Cobardía. La carencia de arrojo, de atrevimiento, de valentía, puede
expresarse de muchas formas, pero en líneas generales implica la incapacidad
de acometer una tarea de riesgo o de alzar la propia voz para defenderse.
Necedad. También conocida como terquedad, significa el empeño en lo que
se piensa o se hace incluso de cara al error, o a pesar de que personas que
saben más estén advirtiendo las falencias o errores en el pensamiento o la
acción.
Ignorancia. Básicamente, alguien ignorante es quien habla y afirma cosas
respecto a una materia que desconoce. No se debe confundir con el
desconocimiento, pues todos carecemos de información en muchas temáticas,
pero el ignorante afirma y opina tajantemente sobre lo que no sabe.
Crueldad. Las personas crueles son aquellas que disfrutan con el dolor
ajeno o que son capaces de generar una cantidad de dolor en los demás sin
inmutarse o sin compadecerse. Una persona cruel carece de empatía, si bien
todos en algún momento podemos llevar a cabo cosas crueles o tener
actitudes crueles.
Antipatía. Lo contrario de la empatía: las personas antipáticas no generan
una sensación de calidez y cercanía con los terceros, sino de distancia y
rechazo. La antipatía es muy despreciada en el mundo de las relaciones
sociales y del protocolo.
Pereza. Ausencia de energías o mala disposición de las mismas para
realizar las tareas pendientes. La gente perezosa tarda en hacer lo que debe y
lo pospone infinitamente, ya que no tiene empuje interior para el trabajo.
Mezquindad. Un defecto semejante al egoísmo, que implica lo contrario a la
generosidad: el no compartir con los necesitados nada de lo que justamente se
tiene en abundancia, o mostrar tacañería al hacerlo.
Deshonestidad. Se trata de la propensión a la mentira y a ocultar la
información, en pro de un beneficio personal, a pesar de que ello pueda
significar en daño a terceros.
Torpeza. Implica la falta de destreza al realizar una tarea o al comunicarse,
es decir, hacerlo de manera tosca, abrupta, irregular, a menudo dañando a
terceros o dañando materiales sin tener la intención expresa de hacerlo.
Debilidad. Simplemente, la ausencia de fuerzas. Pueden ser físicas o
vitales, como en el caso de alguien que carece de la fortaleza para enfrentarse
a sus fracasos y éstos, por pequeños que sean, lo avasallan y superan.
Indiferencia. Se utiliza para referir a las personas indolentes,
inconmovibles, que no prestan atención a una temática específica, por lo
general al sufrimiento de los demás o a causas consideradas importantes,
públicas y trascendentales.
Arrogancia. La arrogancia consiste en vanagloriarse de lo que se posee,
sea material o de otra naturaleza. Es lo contrario diametralmente a la humildad.
Desprolijidad. Falta de cuido en lo que se hace, es decir, llevar a cabo las
tareas de manera desordenada, sucia, poco coordinada, etc.