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por un lado, comprender el tema generador mediante los referentes teórico-prácticos propios del
área y, por otro lado, familiarizarse, estudiar, profundizar y aplicar los conocimientos del área.
Los tejidos temáticos que se presentan en cada tema generador NO SON CAMISAS DE FUERZA
sino que, al contrario, permiten a los y las docentes tomarlos como referencia para construir
su planificación según el año, período de vida, las pertinencias anteriormente señaladas y los
contextos propios. Así mismo, cada docente puede seleccionar del tejido temático aspectos para, por
ejemplo, familiarizar a los y las estudiantes con contenidos nuevos y poco a poco, en el recorrido,
irlos profundizando. Es aquí donde se potencian las habilidades pedagógicas y didácticas de los
profesores y las profesoras para considerar las características propias de los distintos grupos de
estudiantes con los que están trabajando, la edad, las individualidades y el contexto.
Los temas generadores e integradores del conocimiento deben poseer criterios dentro de cada área
de formación en función de lo contemporáneo, lo útil y necesario para la vida, tanto para sí mismo
y misma como para la vida en comunidad, que genere reflexión, pensamiento crítico y sensibilidad
ante los problemas de la sociedad y del planeta; que provoque entusiasmo, disfrute por aprender y
permita generar conciencia como ser humano y como parte del ambiente. Los temas generadores
permiten motivar a los y las estudiantes a participar en el saber y en la experiencia humana de
aprender de manera permanente, a generar una actitud investigativa para ir más allá de los temas
que se plantean y para aprender por sí mismos y mismas. Los temas generadores con sus tejidos
temáticos se proponen a partir de los temas indispensables. Cada área de formación en la cual se
abordan debe contener los referentes teórico-prácticos necesarios para su comprensión.
Es importante resaltar este aspecto, ya que es otro enfoque en el abordaje del conocimiento,
que desmonta la práctica tradicional de muchos años con la cual el currículo se ejecuta, se
"administra" pasando "objetivos" y dando contenidos porque "toca darlos", "hay que darlos",
la mayoría de las veces sin pertinencia cognitiva, afectiva ni sociocultural, y muchas veces sin
verdadero aprendizaje. En este enfoque se espera que los y las estudiantes, de la mano de sus
profesores y profesoras (quienes también participan activamente en la investigación de estos
temas indispensables y generadores), estudien, profundicen y comprendan temas, practiquen
e indaguen en estos aspectos fundamentales, y sean las y los docentes quienes seleccionen,
organicen y planifiquen las temáticas según sus propósitos pedagógicos y las pertinencias. Para
que un tema GENERE aprendizaje, motivación, reflexión, asociación con lo previamente aprendido,
debe partir de lo conocido, de lo concreto, de los objetos y sus relaciones, sus interconexiones,
de sus regularidades en las experiencias de los y las estudiantes, más allá de leyes y teorías
preestablecidas como verdades absolutas. Comprender que estas leyes y teorías son parte del
conocimiento (no determinantes del mismo) y sirven de apoyo para comprender la realidad. La
práctica tradicional del estudio de asignaturas, materias y disciplinas utiliza la realidad para
entender la teoría como fin en sí mismo. Es un reto pedagógico y curricular para la educación
contemporánea que los sistemas de conocimientos, con sus teorías, leyes, modelos, entre otros,
permitan comprender la realidad, la vida en todas sus dimensiones, siempre con los qués, los
porqués, los para-qués y los cómos implicados.
Los referentes teórico-prácticos
Consisten, según cada área de formación y en distintas disciplinas, en leyes, teorías, principios,
teoremas, conceptos, operadores, reglas, estructuras, fenómenos, hechos, procesos, sistemas,
manifestaciones, géneros, nomenclaturas, lenguajes, códigos, taxonomías, modelos, categorías,
clasificaciones, variables, propiedades, personajes, entre otros.
Los referentes teórico-prácticos, como su nombre lo indica, deben ser abordados de manera
teórica y práctica, por lo que son los y las docentes quienes planificarán los proyectos, los talleres,
las prácticas de laboratorio, los trabajos de campo, los seminarios, las investigaciones, entre otras,
para darle el sentido teórico-práctico al conocimiento de manera permanente, desde el área de
formación que enseña. Es importante insistir en que en los horarios no se coloquen horas teóricas
separadas de horas prácticas. Las prácticas de laboratorio, por ejemplo, se planifican desde el tema