. Allí asistió a la escuela primaria y secundaria con las Hermanas Marcelinas, luego fue al Liceo Clásico León XIII, dirigido por los jesuitas. En la capellanía de la secundaria ejerció cierta influencia con su ejemplo, lo que hizo que más tarde fuera destacado por el plantel docente de la institución. Carlo transmitió en particular la importancia que tenía para él la Eucaristía que según él era “la calzada que lleva al Cielo”.
Enfermedad y Fallecimiento Carlo enfermó de leucemia del tipo M3, a principios de octubre de 2006. Al entrar al hospital le dijo a su madre: “De aquí ya no salgo”. Más tarde, también les comentó a sus padres: “Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia católica, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al Cielo”. Cuando la enfermera le preguntaba cómo se sentía con esos dolores , Carlo respondía: “Bien . Hay gente que sufre mucho más que yo. No despierte a mi madre, que está cansada y se preocuparía más”. Pidió la extremaunción y tres días después del diagnóstico, el 12 de octubre de 2006, falleció en el hospital San Gerardo de Monza, Italia. Antes de conocer su enfermedad, Carlo grabó un vídeo donde dijo que, si moría, le gustaría que lo enterraran en Asís. Por ello fue sepultado allí .
Exhumación y Confusión El 5 de julio de 2018 Carlo Acutis fue declarado venerable por el papa Francisco. El cuerpo fue exhumado y se encontró en un estado de Incorruptibilidad cadavérica «bien integrado». Con el propósito de preservar su cuerpo, fue sometido a un proceso de embalsamamiento y su rostro fue reconstruido utilizando una máscara de silicona que recreó su apariencia para la posterior exposición. Las imágenes del cuerpo con el rostro reconstruido a la perfección contribuyeron a una confusión, ya que en diversos periódicos y en las redes sociales trascendió que su cuerpo se encontró intacto después de catorce años de fallecido. El 6 de abril de 2019, después de unos momentos de oración en la basílica inferior de San Francisco de Asís y en la catedral de San Rufino, los restos del beato Carlo Acutis fueron trasladados a la iglesia de Santa María Maggiore también llamada santuario della Spogliazione («del despojamiento») en Asís, mientras que su corazón fue puesto en un relicario que se quedó en la basílica inferior de San Francisco. A ambas ceremonias asistieron varios miles de personas.
Beatificación El proceso de beatificación fue iniciado por el cardenal Angelo Scola en la arquidiócesis de Milán el 13 de mayo de 2013. El 24 de noviembre de 2016, la investigación diocesana se envió a Roma para ser estudiada por la Congregación para las Causas de los Santos. Tras el informe positivo de las distintas comisiones, el 5 de julio de 2018, en reconocimiento de sus virtudes heroicas, el papa Francisco lo declaró Venerable. Su madre afirmó: «Su jornada giraba en torno a Jesús, que estaba en el centro. Las personas que se dejan transformar por Jesús y tienen esta fuerte amistad con Dios interpelan a los otros, irradian la imagen de Dios ». El 21 de febrero de 2020, tras un análisis de una comisión de médicos y la Congregación para las Causas de los Santos, el papa Francisco aprobó un milagro atribuido a la intercesión de Carlo Acutis, que permitió incoar su proceso de beatificación. Este milagro es la curación inexplicable de un niño en Brasil. El padre Marcelo Tenorio, vicepostulador de la causa de Carlo, cuenta lo sucedido aquel día: «El 12 de octubre de 2010, en la capilla de Nuestra Señora Aparecida, en nuestra parroquia de Campo Grande (Mato Grosso del Sur), en el momento de la bendición con la reliquia, se acercó un niño acompañado por su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita que se estaba tratando. Esta enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba y lo abatía mucho, porque todo lo que comía lo devolvía, incluido el líquido.