La autorreflexión como estrategia para el aprendizaje del alumno
Anteriormente se hablaba de aprendizaje memorístico, en el cual el alumno debía
aprender al pie de la letra los contenidos, sin detenerse a reflexionar sobre su proceso de
aprendizaje. Hoy en día en las principales teorías del aprendizaje entre ellas, el
constructivismo, tiene cabida la autorreflexión, como el ejercicio de interiorización que
permite que los sujetos tomen conciencia de sus procesos de aprendizaje y logren
identificarlos y monitorearlos para regularlos y favorecer el desarrollo de la habilidad
autorreflexiva que enriquece su formación y contribuye a su crecimiento como seres
humanos.
Por ello, y al ser los facilitadores, las principales figuras que propician y facilitan el
aprendizaje de los alumnos, estamos comprometidos y obligados a propiciar y a orientar
la autorreflexión, como elemento enriquecedor de la formación de los alumnos, teniendo
presente también, que para orientarlo debemos a su vez, desarrollar la habilidad en
nosotros mismos.
Para iniciar el camino hacia el logro de la construcción del proceso autorreflexivo, en el
esquema de evaluación del aprendizaje de la ESAD, se incluyen como componente a
evaluar, las preguntas de autorreflexión al finalizar cada una de las unidades de las
diferentes asignaturas.
En primera instancia, es importante preguntarnos, ¿en qué momento del proceso de
aprendizaje aparece la autorreflexión?
La respuesta a la pregunta anterior, apunta a tener presente que la autorreflexión, se da
en diferentes momentos del aprendizaje, es decir es un proceso permanente que
acompaña a los individuos al llevarse a cabo los procesos cognitivos durante el desarrollo
de conocimientos, habilidades, actitudes, como resultado del estudio, de la experiencia,
de la instrucción y de la observación, ente otras situaciones.
Es necesario propiciar la autorreflexión en el alumno para: