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Sentido Holístico
Emile Durkheim, el sociólogo francés que utilizó ampliamente material antropológico, dejó bien
sentado porque era preciso que los fenómenos sociales fueran explicados tanto desde el punto de
vista social como desde el cultural. Para él, los fenómenos tanto sociales como culturales deben
ser considerados al mismo tiempo como <<cosas>> o comportamientos observables, y como
<<ideas objetivas>> o acciones artilugios dotados de sentido. Los comportamientos sociales y los
artefactos reflejan, en mayor o menor medida, los valores y normas sociales de la sociedad a que
pertenecen, y contribuyen a su perpetuación y modificación.
Es propio de los antropólogos intentar explicar cada elemento de una cultura concreta por su
relación con los otros; por lo que los antropólogos sociales intentan mostrar de qué modo las
pautas de comportamiento se relacionan con los valores y normas de la cultura en que se integran,
siendo lo inverso la tarea propia de los antropólogos culturales.
Algunos antropólogos han identificado a la cultura solo con los productos cognitivos, a los que
llaman ideas, o comprensión convencional, o modelos cognitivos, o visión del mundo, o código
cultural. (Esta es la posición, entre otros, de Wissler, Beals y Hoider, Redfield, Linton, Murdock,
y otros etno-epistemólogos, antropólogos simbolistas y estructuralistas contemporáneos; cf. Cap.
1) Algunos de estos antropólogos consideran a la cultura material como un producto de la cultura
y no cultura en sí misma. Semejante posición resulta difícil de defender, ya que la cultura
material – los avances tecnológicos, por ejemplo – es siempre consecuencia y realización de
determinadas ideas, y ejerce una importante influencia, a su vez, en el surgimiento de nuevos
valores y creencias.