Cuadernillo 2° Básico lectoescritura.pptx

profjaimelobos 0 views 44 slides Oct 13, 2025
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About This Presentation

Material de trabajo para estudiantes de 2° Básico y apoyo a la lectoescritura


Slide Content

Cuadernillo de lecturas Comprensión lectora 2do semestre

Modo de uso Deberás realizar las actividades que se te indiquen según corresponda, trabajando comprensión de lectura y juegos de atención.

Colorea y une según corresponda

¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe! Érase una vez un granjero anciano cuya mayor posesión en la vida era un caballo con el que labraba la tierra. Un día, olvidó cerrar las puertas del establo y el caballo escapó hacia la montaña. Los vecinos del granjero acudieron a consolarlo: —¡Qué mala suerte tienes! Has perdido tu caballo en pleno tiempo de cosecha—le dijeron—. Quedarás en la ruina. El granjero respondió: —¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe! Una semana después, el caballo regresó de la montaña con una manada de caballos salvajes. Los vecinos felicitaron al granjero por su buena suerte. Pero su respuesta fue la misma: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!  A los pocos días, cuando el hijo del granjero intentó domesticar a uno de los caballos salvajes, cayó de él y se rompió una pierna. Los vecinos del granjero acudieron a consolarlo:  —¡Qué mala suerte tienes! —le dijeron—. Ahora sí que quedarás en la ruina sin tener quien te ayude a cosechar. La respuesta del granjero no cambió:  —¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!  Algunas semanas después, el ejército del emperador llegó a la aldea y reclutó a todos los jóvenes para la guerra. Sólo dejaron atrás al hijo del granjero; por tener la pierna rota no era apto para el servicio.  Pronto llegaron los vecinos y entre lágrimas, dijeron: — Tu hijo es el único que no ha sido enviado a la guerra. Qué buena suerte tienes.   Y tú, ¿qué crees que respondió el granjero? —¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!

Actividades Responde, ¿Por qué crees que el cuento se llama ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ ¿Por qué los soldados no reclutaron al hijo del granjero? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________   ¿Crees que el granjero tenía buena suerte o mala suerte? ¿Por qué? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________

Cuento el campesino y el duende Érase una vez un astuto campesino que era dueño de una pequeña granja. Él trabajaba sus tierras de sol a sol sin tener queja de sus cultivos. Pero un día las cosas comenzaron a marchar muy mal: la leche se agrió y las malas hierbas invadieron su cosecha. Después de una larga jornada de trabajo, el campesino vio dos luces resplandecientes irrumpiendo la oscuridad de la noche. Sabía que eran los ojos brillantes de un duende. ¡Esa era la causa de todos sus problemas! Un duende estaba viviendo en su granja sin ser invitado. El campesino buscó por todos lados, pero no pudo dar con el escondite del duende. Un día, el campesino se dirigió a una pequeña colina que se encontraba despoblada, mientras removía la tierra con su azadón escuchó una voz que decía:  —Mira lo que has hecho. Estás destrozando mi techo. ¡Yo vivo aquí debajo de esta colina! Era sin lugar a dudas, el duende quien le hablaba. El campesino no sabía qué hacer, esta era su colina. Entonces, divisó un plan y llamó al duende.  

Cuento el campesino y el duende   -Lamento haberte molestado —dijo el campesino—, pero no está bien dejar esta colina sin cultivar. Sembraré cada año y compartiremos la cosecha. Un año recogerás todo lo que crezca sobre la tierra y yo me quedaré con las raíces, que es lo que permanece dentro de la tierra. El próximo año, tu parte serán las raíces y la mía, lo que crezca sobre la tierra. ¿Estás de acuerdo? —Muy bien— dijo el duende—. Este año me quedo con lo que crece sobre la tierra. El campesino se rio para sus adentros, porque él estaba sembrando papas. Cuando estas crecieron, el duendecillo vino con un pequeño cuchillo para cortar las amarillentas hojas de las papas. Él no sabía que las papas crecían bajo tierra y estaba contento con su parte de la cosecha. La próxima temporada fue el turno del duende de recoger lo que quedaba dentro de la tierra. Entonces el campesino plantó maíz y lo cortó cuando estaba maduro. El duende se quedó dentro de la colina cortando las raíces. Nuevamente, estaba muy contento con su parte de la cosecha.

Actividades Vuelve al texto y encierra todas las palabras duende y campesino que encuentres. Posteriormente registra cuántas encontraste. Duende Campesino Inventa oraciones con las siguientes palabras: Duende – campesino- sembrar- cultivo 1. ____________________________________________________________ 2. ____________________________________________________________ 3. ____________________________________________________________ 4. ____________________________________________________________

El lugar donde llueve chocolate Vera era conocida como “la nieta de la loca”. Y es que la abuela de Vera se había pasado media vida diciendo que veía el futuro, lanzando profecías que nadie entendía. Ella ni siquiera había llegado a conocerla, pero en ninguna de las fotos de la familia parecía que aquella viejecita dulce y sonriente pudiera estar mal de la cabeza. Por eso sintió tanta emoción el día que descubrió una nota suya escondida en un viejo joyero. "Hay un lugar donde llueve chocolate del cielo, y allí se esconde un gran tesoro ¡Quien lo encuentre será rico!", decía la nota. Vera no dudó en ir tras el tesoro y comenzó a hacer excursiones, recorriendo en secreto cada rincón de las montañas, buscando un lugar donde lloviera chocolate. Pero allá donde iba siempre llovía agua. Valles, cuevas, ríos, desiertos, bosques o praderas. Siempre llovía agua. Un día, desanimada, lloraba junto a un camino cuando se acercó un niño. - ¿Por qué lloras? -¡Por qué todas las nubes son de agua! ¡ Buaaa ! - ¡Claro! - respondió el niño- ¿De qué quieres que sean, de chocolate? ¡ Siiiii ! ¡ Buaaaaa ! - Pues eso sería estupendo.   Me encantaría que lloviera chocolate. Igual que en un cuento que leí de pequeño. Vera dejó de llorar ¿Un cuento? ¿Y si su abuela se refería a un libro? ¡En un libro sí que puede llover chocolate y pasar cualquier cosa!

El lugar donde llueve chocolate Sin decir nada más,   le dio un gran abrazo al niño y salió corriendo a la biblioteca, en busca del cuento en el que llovía chocolate. Seguro que allí estaba la pista para encontrar el tesoro.  Ese día,   y muchísimos más que le siguieron, Vera estuvo todo el día leyendo en la biblioteca, buscando el libro de las nubes de chocolate. Encontró sueños arcoíris, mares musicales, bosques de sonrisas,   pero ni rastro de la lluvia de chocolate. Ni durante la primera semana. Ni en el primer mes. Ni tras el primer año. Pero como sabía que existía,   estaba decidida a seguir buscando.  Hasta que llegó el día en que se acabaron los libros y no supo qué hacer. - Si no encuentras ese libro que tanto has buscado, ¿por qué no le escribes tú? - le dijo la bibliotecaria, tratando de consolarla. - Pues porque así no vale, estoy buscando otra cosa - respondió. Pero de camino a casa siguió dándole vueltas a la idea, y en su cabeza creció una preciosa historia con nubes de chocolate, que no pudo resistirse a escribir al llegar a su cuarto. Mientras lo hacía y en su imaginación jugaba con aquella dulce lluvia, surgieron mil nuevas historias e ideas,   a cada cual más divertida y original. Creaba nuevos mundos y criaturas sin esfuerzo, y los hacía vivir en el papel y en la imaginación de los demás. Así descubrió que su abuela tenía razón: había leído tanto que su cabeza era un tesoro del que no dejaban de surgir ideas que utilizaba para escribir, para hablar,   para aprender o incluso inventar, y con las que se ganó el respeto y la admiración de todos. Y sintió que era muy rica, porque no cambiaría por nada aquella cabecita en la que llovía chocolate; ni por todo el oro del mundo.

Actividades Colorea, recorta, pega en una cartulina y juega con el siguiente memorice Vera Vera Tesoro Tesoro abuela escribir Chocolate abuela escribir Chocolate

El león y el mosquito Estaba un día el grande y fiero león, considerado por todos el rey de los animales, dormitando sobre la hierba seca. Todo estaba tranquilo y sólo se oía de vez en cuando el canto de algunos pájaros o el gritito agudo de algún mono. De repente, esa paz se rompió. Un mosquito se acercó al soñoliento león y comenzó a darle la tabarra. – ¡Eh, tú! Todo el mundo dice que eres el rey de todo esto, pero yo no acabo de creérmelo – dijo el mosquito provocando al gran felino. – ¿Y para decirme eso te atreves a despertarme? – rugió el león – Si todos me consideran el rey, por algo será ¡Y ahora, vete de aquí! – ¡No! – repitió el mosquito con chulería – ¡Yo soy mucho más fuerte que tú! – ¡Te he dicho que no me molestes! – repitió el león empezando a enfadarse seriamente – ¡No digas tonterías! – ¿Tonterías? ¡Pues ahora verás que soy capaz de vencerte! – chilló el insecto con insolencia.

El león y el mosquito  El león, estupefacto, vio cómo el mosquito comenzaba a zumbar sobre él y a propinarle un picotazo tras otro. El pobre felino se vio sin escapatoria. Intentaba zafarse como podía y se revolvía sobre sí mismo para evitar los pinchazos, pero el mosquito era tan rápido que no le daba opción alguna. Al indefenso león le picaba tanto el cuerpo que se arañó con sus propias garras la cara y el pecho. Finalmente, se rindió.   – ¿Ves? ¡Soy más fuerte que tú! – se jactó el repelente mosquito. Loco de alegría, empezó a bailar delante del león y a hablarle de manera burlona. – ¡Ja ja ja ! ¡Te he ganado! ¿Qué pensarán los demás cuando sepan que un animalito tan pequeño como yo ha conseguido derrotarte? ¡Ja ja ja ! En uno de sus absurdos giros, tropezó con una tela de araña y, de repente, se hizo el silencio. Cayó en la cuenta de que estaba atrapado sin posibilidad de salvarse y en décimas de segundo se le bajaron los humos. Suspiró y dijo con amargura: – Vaya, vaya, vaya… He vencido a un animal poderoso, pero al final, otro mucho más insignificante me ha vencido a mí.   Moraleja:   no te creas nunca el mejor en todo. Es bueno tener éxitos en la vida y hay que alegrarse por ellos, pero no seas arrogante y pienses que los demás son menos que tú.

Actividades 1. ¿Qué crees tú que paso con el león al finalizar de la fábula? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2. ¿Qué cambiarias tú de la fábula leída? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 3. ¿Dónde crees tú que ocurre la fábula? __________________________________________________________________________ 4. ¿Quién crees que merecía recibir un castigo? ¿Por qué? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________

El viejo perro cazador Había una vez un hombre que vivía con su perro en una casa apartada de la ciudad. Se había criado en las montañas y era muy aficionado a la caza. Por supuesto, el chucho siempre le acompañaba, dispuesto a pasar un rato divertido con su querido dueño ¡A los dos les encantaban esos días al aire libre! Juntos paseaban, compartían la comida, bebían agua de fuentes naturales y disfrutaban de largas siestas. Pero no todo era descansar. Cuando tocaba, el perro se adelantaba a su amo y husmeaba el terreno en busca de posibles presas. Estaba atento a cualquier sonido y vigilaba concienzudamente a su alrededor, por si algún incauto animal se dejaba ver por allí. El amo confiaba plenamente en el instinto de su perro ¡Jamás había tenido uno tan fiel y espabilado como él!  Pero con el paso de los años, el perro envejeció. Dejó de ser fuerte, dejó de ser ágil, y ya no estaba dispuesto a salir disparado cuando veía a una liebre o una perdiz.  Últimamente se quejaba de que los huesos le crujían en cuanto hacía un pequeño esfuerzo. Su tripa había engordado tanto, que en cuanto corría un poco se sofocaba. Tampoco andaba ya muy bien de la vista y el oído le fallaba cada dos por tres. A pesar de todo, seguía sintiéndose un perro cazador y nunca dejaba que su amo saliera sólo al campo. Una tarde, el perro avistó un orondo jabalí. Levantó la punta de las orejas, miró a su amo de reojo y salió corriendo lo más rápido que fue capaz hacia la magnífica presa. El incauto jabalí no le vio llegar y, de repente, sintió cómo unos colmillos se le clavaban en su oreja derecha. Por desgracia para el perro, sus dientes ya no eran afilados y fuertes como antaño. Tenía la boca medio desdentada y la mandíbula había dejado de ser como un implacable cepo.

El viejo perro cazador Por mucho que gruñó y apretó, el jabalí dio un par de sacudidas y escapó con una herida sin importancia. En ese momento apareció el dueño; encontró al perro jadeando y con un ataque de tos ¡El pobre casi no podía respirar de tanto esfuerzo que había hecho! En vez de conmoverse, le reprendió. En ese momento apareció el dueño; encontró al perro jadeando y con un ataque de tos ¡El pobre casi no podía respirar de tanto esfuerzo que había hecho! En vez de conmoverse, le reprendió. – ¡Eres un desastre! ¡Se te ha escapado el jabalí! ¡Ya no sirves para cazar! El animal le miró lastimosamente y le dijo: – Querido amo… Sigo siendo el mismo perro fiel y cariñoso de siempre con el que usted ha pasado tantos buenos momentos. Lo único que ha cambiado, es que ahora soy mayor y mi cuerpo ya no responde como cuando era joven. Debes recordar lo que he sido para ti, todo lo que hemos vivido juntos, en vez de increparme porque ahora las fuerzas me fallen. El amo recapacitó y sintió mucha ternura por ese animalito al que tanto quería. Tenía razón: el amor hacia él estaba por encima de todo lo demás.  Sonriendo, acarició el lomo de su viejo amigo y, despacito, regresaron a casa. Moraleja:   respeta siempre a los ancianos. Aunque su cuerpo haya envejecido, siguen siendo las mismas personas de siempre, llenas de sentimientos y experiencias. Se merecen más que nadie que reconozcamos todo lo que han hecho por nosotros a lo largo de su vida.

Actividades Dibuja lo que entendiste del cuento

El lobo y el perro dormido Había una vez un perro que solía pasar las horas muertas en el portal de la casa de sus dueños. Le encantaba estar allí durante horas pues era un sitio fresco y disfrutaba viendo pasar a la gente que iba y venía del mercado. La tarde era su momento favorito porque se tumbaba encima de una esterilla , apoyaba la cabeza sobre las patas y gozaba de una plácida y merecida siesta. En cierta ocasión dormía profundamente cuando un lobo salió de la oscuridad y se abalanzó sobre él, dispuesto a propinarle un buen mordisco. El perro se despertó a tiempo y asustadísimo, le rogó que no lo hiciera. – ¡Un momento, amigo lobo! – gritó dando un salto hacia atrás – ¿Me has visto bien? El lobo frenó en seco y le miró de arriba abajo sin comprender nada. – Sí… ¿Qué pasa? – ¡Mírame con atención! Como ves, estoy en los huesos, así que poco alimento soy para ti. – ¡Me da igual! ¡Pienso comerte ahora mismo! – amenazó el lobo frunciendo el hocico y enseñando a la pobre víctima sus puntiagudos colmillos. – ¡Espera, te propongo un trato! Mis dueños están a punto de casarse y celebrarán un gran banquete. Por supuesto yo estoy invitado y aprovecharé para comer y beber hasta reventar. – ¿Y eso a mí que me importa? ¡Tu vida termina aquí y ahora!

El lobo y el perro dormido – ¡Claro que importa! Comeré tantos manjares que engordaré y luego tú podrás comerme ¿O es que sólo quieres zamparte mi pellejo? El lobo pensó que no era mala idea y que, además, el perro parecía muy sincero. Llevado por la gula, se dejó convencer y aceptó el trato. – ¡Está bien! Esperaré a que pase el día de la boda y por la tarde a esta hora vendré a por ti. – ¡Descuida, amigo lobo! ¡Aquí en el portal me encontrarás! El perro vio marcharse al lobo mientras por su cara caían gotas de sudor gordas como avellanas ¡Se había salvado por los pelos! Llegó el día de la fiesta y por supuesto el perro, muy querido por toda la familia, participó en la comida nupcial. Comió, bebió y bailó hasta que se fue el último invitado. Cuando el convite terminó, estaba tan agotado que no tenía fuerzas más que para dormir un rato y descansar, pero sabiendo que el lobo aparecería por allí, decidió no bajar al portal sino dormir al fresco en el alfeizar de la ventana. Desde lo alto, vio llegar al lobo. – ¡Eh, perro flaco! ¿Qué haces ahí arriba? ¡Baja para cumplir lo convenido! – ¡Ay, lobo, perdiste tu oportunidad! No seré yo quien vuelva a disfrutar de mis largas siestas en el portal. A partir de ahora, pasaré las tardes tumbado en la ventana, contemplando las copas de los árboles y escuchando el canto de los pajarillos. ¡Aprender de los errores es de sabios! Y dicho esto, se acurrucó tranquilo y el lobo se fue con la cabeza gacha por haber sido tan estúpido y confiado. Moraleja: como nos enseña esta fábula, hay que aprender de los errores que muchas veces cometemos. Incluso de las cosas negativas que vivimos podemos extraer enseñanzas positivas y útiles para el futuro.

Actividades A B A L A N Z O A M B C Ñ A V E F L R K R A U D M N L A Z T U O E N E E L Q A F N G B Z V J J P K U G C E M Q A E A O U J E M H R I F M N R S N T T S Ñ S Q Z P T E Y T U E O T P U L A A S A I M X P O E P K R R U O A B Y U I J R E T O X R G A Z V E D I I E Ñ I D U B P A J A R I L L O S D A A B H N Q C I L S T O I H O C I C O H G A F S Realiza la siguiente sopa de letras. Busca y lee el significado de las palabras destacadas en el texto. Elige una de las palabras y escribe su significado. ____________:___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

La caja de pandora Al principio de los tiempos, un titán llamado Prometeo entregó a los hombres el regalo del fuego. El dios Zeus estaba furioso con el titán por no haber pedido su permiso primero y con los humanos por aceptar el regalo, por lo que ideó un plan para castigar a todos. Le ordenó a Hefesto que creara una mujer hermosa a quien llamó Pandora. Afrodita le imprimió el don de la belleza, Hermes le dio astucia, Atenea le enseñó diversas artes y Hera le hizo el regalo que cambiaría la historia de los hombres por siempre: la curiosidad. Luego, Zeus ordenó a Hermes llevar a la hermosa mujer a la Tierra. Antes de emprender su camino a la Tierra, Zeus obsequió a Pandora una caja de oro con incrustaciones de piedras preciosas atada con cuerdas doradas y le advirtió que bajo ninguna circunstancia debía abrirla. Hermes guio a Pandora desde el Monte Olimpo y se la presentó al hermano de Prometeo, Epimeteo . Los dos se casaron y vivieron felices, pero Pandora no podía olvidar la caja prohibida. Todo el día pensaba en lo que podía haber adentro. Anhelaba abrir la caja, pero siempre volvía a atar los cordones dorados y devolvía la caja a su estante.

La caja de pandora Sin embargo, la curiosidad de Pandora se apoderó de ella; tomó la caja y tiró de los cordones desatando los nudos. Para su sorpresa, cuando levantó la pesada tapa, un enjambre de adversidades estalló desde la caja: la enfermedad, la envidia, la vanidad, el engaño y otros males volaron fuera de la caja en forma de polillas. Pero entre todos ellos, voló una hermosa libélula trazando estelas de color ante los ojos sorprendidos de Pandora. A pesar de que Pandora había liberado el dolor y sufrimiento en el mundo, también había permitido que la esperanza los siguiera. Y es la esperanza lo que permite a la humanidad seguir adelante a pesar de las adversidades.

Actividades F D K P C A Ñ D E O I D E O U A B F U I T D J U Z O J C R U O K R L D E S T E L A S I H I O I Q D S E C P K S E O U U V O U I A R Ñ H O T C S M Q O S I O T T Q M A U R O A E F I E S A U A L B C M F N S G D T J N P K R U I I L I B H A M R D O F G U A D Q D O R D E N O H Ñ S J B O U A A E S P E R A N Z A U Y A D V E R S I D A D E S A Ñ G V E E C G L P Z A I Q U I T I E M P O S A H M X I I B Realiza la siguiente sopa de letras

Juanito Manzanas Esta es la historia de un hombre que se convirtió en leyenda. Su nombre era John Chapman, pero todos lo llamaban “Juanito Manzanas”. John Chapman era un hombre muy generoso y amigable que recorrió gran parte de los Estados Unidos de América con nada más que los harapos que llevaba puestos, una olla en la cabeza y una bolsa llena de semillas de manzana que había recogido de una prensa de sidra. En ese entonces, los Estados Unidos era un país muy joven; en el Oeste no había grandes ciudades ni escuelas y tampoco manzanos. Él no quería que los primeros pobladores del Oeste, llamados pioneros, carecieran de manzanas y todos los deliciosos productos que se pueden hacer con ellas, como jugo, compotas y tartas. Así que un día se despidió de su familia y emprendió su viaje descalzo. Él caminó de un lugar a otro, de pueblo en pueblo plantando sus semillas cada vez que encontraba tierra fértil. Fue así como recibió el apodo de “Juanito Manzanas”.

Juanito Manzanas —Habrá suficientes manzanas para todos, nadie sentirá hambre— se dijo a sí mismo. Los pioneros lo miraban pasar, algunos lo invitaban a dormir en sus casas para resguardarlo del frío, pero Juanito no aceptaba: — No, gracias —respondía—. El cielo estrellado es mi refugio. Aunque los indígenas eran a veces desconfiados, todos confiaban en Juanito Manzanas. Él les llevaba regalos, historias fantásticas de los pueblos que había visitado y sobre todo… alegría. Pero Juanito Manzanas no solo era generoso con los pioneros y los indígenas, también sentía un gran cariño por los animales. Una tarde, mientras caminaba por el bosque escuchó un aullido de dolor, el sonido lo entristeció y decidió seguirlo. Era un lobo herido que había caído en la trampa de un cazador. Juanito Manzanas no dudó en ayudar al pobre animal, le dio de comer y atendió sus heridas. El lobo estaba tan agradecido que comenzó a seguirlo a todos lados. ¡Ahora Juanito Manzanas tenía un lobo como mascota! Pasaron 40 años antes de que Juanito Manzanas dejara de plantar; había envejecido y se encontraba muy enfermo. Las ciudades del Oeste crecieron, había muchas casas, escuelas, iglesias y hasta carreteras llenas de coches de caballos que transportaban nuevos pobladores y alimentos. Hasta el día de hoy, los árboles que Juanito Manzanas plantó siguen floreciendo en la primavera y en otoño brotan de ellos manzanas rojas o verdes, redondas y deliciosas. La gente continúa haciendo jugo, tartas y compota de manzana y los niños tienen frondosos manzanos para trepar o columpiarse. ¡Todo gracias a Juanito Manzanas!

Actividades ¿Por qué crees que al protagonista de la historia le llamaban Juanito Manzanas? ____________________________________________________________________________   Nombra dos características psicológicas de Juanito Manzanas: ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________   Junto a tu familia busquen algún postre que necesite de manzanas, escribe la receta, prepara y disfruta de su preparación.

Colorea según lo indica el modelo

La vaca, el caballo, la oveja y el perro   Una vaca, un caballo y una oveja discutían un día sobre cuál de ellos es más útil para el hombre. La vaca decía: Yo produzco buena leche y con esta se hace la mantequilla y el queso. El caballo por du parte, respondía: Yo tiro el coche de mi amo y llevo en mis ancas al jinete como el viento. Y la oveja contestaba a todo esto: Yo doy de mi lana y sufro frío para vestir a mi señor. Luego se acercó el perro, pero ellos lo miraron con desprecio, como si fuera el animal completamente inútil. Poco después llegó el amo y se puso a acariciar al perro y a juguetear con él. Al ver esto, la vaca y sus compañeros se enojaron y el caballo tuvo el atrevimiento de preguntar: ¿Por qué acaricias al perro? ¿No valemos nosotros mucho más que ese animal inútil? Pero el dueño siguió acariciando al perro con más ternura aún y respondió. Este perrito ha salvado valientemente a mi hijo, a quién la corriente del río se lo estaba llevando. Mientras viva voy a amar, acariciar y cuidar a mi fiel compañero. Él es tan importante como ustedes.

Actividades Responde las siguientes preguntas:   ¿Por qué discutían la vaca, el caballo, la oveja y el perro? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________   ¿Consideras que algunos de los animales estaba en lo correcto? ____________________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________

Instrucciones: Ordena las imágenes del 1 al 4, desde lo que paso primero a lo que paso después.

La Caperucita Roja Érase una vez una niñita que usaba una hermosa capa de color rojo. Como la niña la usaba muy a menudo, todos la llamaban Caperucita Roja. Un día, la mamá de Caperucita Roja la llamó y le dijo: La abuelita no se siente muy bien, he horneado unas galletas y quiero que tú se las lleves. —Claro que sí —respondió Caperucita Roja, poniéndose su capa y llenando su canasta. Antes de salir, su mamá le dijo: — Escúchame muy bien, quédate en el camino y nunca hables con extraños. —Yo sé mamá —respondió Caperucita Roja y salió inmediatamente hacia la casa de la abuelita. Para llegar a casa de la abuelita, Caperucita debía atravesar un camino a lo largo del espeso bosque. En el camino, se encontró con el lobo.

La Caperucita Roja —Hola niñita, ¿Hacia dónde te diriges en este maravilloso día? —preguntó el lobo. Caperucita Roja recordó que su mamá le había advertido no hablar con extraños, pero el lobo se veía muy amigable y educado. —Voy a la casa de abuelita, señor lobo —respondió la niña—. Ella se encuentra enferma y voy a llevarle estas galletas para animarla un poco. —¡Qué buena niña eres! —exclamó el lobo. —¿Qué tan lejos tienes que ir? —¡Oh! Debo llegar hasta el final del camino, ahí vive abuelita—dijo Caperucita con una sonrisa. —Te deseo un muy feliz día mi niña —respondió el lobo. El lobo se adentró en el bosque. Él tenía un enorme apetito y en realidad no era de confiar. Así que corrió hasta la casa de la abuela antes de que Caperucita pudiera alcanzarlo. Su plan era comerse a la abuela, a Caperucita Roja y todas las galletas recién horneadas.  El lobo tocó la puerta de la abuela. Al verlo, la abuelita corrió despavorida dejando atrás su chal. El lobo tomó el chal de la viejecita y luego se puso sus lentes y su gorrito de noche. Rápidamente, se trepó en la cama de la abuelita, cubriéndose hasta la nariz con la manta. Pronto escuchó que tocaban la puerta: —Abuelita, soy yo, Caperucita Roja. Con voz disimulada, tratando de sonar como la abuelita, el lobo dijo: —Pasa mi niña, estoy en camita.

La Caperucita Roja —¡Abuelita, abuelita, qué ojos más grandes tienes! —Son para verte mejor —respondió el lobo. —¡Abuelita, abuelita, qué orejas más grandes tienes! —Son para oírte mejor —susurró el lobo. —¡Abuelita, abuelita, que dientes más grandes tienes! —¡Son para comerte mejor! Con estas palabras, el malvado lobo tiró su manta y saltó de la cama. Asustada, Caperucita salió corriendo hacia la puerta. Justo en ese momento, un leñador se acercó a la puerta, la cual se encontraba entreabierta. La abuelita estaba escondida detrás de él.   Al ver al leñador, el lobo saltó por la ventana y huyó espantado para nunca ser visto. La abuelita y Caperucita Roja agradecieron al leñador por salvarlas del malvado lobo y todos comieron galletas con leche. Ese día Caperucita Roja aprendió una importante lección:   “Nunca debes hablar con extraños”.

Actividades Responde las preguntas del cuento “La caperucita roja”: ¿Por qué llamaban a la niña caperucita roja? Porque la niña se vestía de rojo. Porque la niña usaba una capucha de color rojo. Porque la niña tenía mejillas que siempre estaban muy rojas. ¿Por qué caperucita habló con el lobo en el bosque? Porque el lobo la obligó a hablar. Porque el lobo le regaló unas galletas. Porque caperucita confió en el aspecto del lobo. ¿Por qué caperucita fue a visitar a su abuelita? Porque la abuelita la invitó a tomar once con galletitas. Porque la abuelita estaba enferma y caperucita le llevó medicamentos. Porque la abuelita estaba enferma y caperucita quería saber sobre su salud  

Actividades ¿Qué opinión tienes con respecto a que la mamá de caperucita la enviara sola a ver a la abuelita? ¿Tú qué hubieses hecho? ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________    

Excelente trabajo !! Muchas felicidades 2do semestre completado
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