comportamientos altruistas. En este sentido, considera que las prácticas de “noble corazón”
pueden asentarse en una base interesada que permite al individuo la acumulación de un capital
que tiene que ser denominado de otra forma. Entonces, además del capital económico,
Bourdieu propone otros tipos de capitales:
Capital cultural:
Podemos considerar tres estados de capital cultura (Bourdieu, 2005, 1979):
―Capital cultural interiorizado o incorporado: Se trata de hábitos, percepciones y
gustos adquiridos en el seno familiar o a partir de una institución prestigiosa.
Podríamos decir que este tipo de capital estaría incluido en el “habitus”.
―Capital cultural objetivado: Se refiere a la posesión y uso de bienes culturales como,
por ejemplo, obras de arte, libros, etc.
―Capital cultural institucionalizado: Su forma más evidente la constituyen los títulos y
diplomas. El diploma es un tipo de capital cultural institucionalizado por el Estado
que, por medio de rituales de consagración, separa a los más calificados de los
menos, y por ello legitima sus papeles de dominación.
Capital social (Bourdieu, 2007b): Se consigue a través de la red de relaciones que el
agente social establece en el campo. Se trata de redes de contactos duraderos que
permiten que los agentes sociales escalen posiciones más convenientes en el espacio
social. Un ejemplo es el círculo social al que pertenece el agente social.
Capital simbólico: Se refiere al honor, la honradez, la generosidad, etc. Este tipo de
capital es generador de poder simbólico y de violencia simbólica (Flachland, 2003;
Bourdieu, 1999a, b), Todos esos capitales pueden ser transformados unos en otros de
acuerdo a determinadas circunstancias.
El capital, definido como un recurso para posicionarse en el mundo, permite al actor social
ubicarse en un plano de jerarquías y posiciones respecto a otros agentes sociales en la escala
social. En este sentido, Bourdieu (1989) señala que el capital representa un poder sobre el
campo en un determinado momento. Esto le permite contar con una categoría particular de
bienes, y gracias a ello a un conjunto de ingresos y beneficios. Cada actor social es estructura
y volumen de capital corporizada, y el capital es adquirido y/o heredado (Bourdieu, 1997). A
partir de estos principios de diferenciación, los actores sociales establecen sus posturas
políticas, sus gustos, deseos y preferencias de consumo (musical, literario, cinematográfico,
mascotas, pasatiempos, etc.) y eligen además sus amistades y profesiones.
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